Lunes 29 de abril | Mar del Plata
10/01/2015

Amistad y arte: Pablo Bruzzone

Amigos y familiares del joven artista que falleció el año pasado recrearon un mural en su memoria, en Colón entre Viamonte y Mendoza. Reinterpretaron uno de sus trabajos para homenajearlo.

Amistad y arte: Pablo Bruzzone
(Foto: Lucho Gargiulo)

Una obra de arte que surge de un hecho trágico. Una manera de ver la vida y la muerte. Un mural que enriquece el paisaje urbano marplatense. Desde el pasado 28 de diciembre, en Colón entre Viamonte y Mendoza, el frente de la Asociación de Jubilados y Pensionados Stella Maris muestra una recreación de la obra “Eguitos”, de Pablo Bruzzone, realizada por un grupo de alumnas de la Escuela de Artes Visuales “Martín A. Malharro” y familiares y amigos del estudiante de arte fallecido el 3 de octubre último.

Tamara Busacca, Cecilia Caldas, Fernanda Cruz, Betina Ferrera, Graciela Clecia Furfaro, Lucía Vilchez, Beatriz Calle Laura y Federico Leto junto con el muralista Luciano Gallese, fueron los encargados de darle vida a este mural, inspirado en la obra de Pablo Bruzzone -nieto del pintor Alberto Bruzzone- quien tenía 23 años y estudiaba en la Escuela de Artes Visuales Martín Malharro.

Fue en Casa Bruzzone, en la misma prensa que usaba su reconocido abuelo, en el barrio El Grosellar, donde realizó sus trabajos de grabado. Entre ellos “Eguitos”, la obra que sus amigos eligieron para rendirle homenaje. El mural, de ocho por dos metros, es una reinterpretación de un trabajo suyo hecho en grabado, que él mismo había iniciado a la vuelta del lugar y fue tapado.

Gracias a la donación de la pared que tenía Luciano Gaselle fue posible realizarlo. La imagen muestra una serie de personajes, los “Eguitos” (pequeños egos), que se miran el ombligo y, así, no pueden mirar al mundo ni a los otros. Sólo uno, que aprendió a andar erguido, mira más allá. En la reinterpretación, éste personaje es Pablo y aparece iluminado y pintado con colores claros.

Luciano Gallese dice que para él la experiencia fue de mucho crecimiento interno, porque vivió la autenticidad y el amor en su plenitud “solo compartiendo y ayudándose entre todos”. El artista espera que este accionar contribuya “un poquito más a la hora de obrar, de cambiar la perspectiva de individualismo y de empezar a trabajar más unidos” entre todos y con la tierra, de la que “no somos dueños ni nos pertenece”.

“No alcanzan las palabras para expresar mi agradecimiento. La capacidad que tienen el arte, al amor y la amistad para curar y para hacer bien siempre me sorprenden. Fue una de las experiencias más fuertes y positivas de mi vida”, afirmó Andrés, padre del joven estudiante.

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10/01/2015