Miércoles 15 de mayo | Mar del Plata
10/04/2015

Entre el piropo y acoso

Editorial QUÉ, en la radio

 

Alguna vez, alguien, sacará la cuenta de cuántos piropos recibe una mujer a lo largo de su vida y nos dará vergüenza. El acoso constante que reciben las mujeres, justificado como si fuese siempre un chiste, una burla, un comentario, un “no es pa’ tanto”. 

El piropo muta y se vuelve siempre más violento, más obsceno, más directo, más vulgar. Y en la calle gritan los hombres caminando, en autos, gritan las paredes, las tapas de las revistas, los avisos clasificados.

Una mujer camina y le gritan cosas, le tocan bocina, le chiflan y nos parece normal. Un tipo se acerca y le dice algo al oído, ya no le basta con gritarle. Y nos parece normal.

Normal es otra cosa. Alguna vez, alguien, dirá bien cuál es la diferencia entre un piropo y el acoso vulgar. Mientras, algo de respeto vendría muy bien.

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10/04/2015