Sábado 27 de abril | Mar del Plata
27/09/2020

Música en crisis: “No hubo decisión política de rescate, ni convocatorias acordes”

El presidente de la “Unión de Músicxs de Mar del Plata” reflexionó sobre las consecuencias económicas y sociales que atraviesan en el sector.

Música en crisis: “No hubo decisión política de rescate, ni convocatorias acordes”
(Foto: ilustrativa/ Qué digital)

A partir de la implementación de medidas de aislamiento por el avance de la pandemia de coronavirus, trabajadores de la cultura local se mantienen “tejiendo redes” para atravesar la critica situación, y así como el teatro y la danza, desde es el sector de la música siguen trabajando para cubrir las necesidades básicas ante la ausencia de políticas concretas en Mar del Plata.

“No hubo decisión política de rescate del sector ni convocatorias que estuvieran acordes a la urgencia y la emergencia del sector artístico cultural”, señaló Sebastián Echarry, presidente de la Unión de Musicxs de Mar del Plata (Unmar), docente, músico, gestor cultural comunitario y comunicador popular, en una charla con Qué digital.

A casi un mes del retroceso a fase 3 en Mar del Plata, desde el sector de la música redoblaron esfuerzos para sostenerse económicamente, ya que la reapertura duró poco tiempo. En este marco, la precarización y el trabajo informal se acentuaron ante la falta de “regulación”.

En el marco de la crítica situación sanitaria, pero también laboral, Sebastián Echarry -que además integra el equipo de gestión de Radio Comunitaria De la Azotea- desatacó que gracias al trabajo colectivo están atendiendo las necesidades de compañeros y compañeras. Pero también apuntó al gobierno de Guillermo Montenegro, al asegurar que no tiene a la Cultura como prioridad en su agenda. “Las políticas culturales del Municipio son insuficientes, ineficientes en su alcance global, atado también a un presupuesto para el área que ya de por sí era prácticamente nulo, inferior a años anteriores incluso”, advirtió.

“El trabajo pasó a reducirse a clases particulares y a tocar por streaming con el sistema de contribución voluntaria”, explicó y a su vez agregó que las políticas provinciales y nacionales resultaron “al menos un paliativo pero no alcanzan a cubrir las necesidades existentes”.

La solidaridad y empatía artística sigue asistiendo a “miles de familias ligadas al arte”. Cabe recordar que desde Unmar llevan adelante el ciclo “Unmar de Músicas” -en el cual los jueves y domingos se realizan recitales y talleres, gracias al aporte de la gente- además de un bono solidario musical y una campaña alimentaria.

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– ¿Cómo afectó al sector de la música el retroceso de fase?

– El sector de la música está en una situación de extrema necesidad y urgencia desde marzo pasado. Afecta en el sentido de vislumbrar cada vez más lejos una posible salida de la pandemia y, con ello, la posibilidad de recuperar -al menos en algo- el trabajo del músico y la música, la dignificación del trabajo. La actividad se vio paralizada y la precarización laboral profundizada.

El retroceso de fase no modificó demasiado en Mar del Plata para el campo musical, porque los avances habían sido muy pocos realmente y, ahora, con las prácticas ya instaladas de aperturas a las clases particulares, los streaming y las grabaciones es muy difícil deshacer las libertades, sobre todo ante la gran necesidad económica del sector.

Sucede con la mayoría de las actividades que sufren la informalidad. Hay como una especie de autorregulación de quienes las llevan adelante, con el peligro que esto conlleva por el vacío municipal que rige actualmente en este sentido.

-¿Cómo está sobrellevando el sector la situación económica?

– Lo lleva con extrema dificultad, al límite. El trabajo pasó a reducirse a clases particulares y a tocar por streaming (solo un sector) con el sistema de contribución voluntaria. En esta situación, las políticas provinciales y nacionales de salvaguarda (Mi vida en Cuarentena, Sostener Cultura, IFE y otras) son al menos un paliativo pero no alcanzan a cubrir las necesidades existentes.

Hay que destacar el apoyo del Inamu (Instituto Nacional de la Música), que tuvo convocatorias de becas solidarias y un alcance importante en el sector. Se necesita una reactivación urgente y un paso adelante en los derechos colectivos como trabajadores y trabajadoras de la cultura. Desde la Unmar creamos el ciclo “Unmar de Músicas”, en el cual los jueves y domingos se realizan recitales y talleres, gracias al aporte de la gente al bono solidario musical. También realizamos desde abril una gran campaña de cobertura alimentaria para el sector, ante la extrema necesidad a la que cayeron miles de familias ligadas al arte.

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-Desde la Secretaría de Cultura ¿hubo alguna acción concreta o propuesta para atender la situación?

– Las políticas culturales del Municipio son insuficientes, ineficientes en su alcance global, atado también a un presupuesto para el área que ya de por sí era prácticamente nulo, inferior a años anteriores incluso. No hubo decisión política de rescate del sector ni convocatorias que estuvieran acordes a la urgencia y la emergencia del sector artístico cultural. La decisión del intendente Montenegro es dejar a la cultura de adorno, como algo secundario, insignificante. Y eso se nota en las medidas tomadas, el presupuesto aplicado y las prioridades que tienen.

Estamos realmente preocupados sobre la implementación del programa “Catálogo Turístico y Cultural” que promueve la provincia de Buenos Aires ya que para que llegue al sector cultural tiene que haber una decisión política del intendente y del secretario de Cultura.

-En este contexto, ¿qué necesita el sector?

-Necesita acciones concretas, gestión y apoyo económico urgente. Ya pasaron seis meses desde la paralización de la actividad y nada de lo que se ha hecho alcanza. Para el devenir, es fundamental pensar en un monotributo cultural (con características de eventualidad), para que se pueda formalizar el trabajo, tener obra social, ART. Esta pandemia dejó al descubierto el nivel de precariedad laboral en el que nos encontrábamos. Sería un paso adelante avanzar también con la creación de la Ley de la Música (parte 2), que aborde todas estas problemáticas.

Por otra parte, necesitamos una puerta abierta del Municipio para pensarnos a través de sus espacios territoriales, programas de inserción laboral directa, ciclos de espectáculos en la modalidad virtual, becas a la creación, fondos especiales para sostener los espacios culturales, becas formativas y fomentos a la producción. La música y el arte son parte esencial de la identidad cultural de los pueblos. Hay que valorarles como tal.

El Municipio debería abrir el juego a las organizaciones comunitarias del tercer sector para trabajar en mesas comunes y resolver colectivamente la enorme problemática a la que nos enfrentamos.

– ¿Ven posible que se realice la temporada? ¿Cómo?

– Estamos esperanzados en que se pueda realizar una temporada con protocolos y espacios preparados para afrontar la situación y generar trabajo remunerado para la música. Es indispensable, necesario trabajar en ello, construir también espacios municipales y provinciales seguros para que el arte musical pueda desarrollarse en escena. Es fundamental trabajar hoy en la construcción de circuitos artísticos callejeros, festivales al aire libre con distanciamiento social y articulación con asociaciones y redes de artistas independientes.

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27/09/2020