Viernes 26 de abril | Mar del Plata
24/02/2019

De la Azotea: 15 años de amor y deconstrucción de la comunicación

La radio comunitaria 88.7 de Mar del Plata cumplió quince años al aire y uno de sus fundadores, Javier Germinario, habla sobre los inicios, la autogestión, su militancia y la construcción colectiva. 

De la Azotea: 15 años de amor y deconstrucción de la comunicación
(Fotos: QUÉ Digital)

| Por Lucho Gargiulo

La radio De la Azotea 88.7 cumplió en febrero de este año quince años de vida. Un proyecto comunicacional que nació de la “frustración” de profesionales, que después de estudiar y entrar a trabajar en los medios convencionales, encontraron la forma de escaparle a la lógica de esos mismos medios y empezaron a darle forma a un espacio de formación, que luego fue rumbeando hasta consolidarse como la primera radio comunitaria de la ciudad.

Javier Germinario es uno de esos profesionales de la comunicación que se desilusionó al darse cuenta cómo funcionaban los medios. Por el 2000, junto a Jorgelina Turdó, Martín Segura y Diego Levin, inició una búsqueda que en el 2004 culminaría con el encendido de la 88.7. Lo que había empezado como la búsqueda profesional de un grupo de recientes profesionales, se terminaría convirtiendo -con la participación de muchas personas más- en esa radio tan especial que se encuentra sobre el extremo izquierdo del dial.

¿Y el amor del título a qué se debe? Quien conoce De la Azotea o quien sabe lo que es gestionar un medio, sabrá que el amor es porque en un proyecto colectivo, comunitario y alternativo -en el que pueden faltar muchas cosas y puede haber falencias técnicas y humanas- hay algo de lo que no se puede prescindir: amor. Eso es lo que mueve y movió durante tantos años a este proyecto que surgió de eso mismo, de entender como profesionales de los medios, que las empresas no entienden nada de amor.

– ¿Cómo nace la radio De la Azotea?

– La historia que contamos, no en términos de relato, sino de historiar en el tiempo, nos lleva a decir que el 16 de febrero cumplimos 15 años porque fue la primera noche, la de un 16 febrero de 2003 que prendimos el transmisor que habíamos conseguido unos días antes y habíamos mandado a arreglar y que nos habían prestado. Algunos de nosotros hacemos fuerza para poder expresar, sobre todo en el espacio interno entre nosotros, que para que la historia cuente ese día, tiene que haber pasado algo antes. Es más difícil todavía plantear hacia fuera, que no es que un día nos ponemos de acuerdo cuatro personas -“Vamos a poner una radio”– y no hay nada un día y al día siguiente hay una radio saliendo al aire. Esa historia previa podría sumar tres o cuatro años, que es el tiempo y el proceso de organización de un grupo humano y de ir tomando, digamos, un camino que al principio no incluía la salida al aire de una radio, pero que en algún momento se fue rumbeando hasta darnos cuenta y tomar el impulso de poner en línea todos los esfuerzos para para que existiera un medio.

Entonces el 16 de febrero es un punto de llegada de un montón de esfuerzos hechos antes, que incluyen talleres, actividades de formación, la organización de un grupo que en algún momento llego a agendar a unas 200 personas que participaban de las propuestas de la radio, un espacio de producción en otras FM que existían antes y que fueron alojando las puestas finales de esos talleres, las producciones especiales que se hacían y al fin una serie de programas que cada vez eran más, hasta que hubo un espacio de producción de contenido que tenía una dimensión tan significativa que era como una radio dentro de otra radio, que nos prestaba su dial, nos alquilaba su dial para poner el aire nuestros programas y lo único que faltaba era que técnicamente estuviéramos en condiciones de salir al aire por cuenta propia. Todo eso se fue logrando entre el 1999 o el 2000 y hasta el 2004.

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– ¿Que los llevó a encarar un camino radial de estas características?

– Yo no tuve la idea. Creo que ninguno de nosotros al principio pensó en una radio. Sí pensamos en un proyecto de comunicación y decíamos alternativo porque conocíamos la cierta lógica de los medios convencionales. Y algo que nos puso en un mismo lugar y en la misma clave es que en muy poco tiempo nos generaron un montón de sensaciones negativas nuestras primeras experiencias laborales, en los medios de comunicación. Todos estudiamos juntos, nos formamos el mismo lugar y al mismo tiempo y medio como que compartimos esa experiencia por ahí frustrante -por ahí en algún punto esclarecedora aunque parezcan cuestiones opuestas entre sí- de que los medios de comunicación de aquel momento no eran lo que nosotros creíamos o queríamos que fueran.

