Sábado 18 de mayo | Mar del Plata
03/03/2017

Fade out: la búsqueda de ese lujo llamado silencio

Tatiana Goransky presenta “Fade out”, una novela que trata sobre el universo femenino, la vibración del amor y la intimidad. “Imaginate tu vida si todo lo que estás pensando suena en una banda de sonido”, dice la autora, como bienvenida al mundo de su novela.

Fade out: la búsqueda de ese lujo llamado silencio

Tal vez la mente sea el último refugio de la intimidad en el siglo XXI. A todos los demás lugares ya llegó Instagram, o Facebook, o Twitter o algún voyerista con una cámara digital en su celular. Tal vez la intimidad y el silencio sean un lujo, el verdadero oro de nuestra era, sean lo único por lo que vale la pena cambiar, amar, matar.

O tal vez no.

En estos tiempos de música descartable y libros insensibles, la escritora y cantante de jazz Tatiana Goransky presenta Fade out, una novela que expone el universo femenino desde canciones que atraviesan a la protagonista, Kumiku, una mujer que nació con el don/maldición de emitir durante las 24 horas temas desde sus oídos.

Kumiku es “La cajita de música argentina”. Tiene el poder de la música, como una radio FM internacional, llena de hits de los 80′ y 90′ que reproduce dependiendo su estado de ánimo. Si quiere romper todo con furia adolescente suena Sex Pistols al mango, si está relajada y se siente hermosa Caetano Veloso y si está por tener sexo junto al hombre que ama lo que suena puede ser demasiado vergonzoso. La música que escuchamos dice mucho de lo que somos, la que reproducimos todavía más.

Fade out (Galerna, 2016) posee un compendio de canciones que suenan desde Kumiku, sin embargo Goransky dice que no suele escuchar música mientras escribe, aunque sus libros tengan sonoridad: su novela ¿Quién mató al cantante de jazz? está atravesada por la música que ama cantar y para Ball boy, que trata de un alcanza pelotas que sueña con darle a Federer la pelota ganadora del Roland Garros 2009, la autora escuchó todo el tiempo el ir y venir de una cancha de tenis para interiorizar el sonido del deporte.

Una de las preocupaciones más importantes de Kumiku es la búsqueda del silencio”, dice la autora sobre el personaje que emite canciones involuntariamente y reflexiona: “Imaginate tu vida si todo lo que estás pensando en todo momento suena en una banda de sonido. Sos una especie de diario amplificado y todos escuchan todo el tiempo lo que pensás”.

Fade Out

Además de Kumiku, aparece su hija, Renata, que tiene también tiene el poder de la música, pero solo reproduce tangos, es como una radio más localista que su madre. “Renata empieza a pensar que tiene que estudiarse para incorporarse dentro de un paradigma científico, es un paso evolutivo de la especie. Estudia música y matemática”, cuenta Tatiana.

Sin spoilear demasiado, el tercer personaje central es una receptora de música, Ester, que es “muda”. “La novela es sobre el universo femenino, la búsqueda del silencio, la armonía, la sincronía, lo que es vibrar en la misma nota en el amor, la música, la matemática y el amor que funciona como triángulo, entre este triángulo de mujeres”.

-¿El silencio es un lujo?

-Definitivamente es un lujo. La privacidad es un lujo. Por eso la preocupación de la intimidad de estar emitiendo todo el tiempo canciones. Pensaba en Facebook, te encontrás con alguien por la calle y te dice: “Que bien te está yendo”. Y solo vio tu Facebook. En Facebook no ponemos que lloramos hasta las 3 de la mañana, el helado que comemos porque estamos mal. Por un lado estamos muy expuestos, pero la gente tiene una lectura solo de lo que uno decide exponer en un medio público como es Facebook. La gente realmente piensa que sabe quién sos por lo que publicás en una red social y eso es triste.

-Que tenso el momento de la virginidad para una mujer que puede reproducir canciones…

Una empieza a prever la pérdida de la virginidad muchísimo antes del momento que pasa y nunca es como lo imaginó. Un tema para perder la virginidad sería el de la película de Aladdin porque es la fantasía que una tiene desde mucho más chica. El tema estaba buena, no sé. Una empieza muchísimo antes a pensar en todo eso y pide que de ninguna manera suene la canción de Rocky o “We are the champion”.

-¿Próximo proyecto?

-Empecé a investigar el mundo del tango para escribir un policial. Aprendí a bailar, conseguí mi propia mesa, me convertí en milonguera y dije que “esto no lo abandono nunca más” y encima ya está terminado un policial en el mundo del tango.

-Con Sebastian Chilano estamos escribiendo un libro a cuatro manos que trata de dos ciudades, una al lado de la otra, una cementerio de la otra. Lo escribimos en cuatro meses, lo corregimos durante tres años y tal vez se publique en el 2050 (risas).

Las páginas de Fade out pasan con una sonoridad tan particular, uno agarra con dos dedos la hoja y la pasa, apurado para saber qué sucederá luego, pero disfrutando a la vez el momento, ese ritual tan particular que se genera con una novela que conmueve mientras uno en la mente procesa las palabras y busca en la banda de sonido de la vida las canciones que emite Kumiku, los tangos de Renata y ese fade out entre los temas, el silencio, que tanta falta nos hace a todos en estos días.

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03/03/2017