Sábado 18 de mayo | Mar del Plata
04/03/2015

El cerco de Leningrado se despide con ironía y humor

Este viernes a las 22 en La Bancaría –San Luis 2069- será la última función del verano. “Me interesa el teatro político, social, el que te deja algo. El teatro que te moviliza” cuenta el director de la obra, Marcelo Cañete.

El cerco de Leningrado se despide con ironía y humor
(Foto: Facebook Grupo de Teatro Búsquedas)

Dos mujeres que resisten ante el inminente cierre de un teatro para la construcción de una autopista. Un libreto perdido, una muerte teñida de ideas políticas enfrentadas que no se sabe si fue suicidio u homicidio. Los ’70 como concepto atemporal y tantas cuestiones más para descubrir son los que encierra la comedia dramática del elenco marplatense El cerco de Leningrado, que este viernes a las 22 despide la temporada en La Bancaria, San Luis 2069.

El cerco de Leningrado es una obra que forma parte del Grupo de Teatro Búsquedas. Se centra en la relación de mujeres, Natalia y Priscila, quienes comparten residencia en El teatro del Fantasma, un lugar que está pronto a ser demolido. Además Natalia y Priscila son viuda y amante del mismo hombre, quien murió y no saben por qué y deben buscar un guion que tal vez les pueda esclarecer el hecho, como tantos hechos de un país en puja entre la derecha y la izquierda. Los personajes están interpretados por Mery Weller (nominada a mejor actriz marplatense en los Premios Estrella de Mar) y Federico Farías.

“El cerco de Leningrado es lo que está pasando en Buenos Aires con los centros culturales que están cerrando y con algunos centros culturales de la ciudad que quieren cerrar”, cuenta el director de la obra, Marcelo Cañete y dice: “Hacerla era interesante porque pasaba lo mismo en La Bancaria,  que el año pasado había un grupo de personas que antes de las elecciones se estaba disputando el teatro Arturo Jauretche y no sabía si quedaba abierto o no”.

-La obra tiene un muerto, que no se sabe si es un asesinato o un suicido ¿La realidad supera la ficción?

Este país tiene mucha ficción. Capital Federal tiene su ficción, Mar del Plata tiene su ficción. Son todas realidades distintas.

-¿Qué significa para vos como director de teatro que desaparezca un centro cultural?

-Que desaparezca un centro cultural es arrancarnos una parte nuestra a todos los teatristas, porque nos hacemos cargo nosotros de los centros. Y también a la comunidad, porque son una parte de la comunidad. Ahora estamos pidiendo todos el comodato para el América Libre y que la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses) le dé ese espacio al América Libre porque es un centro cultural de la ciudad.

-¿El arte es una resistencia ante el mundo que avanza y se lleva a todos puesto?

-En 2001, ante la crisis, la gente se volcó mucho al teatro. La cultura hace pensar a las personas. Nosotros tratamos de que aunque sea, un espectador se movilice, que se lleve algo a su casa. Nosotros agarramos de la sociedad lo que está pasando y lo plasmamos dentro del teatro. Mostramos la realidad, la desmenuzamos y decimos: “Está pasando esto, despertate”.

-¿Qué tipo de teatro te interesa más?

-Me interesa el teatro político, social, el que te deja algo. El teatro que te moviliza. No me interesa el teatro que no dice nada, que es solo para divertirte, sin trasfondo. No sé, Muerte accidental de un anarquista, en el Séptimo fuego es movilizador. Ese es el teatro que me gusta.

Marcelo dice que algunas veces, ese “hacer teatro militante va en detrimento del público”, pero, inmediatamente dice que el “balance de la temporada fue muy positivo”.

El cerco de Leningrado es un guion del dramaturgo español José Sanchis Sinisterra que con pinceladas de humor e ironía cuenta una época, que de alguna manera, es al mismo tiempo el franquismo español y los ’70 en Argentina.

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04/03/2015