Martes 07 de mayo | Mar del Plata
01/12/2014

El arte callejero de distorsionar lo real

Julián Cortary pinta retratos y caricaturas en la Peatonal San Martín. En menos de 20 minutos logra que lo exagerado se transforme en algo divertido a partir de captar la expresión de peatones que se convierten en sus modelos.

El arte callejero de distorsionar lo real
(Foto: Kito Mendes)

Por definición, una caricatura es un retrato que exagera o distorsiona la apariencia física de una persona o varias. Para Julián Cortary, además de un arte es su sustento de vida. Pinta desde años en la Peatonal San Martín y también recorrió el país y Europa con sus dibujos.

En menos de 20 minutos, con sus lápices de colores logra captar la expresión de peatones que se convierten en modelos de ocasión y que delegan en las manos del artista la capacitad de distorsionar lo real.

Los fines de semana, Julián despliega frente a la fuente de San Martín y San Luis sus herramientas de trabajo: lápices de colores, dos sillas, un atril, hojas en blanco y algunos de sus trabajos.

En diálogo con QUÉ, el dibujante contó que quienes piden retratos “buscan algo solemne”, es decir, que capte con sobriedad su imagen, mientras que aquellos que eligen las caricaturas “quieren reírse y divertirse”.

El límite entre lo exagerado y lo ridículo es mínimo, por eso Julián debe encontrar un equilibrio buscando captar, además de rasgos y gestos, parte de la personalidad de los peatones que por algunos minutos se convierten en sus modelos.

Julián Cortary dibuja desde que era un niño. Pero reconoce que lo hizo en forma autodidacta hasta que empezó a estudiar Diseño Gráfico en un instituto de Mar del Plata. A partir de entonces mejoró su técnica, adquirió una estructura y encontró una salida laboral. En su tiempo libre y para promocionar su trabajo, elige a reconocidos personajes de la cultura para retratarlos.

pintor-caricaturista 1“A la gente le gusta lo que hago. Hay un público para retratos y otro para caricaturas, pero en general todos se divierten cuando se ven como quedan”, sostuvo el artista.

Julián explicó también cuando más disfruta es “cuando el modelo se queda bien quieto”. Eso le permite captar más rasgos y crear un mejor retrato, aunque buena parte de sus modelos son niños o bebés y naturalmente “no se quedan demasiado quietos”.

Una caricatura en blanco negro no le lleva más de 10 minutos. Cuando es a color, como máximo puede demorar  15 o 20 minutos. “Me gusta trabajar con el turismo y es en verano obviamente cuando más trabajo hay”, señaló.

Con sus lápices, carpetas y hojas en blanco Julián recorrió varios puntos de la provincia de Buenos Aires, distorsionando rostros en fiestas, paseos turísticos y corredores comerciales.

Pero también llegó con su arte a otras provincias del país. Por ejemplo, hace algún tiempo gracias a un recorrido por Entre Ríos, impulsó una muestra con sus obras planteadas gracias a la cultura y la geografía de la vecina provincia.

También viajó a Europa en más de una oportunidad. La última vez fue en el 2013, aunque ya con una muestra de pintura programada en España y luego otra en Inglaterra.

“Es interesante trabajar con el turismo y como en Europa cambiamos la temporada alta, económicamente conviene”, agregó.

Julián sabe que ganarse la vida con su arte no es fácil, pero gracias a su talento y a las pinturas que le encargan, lo viene logrando hace ya algunos años. Le llevó tiempo pero hoy, este artista callejero que pinta en la Peatonal San Martín, consiguió que su principal sustento de vida sea captar la realidad para exagerarla y distorsionarla a su manera.

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01/12/2014