Caníbales
Editorial QUÉ, en la radio
De repente en la ciudad quedaron pocas personas, muy pocas pero obesas. Todos se habían vuelto caníbales y se habían comido unos a otros, hasta el último pedazo de carne.
Las listas de posibles candidatos habían sido el primer menú y la chef de su partido había comido a casi todos. Lo mismo pasó con los demás partidos, se comieron, literalmente, se comieron unos a otros. En todas partes se fueron comiendo, sin importar si eran amigos o enemigos. Comida, todos se habían vuelto comida en el plato del otro.
Y la sociedad que es reflejo de la política o la política que es reflejo de la sociedad, no se sabe, pero cuestión que todos se habían vuelto caníbales. Y los trabajos los consiguieron los que comían más rápido a los demás, en las parejas sobrevivía el que hacía mejor la digestión y los colectivos se habían vuelto deliverys.
Fueron días raros en los que todos pensaron ser depredadores, pero terminaron siendo comida. Porque ese era el encanto de todo, hacerlos sentir depredadores en este brutal año de elecciones que nos terminó devorando a todos.
En la ciudad quedaron pocas personas, muy pocos y sin más comida que ellas mismas.
