Teatro Auditorium: desmantelan un programa de inclusión social
Se trata de “La Corte de los Milagros”. Denuncian que por decisión de Mariano Moro no pudieron usar las instalaciones del teatro para las clases y que por falta de presupuesto recortaron disciplinas.
Los recortes en la cultura pública avanzan y parece que no hay freno. A la debacle cultural del Municipio parece sumarse el Teatro Auditorium que responde a la Provincia de Buenos Aires ya que, según denuncian los trabajadores, su director Mariano Moro decidió terminar con La Corte de los Milagros, un programa que busca la inclusión social de chicos con derechos vulnerados.
La Corte de los Milagros es –o era- un programa de inclusión social desde el arte, en el que participaban cerca de 70 chicos de diferentes escuelas en situación de vulnerabilidad y realizaban distintas disciplinas como teatro, circo, danza, música, artes marciales, literatura, muralismo. Fue declarada de Interés Educativo por el Ministerio de Educación de la Nación, de Interés Cultural por el Concejo Deliberante, recibió el premio Saquen una hoja de Canal 10, la mención especial del Premio José María Vilches.
Virginia Cerrato es trabajadora del Teatro Auditorium, docente y coordinadora de La Corte de los Milagros. Por su trabajo al frente de este programa artístico de inclusión social fue distinguida este año como ciudadana ilustre por el Concejo Deliberante. El 28 de octubre de 2016 le llegó una carta, en la que Mariano Moro le informaba que “el Teatro Auditorium no puede asumir para esta actividad la contratación de personal externo al mismo”. Es decir, que el Teatro Auditorium no le puede pagar a los docentes que participan del programa de inclusión social.
Además de no poder contratar personal, Moro en la carta le aclaró a Cerrato que “las tareas deberán desarrollarse en las escuelas implicadas u otros espacios y básicamente fuera de este complejo cultural”. “’Implicadas’, ese es el adjetivo que usó para hablar de los colegios. “Una palabra que suena a delito”, dice Virginia y agrega: “El Teatro Auditorium no es un centro cultural, es un centro de las artes”.
“Mariano Moro me está prohibiendo entrar a mi lugar de trabajo”, dice Virginia ya que el director del Auditórium no permite que La Corte de los Milagros realice sus actividades allí.
Con un comunicado, Moro le desarmó a Virginia el trabajo de su vida. El presupuesto que el Teatro Auditórium le dedicaba a La Corte de los Milagros, en 2016 había sido de $ 70.000. Algunos de sus profesores cobraban $3.000 anuales, es decir $250 mensuales. Ese dinero era para un programa de inclusión social en el que participaban unos 70 chicos y que el director del teatro decidió cortar.
“El 1º de marzo, como todos los años se abre la inscripción. Pero este año se resta, todos los años se sumaron actividades, este año es lo contrario”, se lamenta Virginia y dice que los chicos solo podrán hacer teatro y murales porque otra trabajadora del teatro y ella darán las clases y artes marciales y un taller literario, porque sus profesores decidieron no cobrar.
“Ya perdimos un montón de chicos de La Corte, chicos que no veranean en Aruba, sino que tienen trabajos precarizados, pasaron un verano espantoso sin poder hacer esas actividades que querían”, se lamenta Virginia.
“La Corte era mi vida. Resume todo en lo que yo creo. Mi militancia y mi creencia es lo que hice con La Corte. Colaborar con que aquel que no estaba en ejercicio de sus derechos. Para mí los derechos culturales son de los más importantes que hay porque te reivindican y dignifican como ser humano, te dan acceso a otros derechos. La Corte no solo era ir a los barrios, a escuelas ‘implicadas’, sino que traía a los chicos a los lugares que se merecían estar, ese centro magno de la cultura elitista, que también tiene que estar y convivir”, dice finalmente Virginia.
UN PUÑAL EN EL CORAZÓN DE LA CORTE
Virginia Cerrato dice que se enfermó desde que Mariano Moro le anunció los recortes de La Corte. Padece los problemas de La Corte en su cuerpo, los sufre: tiene depresión, neumonía y está con carpeta psiquiátrica. “Mariano Moro dijo que me iba a destruir y lo logró. Como director del teatro dijo que iba a destruir a una subalterna. Me acusó de tener un ‘kiosco’ y cobrarle a chicos para llegar a actuar en la Sala Piazzolla. Jamás le pedí un peso a los chicos, yo viví pidiendo dinero para los chicos”, expresa la coordinadora de La Corte.
“La Corte era mi vida y Mariano Moro me la arruinó. Cada vez que leo el testimonio de uno de los chicos me quiero clavar yo más el puñal. A veces pienso que hubiese sido preferible no mostrarles todo esto, porque ahora lo pierden”, se lamenta finalmente Virginia.
