Lunes 29 de abril | Mar del Plata
13/05/2016

Todos los fuegos, el fuego (*)

Editorial QUÉ, en la radio

 

(*) Perdón Cortázar y todos sus fanáticos por esto.

El último apaga la luz, cierra con llave, saluda al sereno y se va. No queda nadie en el mayorista. La llama empieza en algún lado sin que nadie la vigile. Aprovecha la soledad y empieza a arder, como tantas llamas en tantos lugares han ardido antes y arderán después. Tal vez fue intencional, tal vez falló la seguridad, tal vez el destino de todo al final sea siempre un incendio.

El primero llega, prende la luz de la Municipalidad y se encuentra con la crisis política dormida, tapada con diarios del único diario de la ciudad que cuentan una ficción pasada, ideal, que habla de logros, de shoppings, de una ferroautomotora, de unos balnearios y tantas cosas. La crisis dormida, con los labios marcados en la frente de un gobernador que ya no es. 10 de diciembre y la crisis dormida, a punto de despertarse con una llama que prenda fuego la Municipalidad.

Son minutos que parecen horas, la pequeña llama se propaga, contagia todo como una enfermedad. Todo es inflamable, parece puesto a propósito para prender fuego. Los bomberos van, tardan 4 minutos y parece que no hay nada que hacer salvo esperar. Evitar el mayor daño colateral posible. Las mangueras impotentes contra el fuego. El agua es un chiste contra el fuego. El fuego consume todo lo que quiere aunque no lo dejen.

Son meses, pero parecen décadas de desgaste. La crisis política se despertó y afectó a todo: la Secretaría de Seguridad, incendiada; el Emvial, incendiado; el Emtur, incendiado; la Secretaría de Cultura, incendiada; la Secretaría de Producción, incendiada; la Secretaría de Educación, incendiada; la Secretaría de Hacienda, incendiada. Las soluciones dicen que vienen de Provincia, de Nación, de otra ciudad. Evitar el mayor daño colateral posible. La crisis política consume todo y desde el gobierno todos se ven tan inflamables que alimentan el fuego.

El fuego dejó al mayorista hecho una pila de escombros. El dueño se lamenta. Dice que confía en Mar del Plata, que preservará las fuentes laborales y que tendrá que volver a reconstruir todo desde las cenizas.

La crisis política dejó la Municipalidad hecha una pila de escombros. El intendente de tantas cenizas se lamenta. Llora, intenta mandar a la crisis a dormir de nuevo, pero no tiene diarios para taparla, ni beso de buenas noches ni plata para mandarla de joda. Tiene que gestionar el fuego y se quema. 

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13/05/2016