Barrio San Martín: dar clases entre robos y violencia

Las autoridades de la Secundaria Nº 47 exigen la presencia policial por los constantes hechos delictivos. Aseguran que personal ha renunciado y que hasta los alumnos son víctimas de robos.

El robo del auto a un auxiliar, que le arranquen la mochila a chicos cuando entran a la escuela, que le ponga un revólver en la cabeza a una nena de siete años, que se escuchen balaceras toda la noche, que el personal renuncie porque la situación no da para más. Esos hechos, todos juntos, los relata a partir de las experiencias vividas y de los comentarios de la comunidad educativa, Rosana Moreno, la directora de la Escuela Secundaria Nº47 del barrio San Martín, al reclamar mayor presencia de seguridad en una zona en la que dicen que la Policía no aparece.

En 2015, QUÉ contó la historia de la escuela luego de un fin de semana con violentos enfrentamientos entre bandas, balas, peleas y amenazas de quemar casas. En ese momento la Escuela Primaria Nº 35 y la Secundaria Nº 47, que funcionan en el mismo edificio ubicado en Benito Lynch y Rafael Del Riego, cerraron sus puertas. Las directoras decidieron no abrir hasta que les garantizaran seguridad a los chicos, ya que la esquina del colegio fue zona de batalla.

Pasados casi dos años, Rosana Moreno dice la realidad se mantiene igual o incluso peor. Y eso la llevó a salir a los medios a reclamar los que las autoridades no le responden: que haya presencia policial en la zona de la escuela. Es que, según cuenta, luego de aquellos episodios y de un importantísimo despliegue de seguridad en la zona, todo eso se diluyó, y a pesar de que en el barrio está Gendarmería, los efectivos le dicen que a esa zona debe ir “otro móvil”.

La comunidad educativa denuncia que desde la comisaría Quinta responden no tener personal suficiente y que las autoridades de la Policía local no atienden el reclamo, que se mantiene en este ciclo lectivo 2017.

La directora explicó que ya elevó los correspondientes reclamos por la situación también a las autoridades educativas para que estén al tanto de una situación que desemboca, según explica, en que integrantes del personal hayan renunciado a sus cargos en el establecimiento. En este sentido, destaca a la calidad de la comunidad educativa y remarca que “todos conocen” a los responsables de los hechos delictivos.