Reflexionar la realidad
Editorial QUÉ, en la radio
El titular de la Fiscalía de Delitos Culposos dice que una imputación más o menos rigurosa o una pena de más o menos años no cambian la realidad. Cómo hacemos para creer un poco en la justicia entonces, cómo pueden las víctimas o sus familiares alguna vez dejar de llorar. Cómo podemos confiar.
Un solo caso, aislado, que se resuelva no cambia la realidad, no modifica la sociedad, no cambia el mundo; nos dijeron que el mundo no se cambia. Pero la sumatoria de casos con una calificación razonable, con una pena en la que coincida el Código Penal con el moral y social, esa sumatoria debería generar otra cosa.
La Justicia debería ser para algo más que castigar a uno que otro, pero la gente no aprende de las noticias con muertes y sale a manejar borracha, habla por celular, no usa cinturón, en moto el casco ni en pedo y repiten todos los errores que la humanidad ya cometió tantas veces. Y muere, porque todos morimos, pero algunos antes que otros.
Una pena, una condena, una sola condena, cambia la realidad del condenado, honra la memoria de alguna víctima y modifica los días de las familias, de un lado y de otro. Nada más y tampoco nada menos. Pero la Justicia tendría que llegar a mucho más que unas pocas personas, si empezamos a confiar en que puede ser mucho más. Y si no, a la mierda la Justicia y vamos a hacerla de nuevo.
