Miércoles 15 de mayo | Mar del Plata
09/04/2015

Su abuelo tiene deterioro cognitivo y PAMI “no responde”

Macarena Salomone es nieta de Olindo Girardi, quien hace más de un año espera un tratamiento, pero las trabas burocráticas se lo impiden. Responsabilizan a la obra social por dejar sin cobertura “a una persona discapacitada”.

Su abuelo tiene deterioro cognitivo y PAMI “no responde”
(Foto: Facebook)

Las historias son diferentes, pero la metodología se repite. Una obra social, una prepaga. Incumplimientos, falta de respuestas, trámites burocráticos. Y en el medio, la necesidad: la de una familia, la de un paciente, la de un ser humano. Y entonces, ante la urgencia, la denuncia pública, que lamentablemente, muchas veces, resulta ser la única solución.

Macarena Salomone es la nieta de Olindo Girardi, un abuelo que en unos meses cumplirá 88 años. Hace algunos años, a él le diagnosticaron deterioro cognitivo y en febrero de 2014 su familia comenzó ante PAMI el pedido para su tratamiento en un Centro de Día, por recomendación de su médica de cabecera, ya que la terapia ocupacional que le realizaban ya no era suficiente y su enfermedad estaba avanzando.

De acuerdo al relato de la joven, la obra social tardó cuatro meses en darle una vacante en el Centro de Día “Cerro Azul”, pero “en menos de un mes nos pidieron que dejemos de enviarlo, porque en el lugar no contaban con las herramientas ni el personal calificado para poder contener y ayudar a mi abuelo en su enfermedad”, según comentó.

Ante esta situación, la familia hizo la denuncia correspondiente en el área de Servicio Social de PAMI y allí les pidieron que volvieran a presentar nuevamente toda la documentación para iniciar, otra vez, el pedido de una vacante. “Nos solicitaron una documentación que ya poseían, para una  vacante que mi abuelo no tenía porque las instituciones que ellos contrataron le cerraron la puerta y gentilmente lo invitaron a retirarse”, se lamentó Macarena.

Con ese panorama, y ante la urgente necesidad de tratamiento, comenzaron “una peregrinación por los diferentes lugares para conocerlos y cerciorarnos de que cuando volviera a haber una vacante no sucediera lo mismo”. “En cada uno de los lugares a los que fuimos nos terminaron diciendo lo mismo, que ellos no están preparados para tratar con personas que estén muy deteriorados cognitivamente”, precisó la joven.

Luego de acercarse al Grupo de Autoayuda Mal de Alzheimer (GAMA), donde el abuelo comenzó a realizar actividades en los talleres de forma particular, la familia -sin respuesta de cupo- presentó a través de la Defensoría del Pueblo de la Nación “un pedido de excepción para que le cubran el tratamiento en GAMA”.

“Hoy estamos a más de un año del comienzo del primer trámite, a cuatro meses del pedido de excepción y PAMI sigue sin responder”, denunció Macarena, que no solo cuestionó la falta de respuestas sino el maltrato recibido “cada semana” cuando van a averiguar cuál es la situación del expediente.

“Hago cargo a PAMI por los estragos que esta enfermedad está haciendo en mi abuelo y no me tiembla el pulso ni la voz para decir que lo que ellos están haciendo es abandono de persona”, acusó, ya que “están dejando sin cobertura a una persona discapacitada, están incumpliendo con las obligaciones que se desprenden de la ley 24.901 y la Convención Internacional de las Personas con Discapacidad que nuestro país ratificó”.

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09/04/2015