Sábado 04 de mayo | Mar del Plata
24/12/2014

Cuento de Navidad

Editorial QUÉ, en la radio

 

Era la época de Navidad y en Mar del Plata vivía un Empresario Español que no disfrutaba de eventos festivos o solidarios. Al Empresario Español le gustaba contar dinero, mucho dinero y tener poder, poder que le daba manejar los medios de la ciudad. Le gustaba que la gente le temiera. Ese temor, él pensaba, era respeto.

El Empresario Español no creía en libertades para sus trabajadores y mucho menos en libertad de expresión. Compró otros medios de la ciudad. Los vació y prohibió que se hablará de la Navidad, que se cubrieran reclamos navideños. Prohibió la Navidad.

Era el 24 de diciembre y el Empresario Español, como siempre, se encontraba solo en su cama. La ventana se abrió y entró el espíritu de de la Navidad pasada vestido como militar franquista y le dijo: “Empresario Español, acordate que vos eras botones antes de que te demos plata, no seas tan turro”. Y se fue. Así son los espíritus navideños vestidos de militares franquistas.

El Empresario Español un poco se sorprendió, pero como había sido botones de un hotel hace mucho tiempo y ahora era propietario de uno no le dio importancia. Tal vez había sido un mal sueño. Cuando intentó dormir, entró el fantasma de la Navidad presente con forma de gobernador y le dijo: “Empresario Español, si seguís vaciando medios te van a armar más medios alternativos. El temor no es respeto”. Filosófico, el espíritu de la Navidad presente se fue. Aunque el temor sea lo más parecido al respeto en muchos lugares de la ciudad y la provincia.

Por último, cuando el Empresario Español pensaba que le había caído mal el brandy, entró por la ventana el último y aterrador espíritu de la Navidad futura que se parecía mucho a la Parca, pero tenía cara de intendente. La Parca con cara de intendete no le habló ni una palabra, solo le mostró el futuro de la ciudad, pero sin él. Todo seguía igual, no había grandes estatuas con su nombre, ni calles, ni centros comerciales (aunque casi pasa). En el fondo del futuro había unas pocas personas llorando su ausencia, que habían conseguido favores políticos gracias a su padrinaje.

El Empresario Español pensó que toda una vida para que solo unos políticos lloren su muerte era un castigo demasiado grande, pero se quedó dormido y a la mañana siguiente se olvidó de todo. La gente poderosa solo cambia en los cuentos.

Feliz Navidad.

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24/12/2014