“Algo que nos puso en un mismo lugar y en la misma clave es que en muy poco tiempo nos generaron un montón de sensaciones negativas nuestras primeras experiencias laborales, en los medios de comunicación”.

Y estábamos con muchísimas ganas, con un enorme deseo de poder hacer experiencia en comunicación. Tuvimos la suerte de tener rápidamente trabajo en los medios y todo lo que pasaba, eran golpes en la cabeza, en contra de lo que nosotros queríamos que pasara o queríamos que fuera nuestra experiencia, nuestro desarrollo profesional. Todo eso se confabuló para que nos dijéramos que buscábamos otra cosa. Y cada uno de nosotros le fuimos aportando algo para que se transformara en un concepto.

– ¿Y en estos 15 años qué paso?

– Pasó de todo. Por ahí algo para sintetizar, que repetimos mucho, es que la radio nunca estuvo en un mismo lugar, nunca paró de crecer, nunca fue la misma pero nosotros pasamos de hacer un experimento a poder ver un espacio, un proyecto y y al resultado de un proceso: un espacio organizado, pero que a la vez es un espacio de organización que le permite a las personas, a las instituciones, a los grupos no solo expresarse, sino desplegar sus estrategias para resolver alguna de sus necesidades. Por eso decimos que es un proceso y también es como una entidad en sí misma, porque lo que le dio los 15 años es pasar de una instancia experimental o fundacional a consolidarse de alguna manera. Hay algunas necesidades del primer tiempo que ya no son tales, estamos en una situación en la que podemos decir que ciertas cosas ya están resueltas, que ya no son temas de discusión y esos nos permite abrir otras discusiones de otro nivel.

– ¿Y cuáles son los desafíos?

– Algunos de nosotros nunca estamos conformes con la programación. Mas allá de que todos los fines de año nos juntamos, celebramos, nos expresamos nuestro orgullo por la programación, eso no quita que siempre pensemos en lo que falta y estemos pretendiendo cosas. Sí está cada vez más consolidado el marco político del proyecto, que hace que algunas propuestas ni siquiera pasen por la puerta. Eso es algo ganado, logrado, entonces hay 25 programas en la grilla y con cualquiera donde pongas el dedo, podés plantear que eso tiene que ver con lo que nosotros queremos que este espacio diga o que se diga en nuestro proyecto.

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– ¿Qué es lo que más te gusta de la radio?

– A mí me sigue atrayendo la cercanía, yo sigo siendo fanático de buscar la radio con un dial analógico. De tenerla en la cocina de mi casa, de que el día empieza cuando prendés la radio, de hacer mucho zapping y de saber que a cierta hora tenés que cambiar la radio porque hay otra cosa en otro lado y buscarla y volver a buscar a la media hora o a la hora y estar todo el día así. Pero como medio, como soporte de comunicación, (la radio) me genera atracción, la cercanía, me genera atracción la espontaneidad, la posibilidad de que como soporte tiene muchas menos limitaciones para participar del proceso comunicacional. No hace falta saber leer y al que emite, si bien deberías observar ciertas cuestiones de códigos radiofónicos, también le es muy fácil poder transmitir su mensaje.

“Pero como medio, como soporte de comunicación, (la radio) me genera atracción, la cercanía, me genera atracción la espontaneidad, la posibilidad de que como soporte tiene muchas menos limitaciones para participar del proceso comunicacional”.

– Después de la primera transmisión, ¿se les cruzó o desearon este presente? 

– La respuesta por ahí va a sonar poco romántica, pero del mismo modo que yo te digo que el día 1 no estaba en la cabeza de ninguno de nosotros que hubiera una radio que se llamará De la Azotea 88.7, una vez que la radio estuvo al aire por lo menos a mí lo que me pasa es yo no puedo dejar de pensar en cómo estar mejor. Suena ambicioso, como autocrítica me lo digo, suena que no disfruto lo que hemos logrado hasta ahora pero yo no dejo de pensar en el espacio de aire que no está ocupado, en el mueble ese que el sábado estaba acá y después del corso no lo volvimos a su lugar, en que hay que cortar el pasto afuera. Entonces la respuesta concreta a lo que me estás preguntando es sí.

– ¿Como es la construcción colectiva, la parte humana? 

– Es esto que yo te cuento de mí, no multiplicado pero puesto en debate con otras 8, 9 o 10 cabezas que vamos todas a un ritmo diferente en etapas de la vida diferentes, teniendo en claro que lo que le aportamos a ese proyecto tiene que convivir, que coexistir, que jugarse en paralelo con nuestras vidas, con nuestros trabajos, con nuestras necesidades. Entonces es como una negociación y una elaboración que atraviesa etapas y en algún punto se abrocha y cada vez que se abrocha algo, podés dar un paso.

