PAMI: son discapacitadas, las despidieron y se encadenaron
Mariana y Laura entraron a trabajar a la obra social en enero y la semana pasada les dijeron que prescindían de sus servicios, aunque no les dieron motivos. Aseguran que fueron discriminadas y piden su reincorporación.
Dicen querer creer que se trata de “un error” porque si no esto “hablaría muy mal de una dependencia en la que se trabaja con la inclusión, con la atención de los más vulnerables”. Sin embargo, aseguran, hoy se sienten discriminadas por PAMI, la misma dependencia que hace tres meses las contrató para cumplir con el cupo de discapacidad establecido por ley y que pasado el “período de prueba” decidió prescindir de sus servicios, sin previo aviso y sin justificativo.
Mariana Varela tiene 46 años y Laura Garberi, 29. Ambas padecen discapacidades motrices y fue por ese motivo que ingresaron como parte de la planta permanente de la obra social en enero de 2015, en el marco de lo establecido por la ley 25.689 para las dependencias del Estado nacional.
El martes pasado llegaron, como todos los días, a su lugar de trabajo y se encontraron con una novedad: les dijeron que debían volver a sus casas y que recibirían un telegrama. “Las autoridades nos dijeron que no sabían qué decía el telegrama, que obviamente después supimos que era un despido”, relató Mariana, que recordó que en su momento, cuando fueron contratadas, esas mismas autoridades les habían asegurado que los tres meses de prueba no serían excluyentes, es decir, no iban a cesar la relación contractual una vez concluido ese período.
“Por eso yo podía renunciar a mi trabajo que tenía desde hace once años y el resto de los chicos podía hacer lo mismo con las pensiones o subsidios”, graficó la mujer, que además de ser trabajadora, es campeona argentina de remo adaptado, sostén de familia y madre de dos nenes, uno de ellos, también, con una discapacidad.
Consultadas respecto a las explicaciones que les dieron desde PAMI, tanto Laura como Mariana coincidieron al decir que solo les aseguraron que no daban con el perfil de la dependencia. “Eso sería una contradicción, porque es el mismo perfil por el que nos tomaron”, cuestionaron y además remarcaron que durante el lapso en el que trabajaron “no hubo notificaciones ni verbales ni por escrito de que no nos estábamos desempeñando bien en las funciones, que eran las de atención al público”, según consignaron.
En cuanto a las responsabilidades de los directivos de PAMI, la semana pasada se reunieron –tras varias horas de espera- con la máxima autoridad en la ciudad de la obra social, Fernando Ali, quien se comprometió a darles una solución, pero también aclaró que la decisión no dependía de él. “Si bien la directiva la toman de Buenos Aires, eso lo sabemos, el informe de que no servimos salió de acá, alguien lo hizo y él lo avaló”, sostuvo Mariana, que destacó que las únicas personas despedidas fueron ellas dos.
En cuanto a los pasos a seguir, este viernes habrá una audiencia en el Ministerio de Trabajo, a la que están citados los representantes de PAMI. “Yo ya hice la denuncia en el Ministerio y en Derechos Humanos; queremos la reincorporación, porque ellos nos dieron su palabra de que no nos iban a echar”, se lamentó la trabajadora, que entendió que aunque el Estado habla de inclusión, en este momento a ellas las dejaron afuera “sin motivos”.
“Nos sentimos discriminadas. Quiero creer que fue un error, porque si no esto hablaría muy mal de una dependencia en la que se trabaja con la inclusión, con la atención de los más vulnerables”, completó.
