“Oye chica!”, una comunidad para resurgir, empoderar y marcar un camino

La ONG Palestra trabaja hace 16 años en brindar oportunidades a sectores vulnerados y desde hace tres meses conformó una comunidad activa por y para mujeres.

(Foto: Oye chica!)

“Resurgir para empoderar” puede definir en breves palabras el trabajo que realizan desde la ONG Palestra a través de una comunidad activa formada dentro de ella por y para mujeres denominada “Oye chica!”: un grupo de unas 100 integrantes que, con voluntarias y profesionales, apuntan a generar redes de contención, guardias para asistencia psicológica, asesoramiento a víctimas de violencia y recursos para una independencia económica.

Palestra es una ONG que nació hace unos 16 años, con una sede en el barrio Cerrito y San Salvador (en calle Cerrito y Azopardo) que desde sus inicios estuvo destinada a asistir y generar oportunidades a sectores vulnerados de distintos barrios, y con mayor énfasis -por cercanía- con la Villa de Vértiz. Puntualmente, apuntando a general “autovalimiento y reinserción social”, a través de residencias, talleres, cursos y distintas iniciativas.

“Comenzó con la idea de tener un hogar. La actual directora, Guillermina Graciano, vivió en la calle, y de chica en un hogar. Hoy es psicopedagoga, y trabajaba en un hogar de la ciudad que cerró y dejó a la mayoría de los chicos en la calle. Entonces ella se llevó a dos de los chicos y su compañera de trabajo otros dos. A partir de ahí surgió que había muchos chicos que estaban en la calle y que había que hacer algo. Ellas lo que hicieron entonces fue alquilar una casa y llevar a vivir a todos los chicos ahí. Ahí se formó el hogar, tuvieron que formalizarlo y ahí es donde funciona la ONG”, contó Camila, integrante la ONG, sobre los orígenes.

Más allá de ese objetivo inicial, hoy la ONG trabaja con chicos, chicas, mujeres, hombres y cualquier persona de todas las edades que esté en situación de vulnerabilidad, con abordaje de distintas temáticas como adicciones, situación de calle o mujeres en situaciones de violencia.

“Tenemos el hogar para jóvenes y adolescentes y por otro lado está la ONG, hoy sin actividades presenciales pero con talleres que tengan que ver con la inserción social de pibes del barrio y de otros barrios más alejados: trabajamos con talleres, grupos de ayuda, escolarización“, contó.

OYE CHICA!, POR Y PARA MUJERES

Pero dentro de la ONG, un grupo de voluntarias sintió la necesidad de organizarse para generar respuestas a otras que, como ellas, necesitaban que alguien les tienda una mano en medio de necesidades socioeconómicas, asesoramiento legal o contención ante casos de violencia de género. Así fue como hace tres meses lanzaron la comunidad “Oye Chica!“.

Actualmente la comunidad la conforman 100 mujeres, de las cuales 15 son parte del equipo de profesionales y voluntarias y el resto mujeres que están siendo acompañadas y a su vez forman parte de las actividades: “La particularidad que tiene Oye Chica! es que las mujeres que hoy son del equipo, somos mujeres que salimos de situaciones vulnerables, algunas hoy somos profesionales y otras no. Pero creemos en la experiencia de mujeres que salieron de situaciones difíciles, pueden tener la cancha para poder trabajar con mujeres que están pasando por lo mismo que nosotras ya pasamos”, explicó Camila.

Así, por ejemplo, cada martes realizan grupos de apoyo para abordar diferentes temáticas puntuales según los profesionales que participen: psicólogos, maestros, profesores de canto o teatro. Por la pandemia, las actividades se realizan mayormente por Zoom, pero también tienen cinco puntos de encuentro en barrios donde lo hacen de manera presencial con grupos reducidos para mujeres sin acceso a internet. “Tratamos que todos los encuentros estén guiados al empoderamiento y desarrollo de la mujer“, sumó.

Pero además de los grupos de apoyo, también cuentan con guardias de asistencia todos los días: “Las personas que tengan una inquietud, crisis o que les sucedió algo que no lo pueden manejar solas, se acercan o llaman a la guardia y la guardia la contiene“. Según cuenta, la misma está integrada por dos personas, una operadora social y una psicóloga.

No obstante, el protocolo de actuación incluye un contacto directo con la Comisaría de la Mujer para situaciones que excedan las posibilidades de las profesionales, más allá de que prestan asesoramiento legal con un abogado de la ONG. Al respecto, indicó que establecieron un enlace con la dependencia policial, desde donde también derivan a las personas que denuncien una situación de violencia o que hagan una restricción de acercamiento. “Lo que hacemos nosotras es darle acompañamiento después de la denuncia“, explicó.

VÍNCULOS SANOS PARA VIVIR, REMERAS PARA CONCIENTIZAR Y EMPODERAR

Hasta el mes de octubre, desde la comunidad lanzaron una campaña para generar conciencia sobre vínculos y también recaudar fondos para su funcionamiento: “Oye Chica! trabaja con muchas problemáticas, no solo en violencia. Tenemos mujeres que han salido de la calle, que sufren violencia o están en otras situaciones de vulnerabilidad pero una de las que quisimos maximizar y viralizar es fomentar vínculos sin violencia“, introdujo Camila.

Para ello, comenzaron una campaña “Oye amor!”, destinado a problematizar cualquier tipo de vínculo entre personas. La campaña consta en la venta de remeras con frases pensadas por las propias mujeres del equipo de Oye Chica! en relación a la temática y, con el dinero recaudado, finalizar una cocina en la que apuntan a generar emprendimientos destinados a lograr la independencia económica de las mujeres que atravesaron de situaciones delicadas y necesitan autosustentarse.

Las remeras se pueden conseguir en contacto con la ONG a través de las redes sociales de @lulamaluladesign.

“La idea es que la campaña no sea solo juntar fondos sino que en realidad contar ésta, que es una problemática que no tiene clases sociales, que atraviesa a todo el mundo y como ciudad tenemos que hacernos cargo”, cerró Camila.