Consumo de alcohol en jóvenes: “La edad de inicio es cada vez más baja”
Desde el Conicet afirman que llega a los 13 años, llevan adelante iniciativas para investigar la problemática e intervenir, y proponen políticas.
El consumo de alcohol por parte de jóvenes también es una problemática que se aborda desde la ciencia en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de Mar del Plata, desde donde advierten por la disminución de la edad de inicio, llevan adelante iniciativas para entender los comportamientos e intervenir, pero también proponen políticas públicas para desalentarlo.
“La edad de inicio es cada vez más baja“, es una de las definiciones que dejó Paula Giménez, licenciada en Psicología y becaria del Instituto de Psicología Básica, Aplicada y Tecnología (Ipsibat), dependiente del Conicet y la Universidad Nacional de Mar del Plata en una nota publicada por el área de comunicación del organismo en tiempos de fiestas de egresados y en la previa de la temporada de verano.
Distintos especialistas coinciden en marcar la edad de inicio del consumo en Argentina en los 13 años, aunque advierten que se trata de una tendencia a la baja, tal como lo muestran otros relevamientos que incluso evidenciaron casos de consumo a los 12 años.
Estos hábitos de consumo, sin embargo, están lejos de ser saludables y pueden aumentar la probabilidad de tener problemas en la etapa adulta considerando que el cerebro de los adolescentes está en pleno desarrollo, al menos hasta los 25 años.
“Hablamos de más de 200 enfermedades que están relacionadas con el consumo y sesenta que se explican directamente por el consumo de alcohol: desde cáncer a enfermedades hepáticas. Y si la edad de inicio es cada vez más baja eso predispone a que el futuro no sea muy prometedor, además de las lesiones que se pudieran generar a ellos o a terceros bajo los efectos de esta sustancia”, explicó la becaria.
Esto se da en un marco de particularidades regionales de consumo de alcohol y específicas de los adolescentes: mientras en Argentina se considera que hay, en comparación con otras latitudes, un consumo de alcohol naturalizado y frecuente en reuniones sociales y en soledad con una brecha pequeña entre hombre y mujeres, estudios internacionales apuntan a que la ingesta en adolescentes se da con grandes volúmenes en ocasiones aisladas.
¿Cuáles son los principales problemas que registran desde el Conicet en torno a lo hábitos actuales de ingesta de alcohol en jóvenes? Relevaron episodios de amnesia posterior a la ingesta y al comparar datos de estudiantes secundarios y universitarios, un incremento más que considerable con la edad.
CONSUMO DE ALCOHOL EN JÓVENES E “INTERVENCIONES BREVES”
Frente a esta problemática, entre las últimas publicaciones del Instituto al respecto se destaca un artículo en el que evaluó junto a Karina Conde, Raquel Peltzer, Romina Brandariz y Mariana Cremonte la eficacia de “Intervenciones Breves”, una iniciativa que llevaron adelante como parte del grupo se investigación “Sustancias Psicoactivas y leisones por causa externa” con el objetivo de motivar cambios en los comportamiento y en el consumo de alcohol entre los jóvenes.
Así, las “Intervenciones Breves” constan de herramientas a aplicar para abordar y desalentar el consumo de alcohol en jóvenes, por ejemplo, con entrevistas de 15 minutos sobre niveles de ingesta. Como un modelo a aplicar, esas intervenciones breves pasan por diez preguntas que no necesariamente pueden realizar de manera exclusiva profesionales de la psicología, sino también personal de salud o de la educación con capacitación previa. Tras ellas, en caso de detectar en las respuestas un consumo riesgoso proponen intervenir desde la empatía, sin prejuicios, comprensión y profundizar en motivaciones que puedan encontrar los jóvenes para modificar los patrones de consumo.
Entre los resultados del modelo de intervención publicados en la revista “Psicología Clínica con Niños y Adolescentes”, destacaron que “las personas que recibían la intervención reducían el consumo con buena aceptación“, por ejemplo mediante la modificación de sus determinantes, la crítica consciente a las normas sociales y creencias de adolescentes sobre sus pares y su naturalización entre el ámbito familiar.
Para enfrentar la problemática, por un lado los investigadores resaltan la importancia de abarcar el consumo de alcohol desde el núcleo familiar -por ejemplo, dialogar al respecto, sin validarlo, naturalizarlo, pero tampoco juzgarlo- pero recalcan la relevancia de políticas públicas.
Esas medidas pasan -explicaron-por la disminución de las bocas de expendio, evitar la publicidad de bebidas alcohólicas en medios de comunicación y redes sociales, mayor regulación sobre la industria, aplicación efectiva de las normativas existentes, aumentar el precio de las bebidas a través de los impuestos y, tal como ya rige en Mar del Plata, limitar la disponibilidad horaria de alcohol en comercios y bares.
