Un comedor del barrio Hipódromo que lucha por tener una sede
El merendero “Estrellita Fugaz” funciona hace 2 años en la casa de Brenda, una joven que atiende a unos 40 niños que reciben alimentación, apoyo escolar y recreación. “Cada vez se suman más chicos con necesidades”, describe.
“Empecé con el comedor porque antes esto era como un campo y se empezó a poblar de una manera impresionante. La cantidad de chicos que hay es muchísima. Y uno ve la necesidad de los nenes, porque a los papás que se les hace difícil comprar todo lo que necesitan”. De esa manera, Brenda Rego contaba hace un año su experiencia en asistir a los más chicos del barrio. Hoy, pasados dos años del comienzo, las realidades se mantienen y por eso necesitan un espacio propio ya que hoy esa asistencia se da en la propia casa de Brenda.
La vivienda está ubicada en el corazón del barrio Hipódromo, en el extremo noroeste de la ciudad. Si bien en los últimos meses Brenda pudo agrandar su humilde casa -que era de dos ambientes: una cocina-comedor y una habitación- luego de una campaña solidaria para ayudar a su hijo que sufrió un grave accidente, el lugar queda chico. Por eso decidió empezar una campaña solidaria con el objetivo de levantar en el mismo terreno en el que está su casa una habitación más que sirva como sede de “Estrellita Fugaz”.
Brenda cuenta que el merendero funciona todos los sábados, que las actividades empiezan a las diez de la mañana y que todo se resume en la contención y en la asistencia que se les pueda dar a los chicos del barrio. “El comedor lo hacemos cuando hay carne, que está muy difícil para conseguir por los precios”, relata.
Entonces la merienda siempre se mantiene además del apoyo escolar y la recreación. Cada dos meses llega el momento de festejar los cumpleaños de los chicos que asisten habitualmente.
La historia del comedor “Estrellita Fugaz” QUÉ la contó al momento en que se realizaban movidas solidarias para recaudar fondos para ayudar a Brenda a construirle una habitación a Gonzalo, uno de sus cuatro hijos que en diciembre de 2014 se cayó a un pozo ciego y tuvo que ser operado de la cadera. Luego de un largo proceso, continúa su recuperación con rehabilitación y con una sus piernas comprometidas.
(Foto: archivo / QUÉ Digital)
El merendero el pasado 22 de marzo cumplió dos años funcionando en la casa de Brenda. “Cuando fue el tema de Gonzalo, que me empezaron a ayudar, pude agrandar un poco mi casa , pero no entramos. Por eso la idea es utilizar el terreno que tengo para que sea exclusivo para el comedor”, explica.
Cada sábado por lo menos 40 chicos del barrio pasa largas horas con Brenda y gente que se acerca y ayuda, participa, se solidariza. A lo largo del tiempo Brenda reconoce haberse ganado la “confianza” de los vecinos y por eso la cantidad de chicos crece, según cuenta.
Quienes quieran colaborar con donaciones para la construcción de la sede pueden contactarse por el Facebook de Estrellita Fugaz o al teléfono 0223-156346153.
