Así se vivió el empate entre Aldosivi y Alvarado en el regreso del clásico
La cobertura minuto a minuto del partido más esperado en Mar del Plata después de 27 años.
Como parte de una historia que es corta, intensa y explosiva, este sábado después de 27 años volvió a jugarse el clásico marplatense entre Aldosivi y Alvarado, y desde pasadas las 15.40 -con populares agotadas y un gran marco de público-, el pitazo inicial de Nazareno Arasa puso fin a décadas sin un mano a mano entre los clubes más convocantes de la ciudad: la principal alegría, no obstante, estuvo en el regreso del derby, ya que en el resultado no hubo alegrías para ninguno con el 0 a 0 final. Volverán a verse las caras en la fecha 27.
En la previa, la fiesta estuvo garantizada por parte de las dos hinchadas. La caravana de hinchas del Tiburón llegó sin inconvenientes al estadio Minella poco más de dos horas antes del inicio del partido y alrededor de las las 14 arribó el plantel de Alvarado, que fue recibido en la cancha con silbidos de los hinchas del “local”.
Desde varias horas antes del horario de inicio del histórico clásico marplatense en el José María Minella, empezó a vivirse en distintos barrios de la ciudad como parte de las primeras concentraciones rumbo a los encuentros generales de hinchas.
Por el lado de Alvarado, para confluir en la Villa Deportiva de la Ruta 88 donde miraron el partido en pantalla gigante. Y por el lado de Aldosivi para concentrarse en las avenidas Juan. B Justo y De los Trabajadores para desde allí empezar una caravana hacia el estadio, que abrió las puertas tres horas antes del encuentro.
La procesión, a contramano por la avenida Juan B. Justo, empezó pasadas las 11 con una postal imponente.
Desde allí la marcha encaró hasta la intersección con la avenida Peralta Ramos, donde se prepararon para pintar el paisaje con bengalas de humo verdes y amarillas y arrojar algunas bombas de estruendo.
Luego, la caravana tomó por Lisandro de la Torre hasta Ayolas para desembocar finalmente en la avenida De las Olimpiadas donde se concretó más tarde el ingreso al estadio. La caravana estuvo acompañada por un operativo de la Secretaría de Seguridad municipal con cortes de tránsito ante el avance sobre la avenida: también se desplegaron móviles de Defensa Civil y de la Patrulla Municipal.
Camiones, banderas, algunos carteles con referencia al partido histórico por la Liga Marplatense entre ambos que terminó 13 a 0 en favor del Tiburón décadas atrás y hasta ataúdes de cartón con los colores de Alvarado formaron parte de la caravana.
“Por ahora todo viene normal, con las incomodidades propias que tiene cortar una arteria tan importante como Juan B Justo pero en términos generales podemos decir que todo va con cierta calma, que la gente va disfrutando, que los comerciantes ya van volviendo a la normalidad para desarrollar su actividad”, evaluó una vez llegada la caravana a la zona del estadio el secretario de Seguridad municipal, Rodrigo Goncalvez.
Respecto al pospartido, y más allá de los posibles resultados, el funcionario municipal adelantó en diálogo con Qué digital que estaba previsto que la hinchada de Aldosivi reiterara su desplazamiento con la vuelta a la zona del Puerto, mientras que en el caso de Alvarado previeron que hasta dos horas después de terminado en encuentro se mantuvieran en el predio de la Villa Deportiva de la Ruta 88 para evitar posibles cruces.
Con la caravana ya terminada, empezó el acceso del grueso de la hinchada ante un fuerte operativo policial que requisó en detalle las banderas, que para este encuentro volvieron a estar permitidas tras la sanción que se la había impuesto desde la Agencia de Prevención de Violencia en el Deporte (Aprevide).
Mientras los accesos presentaban un intenso movimiento, minutos antes de las 14 llegó el plantel de Alvarado que fue escoltado por un operativo especial de la Policía desde el Hotel Boutique Sutpa, ubicado en La Rioja 1390, hasta el estadio. Tras la llegada, los jugadores salieron al césped del Minella, lo cual potenció los gritos y los silbidos de la hinchada de Aldosivi.
Junto a ellos también salieron los dirigentes del Torito Emiliano Montes, Pablo Mirón y Facundo Moyano y allí también estaba el mánager de Aldosivi, Hernán Tillous.
Una hora antes del inicio del partido, se confirmaron las formaciones: Aldosivi con los mismos once que el encuentro pasado ante Estudiantes de Río Cuarto (Carranza; González, Soto, Mottes y Godoy; Sosa, Piñeiro, Esponda y Laméndola; Torres y Colazo) y Alvarado con algunos cambios: Lungarzo; Bettini, Robledo, Ortíz y Monzón; Jaurena y Leyes; Lamardo, Vadalá y González; Franco.
Con Aldosivi ya en el estadio, tras el viaje desde el Hotel Uthgra Sasso, media hora antes del horario de inicio el arquero Jorge Carranza saltó al campo de juego para llevarse la ovación de la hinchada, y detrás de él el resto del equipo.
Mientras tanto, el estadio Minella ya presentaba el sector sur ya prácticamente lleno y también tenía a algunas personas en la platea norte.
Si bien el inicio del partido estaba previsto para las 15.35, finalmente el arranque se atrasó por el ingreso de los equipos a la cancha y el recibimiento de la hinchada de Aldosivi, con telones sobre las tribunas y bengalas de humo que le pusieron color al comienzo.
El primer tiempo tuvo pocos pasajes de buen fútbol y algunas jugadas polémicas, como por ejemplo un codazo de Nicolás Ortíz que fue sancionado con tarjeta amarilla y un planchazo sobre Guido Vadalá en plena área del Tiburón. Las chances claras no abundaron aunque el local fue el que mejor impuso condiciones a lo largo de los primeros 45′.
En el complemento, con el inicio de la llovizna, el ritmo del partido aumentó, con más ida y vuelta y más espacio en el mediocampo de los dos equipos marplatenses. Sin embargo, pasada la primera media hora, todavía el marcador se mantenía en tablas.
En el arranque de los últimos 15 minutos de juego, la tensión fue incrementándose cada vez más por la cercanía del final y la posibilidad de que un gol de cualquiera de los dos cambie rotundamente el panorama.
Sin embargo, a pesar de que los dos entrenadores ensayaron cambios en sus equipos con la intención de renovar las piernas y aguantar el último tirón, ninguno quiso arriesgar de más y finalmente Arasa marcó el final del juego, sin alegrías para ninguno de los dos equipos más allá de lo que generó el solo hecho de volver a verse las caras con el clásico rival.
