San Antonino: las claves del quinto día de búsqueda
La Armada centra sus trabajos en un área de 200 por 200 metros. A partir de seis puntos de contacto detectados, intentan determinar si son restos del barco buscado. En la zona se registran vientos de 25 a 27 nudos y olas de hasta dos metros.
La búsqueda del barco “San Antonino” y de los tres tripulantes que todavía permanecen desaparecidos ingresó en el quinto día de trabajo de los especialistas de la Armada y Prefectura, que centralizaron las tareas en un área delimitada en 200 metros por 200 a partir de los rastros y datos obtenidos hasta el momento. En la zona se registran vientos de 25 a 27 nudos, una altura de ola de dos metros y medio y un pronóstico climático que no es favorable.
De acuerdo a lo informado por la Armada, que se encuentra a cargo del operativo nacional de búsqueda y salvamento, por estas horas los profesionales trabajan en dos áreas de búsqueda: una primaria y una secundaria. La primera está delimitada en un cuadrado de 200 metros por 200, que fue establecida en función de la última posición conocida del barco, de los cuerpos que se encontraron en la zona, de una mancha de gasoil que se halló en superficie y distintos artes de pesca.
En esa zona, además de las cinco unidades de la fuerza que se desempeñan en superficie, se encuentran un director de buceo, 18 buzos, dos médicos, dos enfermeros, dos cámaras hiperbáricas, vehículos de operación remota, cámaras subacuas y un detector de anomalías magnéticas.
“Todo eso lo utilizamos en el área de operaciones,donde hemos detectado seis contactos: es decir la presencia de objetos en el fondo. Entonces el procedimiento de búsqueda se traslada ahora a un procedimiento de localización, que luego tiene que dar paso al proceso de identificación”, explicó Rodolfo Ramallo, del Departamento de Comunicación Institucional de la Armada.
En este sentido, puntualizó que la identificación positiva la va a dar la lectura de la matrícula o de la identificación del barco ya que no se puede descartar que pueda haber algún otro barco en esa área y que no haya estado informado porque no presenta riesgo a la navegación. Es que, según señaló Ramallo, se trata de una zona con 34 metros de profundidad.
En este punto, los trabajos ahora se centran en la exploración de contacto, que consiste en utilizar todos los medios electrónicos disponibles para clasificar ese contacto, para ver qué grado de confianza presenta.
“No podemos descartar ningún contacto. Lo que pasa que cada investigación de esta lleva tiempo. Asimismo, tenemos que tener presente que en el lugar tenemos cuatro nudos de corriente ,vientos de 25 a 27 nudos con ráfagas de 30, una altura de ola de dos a dos metros y medio y un pronóstico que no es favorable“, señaló y remarcó que estas condiciones “dificultan pero no interrumpen”.
