Domingo 28 de abril | Mar del Plata
23/04/2023

Condenaron a un hombre que captó, abusó y explotó sexualmente a dos mujeres

Los hechos se produjeron en Mar Chiquita y el Tribunal Federal de Mar del Plata le impuso la pena de 13 años de prisión y una reparación económica millonaria.

Condenaron a un hombre que captó, abusó y explotó sexualmente a dos mujeres
(Foto: ilustrativa / Qué digital)

Un hombre de 55 años fue condenado a trece años de prisión por el Tribunal Oral Federal de Mar del Plata por haber captado, abusado y explotado sexualmente a dos mujeres oriundas de Venezuela en la localidad de Pirán. Además le impusieron el pago de millonarias sumas a las víctimas en concepto de reparación.

Los hechos se produjeron entre 2018 y 2021 en la localidad Pirán del partido de Mar Chiquita. El acusado, empleado municipal y entrenador de handball de niñas y adolescentes, fue detenido por la Policía Federal en abril de 2021 y en las últimas semanas se llevó a cabo el juicio en su contra en el Tribunal Oral Federal de Mar del Plata, mientras sigue detenido en el Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza.

Esta semana los jueces Roberto Falcone, Luis Imas y Nicolás Toselli dieron a conocer la sentencia -los fundamentos se conocerán el próximo jueves- y así (por mayoría) le impusieron a Gustavo Iñiguez la pena de trece años de prisión por los delitos de trata de personas, bajo la modalidad de captación, traslado y acogimiento, con fines de explotación, agravado por el abuso de una situación de vulnerabilidad y abuso sexual agravado por mediar acceso carnal cometido en forma reiterada, en los dos casos contra dos víctimas.

Además, los jueces ordenaron una reparación económica que deberá pagarles el hombre a las dos víctimas por “el daño moral ocasionado”, a una de ellas de $4.400.000 y a la otra $2.000.000.

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De acuerdo a la acusación con la que el hombre llegó a juicio, ya que aún se esperan conocer los fundamentos de la sentencia, el primero de los hechos que llevó a su detención quedó al descubierto cuando la propia víctima, oriunda de Venezuela, pudo advertir a la Policía lo que le había ocurrido: el acusado la contactó a través de Facebook y, luego de ganarse su confianza, le prometió un trabajo en Pirán y se ofreció a pagarle los pasajes.

Así, la joven de 21 años llegó al país el 15 de marzo de 2021 y se dirigió hacia Pirán, donde al momento de la entrevista laboral se dio cuenta que había sido engañada: el hombre la retuvo contra su voluntad y abusó de ella.

La víctima tenía un teléfono que dijo que no funcionaba más cuando llegó porque se había quedado sin batería, y fue esa la herramienta que le permitió conseguir su libertad. Aprovechó una salida del acusado, consiguió un cargador y llamó a la Policía. En ese momento no tenía idea de dónde estaba, por lo que los policías le recomendaron abrir Google Maps, de donde sacó la dirección. Así se le dio intervención de inmediato a la fiscalía federal de turno, y luego de reunir suficiente medidas probatorias, en pocas horas su titular, Laura Mazzaferri, pidió el allanamiento de la vivienda. La joven fue encontrada debajo de la cama.

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Tras ese caso, otra víctima se presentó ante la Justicia por un hecho similar ocurrido en 2018. “Mirá, como te pasó a vos”, decía un mensaje que recibió de una amiga la joven venezolana que finalmente denunció lo ocurrido.

Según se desprende de la causa, el modo de captación se produjo casi de manera idéntica: a través de Facebook el acusado la contactó -luego de establecer que la víctima formaba parte de un grupo de personas venezolanas que tenían contacto entre sí, por estar en el país o querer migrar hacia aquí-, le ofreció una falsa oportunidad laboral en Argentina, que ante la imposibilidad de tener sustento para ella, su hijo y su hija menores en su país natal, la motivó a emprender la llegada a Mar del Plata.

Luego fue llevada por el propio acusado a Pirán, donde arribó en los primeros días de noviembre de 2018 tras un complejo proceso migratorio. En la casa del imputado permaneció casi un mes, a la espera del trabajo que semana a semana el hombre le decía que saldría, y donde fue forzada a mantener una unión de hecho y abusada sexualmente, reduciéndola, de ese modo, a la condición de esclavitud.

Durante las semanas en las que la mujer estuvo cautiva, el imputado -de acuerdo a la acusación fiscal- “profundizó el sometimiento de la víctima, toda vez que, al encontrarse la víctima sola, aislada, sin dinero propio, sin contención familiar, en otro país y dilatando engañosamente la posibilidad de que acceda a una fuente laboral, el nombrado se erigió como el único que podía satisfacer sus necesidades básicas” de alimentación, alojamiento y vestimenta. En virtud de ello, continuó la fiscalía en la acusación, el hombre forzó a la joven a mantener relaciones sexuales.

El episodio de abuso sexual motivó a la mujer a intentar escapar del lugar, lo que pudo concretar uno o dos días después, a pesar de las trabas impuestas por el acusado como haberle quitado su herramienta de trabajo – una laptop-, reclamarle el pago de los pasajes y que estuviera con él. Cuando quiso escapar, el hombre le cerró la puerta del frente y la joven logró huir por atrás, pero sin poder cargar su valija. Corrió hasta la ruta, donde encontró a dos policías en un patrullero, quienes le prestaron el teléfono para hacer una llamada y ella logró escapar hacia la Ciudad de Buenos Aires.

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23/04/2023