1°de Mayo: una “jornada de lucha”, de Chicago al Puerto de Mar del Plata
El historiador marplatense Agustín Nieto y su trabajo enfocado en la clase trabajadora portuaria local.
Una de las concepciones del 1 de Mayo, el “Día Internacional de las y los trabajadores”, tiene que ver con considerarla una jornada de lucha, en sintonía con sus orígenes. Concepciones que fueron variando y sumando significados a lo largo de la historia, materia en la que se especializa Agustín Nieto, investigador marplatense del Conicet. De banderas rojas y negras, a la celeste y blanca. De Chicago al Puerto de Mar del Plata.
Nieto es integrante del Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales del Conicet-UNMdP y prácticamente desde sus inicios se dedica al estudio de la clase obrera marplatense, por lo cual desde el Departamento de Comunicación del Conicet buscaron destacar su trabajo en una fecha particular para las y los obreros del mundo.
El Día Internacional de las y los Trabajadores tiene sus orígenes en 1886, cuando en Haymarket, Chicago, obreros organizados llevaban adelante un proceso de lucha en reclamo de jornadas laborales de ocho horas, y con proyección internacional, en coincidencia con un movimiento obrero que por aquel entonces, con fuerte influencia de las corrientes anarquistas, se pensaba más allá de las fronteras nacionales.
En la cuarta jornada de reclamos, hubo disturbios, represión y detención de algunos de los obreros. Finalmente, ocho de ellos fueron condenados a muerte por la justicia estadunidense, y desde entonces se los conoce como los “Mártires de Chicago“, en nombre de quienes tres años más tarde y en París, el congreso socialista de la Segunda Internacional estableció una jornada de conmemoración, lucha y reivindicación cada 1° de mayo.
Nieto explica que, desde ese momento, la forma y el contenido de la fecha fue mutando, partiendo de la concepción que le otorgaron las corrientes de izquierda como el anarquismo y el socialismo, hacia otras de carácter nacional, también en Argentina: de las banderas rojas y negras, mutó al nacionalismo de la celeste blanca.
“Los estados nacionales intervinieron y transformaron la efeméride obrera en un feriado nacional de carácter festivo alrededor de todo el mundo. Sin embargo, pese al poder domesticador del Estado, los sentidos del 1º de mayo siguen en disputa y las distintas tradiciones y corrientes ideológicas reavivan y reactualizan herencias que ya tienen más de un siglo. En definitiva, el 1º de mayo es todo en uno: fiesta del trabajo, día internacional de lxs trabajadorxs, feriado nacional, jornada de lucha, conmemoración”, agrega el investigador.
DE LOS MÁRTIRES DE CHICAGO AL PUERTO DE MAR DEL PLATA
La carrera de Nieto está signada por la clase obrera portuaria, de la estiba, la marinería, la construcción naval y la pesca y, por cercanía y accesibilidad a los archivos, puntualmente la marplatense. Al respecto, señala que a lo largo de la historia, algunos rasgos se mantienen: uno de ellos, sino el principal, es la precarización laboral y la explotación intensiva de la fuerza de trabajo.
El trabajo diario de Nieto enfocado en la industria del pescado tiene sus orígenes en el año 2000, previo al estallido social pero en un período en el cual “el puerto de Mar del Plata estaba literalmente en llamas”. Desde allí su interés por la historia portuaria “no hizo más que crecer”, asegura.
“Las cooperativas truchas que hoy dominan la contratación de la fuerza de trabajo en la rama del fileteado de pescado fresco existen desde el origen de la actividad, en los años sesenta del siglo pasado. Uno de los primeros juicios laborales que un grupo de trabajadorxs precarizadxs del filet ganó fue contra la firma Moscuzza, hacia finales de los años sesenta. En la rama de conservas de pescado la situación fue similar, los primeros años fueron dominados por una absoluta precarización laboral”, graficó.
En ese marco, esa lucha que atraviesa sin lugar a dudas una fecha tan sensible para el movimiento obrero internacional, también está presente en la historia de la clase obrera portuaria, quienes mediante procesos de lucha y confrontación lograron conquistar derechos laborales, como por ejemplo la abolición del trabajo a destajo, igual salario por igual tarea sin discriminación sexo-genérica, la reducción de la jornada laboral, la prohibición del trabajo nocturno, la implementación de la organización sindical, entre otros.
Sin embargo, lamenta, no dejan de ser victorias cuyos cambios en algunos casos se fueron diluyendo a lo largo de los años y se evidencia en los procesos de los últimos 50 años hasta el panorama actual.
Puntualmente, hace foco en el convenio conocido como 161/75m destinado a regular las relaciones laborales dentro de la industria filetera y de aplicación exclusiva en Mar del Plata, con pautas concretas de horarios, condiciones de trabajo y salario.
“Las decenas y decenas de huelgas, cortes de calles, piquetes de fábrica, bloqueos en las entradas y salidas del puerto, no lograron imponer uno de los reclamos más caros del sector: la registración laboral bajo el convenio colectivo de trabajo firmado en 1975”, puntualizó.
El convenio -sostiene- adquirió una carga simbólica ya que fue producto de represión, persecución, secuestros y desapariciones contra quienes lo exigían y defendían durante la última dictadura militar.
El Golpe de Estado, afirmó, “impuso a sangre y fuego una nueva correlación de fuerzas entre capital y trabajo, a favor del primero. La proliferación en las últimas tres décadas de cuevas y coopetruchas que precarizan las condiciones de trabajo y vida no son más que su corolario“.
