Un lunes llamado jueves
Editorial QUÉ, en la radio
Ese sonido tortuoso que escucharon esta mañana es el despertador. Así, aunque se hayan desacostumbrado, eso que sonó es el despertador y ese lugar al que fueron es el trabajo. Fueron muchos días de descanso, de carnaval, pachanga y cumpleaños de Mar del Plata. Pero todo se acaba.
El único turista de la ciudad no cree en despertadores, pero de todas formas madrugó. Desesperado porque abrieran los bancos y pusieran plata en los cajeros. Se le hizo difícil de soportar el fin de semana extra largo con su billetera, porque los trapitos de la costa no le aceptaron la de débito para pagarles la pequeña fortuna que le exigían.
El único turista de la ciudad está sorprendido. Este jueves se puso a leer las noticias y le parece que alguien miente, que todos mienten. Está sorprendido porque desde Turismo dijeron que vino más gente que el año pasado, pero los empresarios dijeron que se gastó menos plata. El único turista culpa a los cajeros de esto, porque no había plata para pagar. Y culpa a los Rolling Stones, porque mucha gente ahorró plata para ir, y los que fueron son los que tenían plata para gastar, claramente.
El único turista de la ciudad lamenta que los Rolling no hubiesen venido a tocar a Mar del Plata, le hubiese gustado comerse unas rabas con Mick, llevar a Richards a conocer a los lobos o ver cómo hubiese reaccionado Arroyo al saber que sus “majestades satánicas” podrían tocar en la ciudad, seguramente hubiese agregado otro más a la lista de gente que no quiere Mar del Plata: ni anarquistas, ni satanistas, ni nada raro, por favor.
El único turista de la ciudad está chocho, se pide un café con dos medialunas y piensa en el carnaval que pasó, en las comparsas, en los Rolling Stones, en Arroyo y en que mañana, tan rápido, ya es viernes y eso siempre es bueno para todos.