Por ahí no tenemos que estar todos sintonizados de la misma manera para que las cosas fluyan, pero lo que no puede pasar es que ninguno traiga una iniciativa. Y felizmente nos chocamos, digamos, cuando aparece una reunión con que el listado de temas a charlar supera ampliamente lo que podemos conversar en tres horas, que es el tiempo que por ahí nos juntamos. Entonces hay una lista, después a esa lista le hacés un orden y después de ese orden por ahí tocás tres temas de esos diez. Pero cuando avanzamos en tres temas, es porque hemos superado esa instancia de dar esa discusión y de encaminarla y llevarla y eso es el resultado de lo que cada uno de nosotros elaboró fuera de la reunión, para proponer en ese espacio.

 JAVIER GERMINARIO, UN MILITANTE DE LA COMUNICACIÓN 

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–  ¿Qué significado tiene el periodismo o la comunicación para vos?

– Yo creo que nuestro rol es el de facilitar el acceso de expresión de la comunidad. Hacer todo lo posible para que la persona pueda expresarse. Que tenga las mismas oportunidades que en cualquier otro soporte y que nosotros se lo podamos facilitar, que acompañemos ese camino. No es solo decir: “Bueno, mirá, pasá ahí y hacé lo que se te de la gana”, si no que nosotros además tenemos que tener la responsabilidad de acompañar eso.

– ¿Por qué elegís dedicarle tiempo a este proyecto?

– Son decisiones. Lo que yo hago no es heroico, yo me hago cargo.

– Pero lo es…

– No, son decisiones. En una época cuando se hablaba de este tema -que miramos críticamente la dispar presencia de compañeros y compañeras- decíamos: “Bueno pero tal compañero se pasa todo el día acá, la mujer no lo querrá en la casa”. Era muy áspero charlar en esos términos. Pero nunca sabés si eso es así. Yo lo que puedo decir -para no decir que estaban hablando de mí en ese caso- es que yo estoy hablando acá en este momento porque mi mujer me recontra banca para que yo este acá, mis hijos recontra bancan que esté acá. Es un tema de conversación, pero ya no solo entre dos sino de a cuatro, en el caso de mi casa. Yo no me veo fuera de este proyecto y no me veo reemplazando el tiempo que lo doy a este proyecto jugando al padel o poniendo una huerta en mi casa.

– ¿Sigue teniendo que ver con ese planteo original de ver cómo se maneja y cuál es la lógica de los otros medios? ¿Sigue teniendo que ver con esa postura?

– En parte sí, a mí me gusta plantear situaciones que van desde la pregunta que nosotros podemos hacer en una conferencia de prensa y que el medio convencional no la hace por un montón de otros intereses que no son comunicacionales, hasta que en el lugar donde soy empleado los feriados ya no se trabaja más y esta radio todavía está discutiendo qué hacemos: algunos feriados nos los tomamos, pero otros venimos y el 24 de marzo por más que sea feriado, todo el mundo tiene recontra claro que esta radio va a ir a la plaza. Eso en la comparación es un orgullo, pero esa es una dimensión digamos, eso funda y permite que a partir de ahí se edifiquen otras cosas.

“Pero que hacer comunicación o trabajar en el sostenimiento de este proyecto para que otros hagan comunicación es una forma de militancia, eso no sé si está instituido formalmente, pero de hecho para mí es así”.

– ¿La comunicación es tu militancia? 

– Sí. Cuando yo digo al principio que nosotros no teníamos en la idea original armar una radio, esto por ahí se lo preguntás a otros y lo elaboran distinto, y está buenísimo, nunca nos sentamos a charlar los cuatro para armar una sola idea de esto. Lo que sí pasa después, cuando nos damos cuenta de que es por el lado de armar una radio, es que ya teníamos el para qué y claramente la definición es esa: para poder militar a través de la comunicación. Entonces en alguna etapa se planteó que este era un proyecto que en sí mismo era una organización política. Por ahí no nos da el cuero para eso en este momento porque tendríamos que tener otro tipo de compromiso, pero que hacer comunicación o trabajar en el sostenimiento de este proyecto para que otros hagan comunicación es una forma de militancia, eso no sé si está instituido formalmente, pero de hecho para mí es así. Yo parto de ese lugar, yo me identifico, me presento y es una carta de presentación que yo soy militante de la comunicación participativa.

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