Enero
Editorial QUÉ, en la radio
Se termina enero y con él las banalidades, cierto encanto y excesos de todo tipo: de gente, de autos, de espejos de colores, de policías de amarillo y, esperemos, de políticos en absurdas campañas. Mar del Plata en cambio queda con resaca, de todo eso llamado enero.
Se termina enero y la fiesta turística queda con menos música de fondo, pronto levantarán la kermese de la Base Naval, se irán las carpas del museo MAR, las palmeras volverán a Entre Ríos y los medios nacionales dejarán de hablar del conflicto entre playa pública y privada. Mar del Plata en cambio intenta despertar y decirle a la gente que este año será de estudio universitario y trabajo industrial, y no de joda como ese fin de semana largo llamado enero.
Se termina enero y hubo gente que la pasó bien. Aprobaron el Presupuesto municipal para este 2015, ya presentaron la solicitud para el aumento del boleto de colectivo, elegimos a la reina del verano, a la cola del verano, a la vedette del verano, a lo más banal de este banal verano. Mar del Plata ya se puede quitar el maquillaje, el rostro al natural muestra otra vez las marcas del acné, los granos, las arrugas y toda esa gente de todos esos barrios que no fueron invitados a esa fiesta llamada enero.
