La temporada es un fin de semana
Editorial QUÉ, en la radio
El único turista en la ciudad está espantado. Escuchó ruidos el fin de semana, entró en pánico. Al parecer más gente se acercaba a la ciudad y ya no tendría ese trato preferencial, esa atención extra que recibía. Ya no le darían alfajores gratis, no le darían las gracias, no le dejarían poner su sombrilla en cualquier playa.
El único turista en la ciudad no consigue lugar para estacionar y maldice. Tiene que hacer cola en un cajero automático y maldice. Está ocupada su mesa en el restaurante y maldice. Está de vacaciones y solo maldice, porque lo que antes era exclusiva soledad ahora es competencia, horrenda compañía.
El único turista en la ciudad busca diferenciarse de esos que llegaron y se llaman a sí mismos turistas. Él se pavonea con su bronceado de la primer quincena, dice siempre que venía a las playas cuando estaban vacías, cuando no eran nada, cuando eran under. Y se aleja de esos que están solo por moda.
El único turista de la temporada piensa que hay mucha gente, que tal vez le mintieron con esto de que la temporada era mala o que tal vez la Municipalidad contrató extras para que sumen en la foto. No lo sabe, y se prepara para sobrevivir al fin de semana más caótico de la temporada.
