Lunes 06 de mayo | Mar del Plata
05/11/2015

Efectos made in Argentina: “Lo que importa es el talento”

El Festival de Cine reunió a realizadores de ciencia ficción en una charla sobre efectos especiales y visuales. “Hay que saber usar los recursos para lograr el ‘efecto wow'”, dijo el especialista Gonzalo “GG” Gutiérrez.

Efectos made in Argentina: “Lo que importa es el talento”
Gonzalo "GG" Gutiérrez y los Farsa Pablo Parés y Simón Ratziel. (Foto Lucho Gargiulo)

“Está lindo esto…para haber sido hecho en Argentina, claro”. Esa frase, que parte de la premisa de que todo lo hecho en el país en materia de efectos especiales en las películas es trucho, muy trucho, es una puñalada al ego para los realizadores de películas de ciencia ficción en Argentina.

En un intento por destruir ese paradigma instalado en el inconsciente colectivo, el Festival Internacional de Cine convocó para una charla al director y supervisor de efectos visuales de la productora Sinema, Gonzalo “GG” Gutiérrez; al director y uno de los fundadores de Farsa Producciones, Pablo Parés; y a otro miembro de Farsa, experto en todo tipo de maquillajes protésico, Simón Rietzel.

Un poco de semántica, los efectos especiales son los efectos físicos que se hacen en el set de filmación, como prótesis, máscaras, sangre y explosiones. Son, básicamente, todo lo que se puede tocar, real y tiene una materialidad. Mientras que por efectos visuales se entiende como todo efecto digital, lo que no se puede tocar, los pixeles. Animaciones en 3D, composiciones y demás artilugios muy nerds. Todo lo que se hace en etapa de posproducción.

“Los efectos son la herramienta que permite elevar la vara de la producción. Aquellos que pueden involucrar efectos visuales generarán valor de producción a las piezas”, consideran los especialistas

EL EFECTO “WOW”

“Antes los efectos visuales eran exclusivos de las producciones hollywoodenses y ahora estamos en el mejor momento para equiparar esa vara. Tenemos equipos similares, pero más creatividad. Con el talento es con lo que se puede hacer la diferencia”, asegura el fundamentalista de efectos visuales Gonzalo “GG” Gutiérrez.

Gonzalo dice que hay que saber usar inteligentemente los efectos para generar lo que el llama el “efecto wow”. Que, según explica, es justamente eso: generarle al espectador un gran y poderoso “wow”.

Para ejemplificar aún más lo que llama el “efecto wow”, con la productora Sinema realizaron el trailer Underland, dos minutos de puro efecto visual en el marco en un adelanto de una ficticia película de ciencia ficción para demostrar qué es lo que se puede hacer en Argentina.


“Sabíamos que no contábamos con recursos y presupuesto, pero queríamos hacer una muestra de dos minutos del talento que hay en Argentina y lo que podíamos hacer”, dice “GG” con el pecho inflado de tanto efecto visual.

Gonzalo Gutiérrez es, además, socio fundador de la Asociación de Efectos Visuales de Argentina. Año a año dictan cursos gratuitos que utilizan herramientas libres (software libres) a través de internet y presenciales, dados por gente de Argentina con la idea de que crezca cada vez más el mercado. “Hay necesidad de mano de obra en efectos visuales muy grande en el país”, remarca.

Lo más importante para trabajar es el talento de las personas, hay efectos muy buenos que se pueden hacer con Photoshop. Cuando alguien diga que lo más importante es el software es mentira”, considera el supervisor de efectos visuales de la productora Sinema y asegura: “Hoy está todo al alcance, nosotros durante muchos años estuvimos condenados a la creatividad por no tener las herramientas y ahora es el momento de potenciar eso y mostrarlo”.

SE ACABÓ LA FARSA: EFECTOS ESPECIALES

Simón Rietzel sabe que cuando alguien piensa en efectos especiales en Argentina se le ocurre lo peor, sin embargo el tipo es un laburante y un convencido de que con talento se puede. “Estamos combinando los efectos especiales y los visuales en nuestras producciones. Es un gran apoyo el efecto visual sobre el especial, porque muchas veces hay que tapar errores. Magnifica y lleva al efecto mucho más arriba lo que se ve”, dice.

En esta edición del Festival Internacional de Cine se proyecta Daemonium: Soldado del inframundo una locura de ciencia ficción posapocalíptica dirigida por Pablo Parés y con Simón como realizador de personajes y maquillador. Acá los Farsa, en una producción independiente que llevó cinco años, pusieron todo lo que había para poner: demonios, mutantes, ciborgs, brujos, magia, tiros, sangre, colegiales y cualquier otro servicio para el fanático.

Pablo Parés dice que el equipo de efectos de una película es como un equipo de fútbol: Messi hay uno solo, los demás Mascherano. “Uno tiene que ver cómo maneja a toda esa gente, ahí entra el rol del director que funciona también como psicólogo y contenedor para llevar a toda esta gente”, explica.

Las herramientas para hacer la mayoría de las cosas están al alcance de todos y hoy en día hay tutoriales que te explican a usar los programas. Si uno tiene paciencia, internet y algo de talento lo puede hacer”, dice el fundador de Farsa.

Filmar una película es como filmar la vida, es muy complejo y siempre varía”, filosofea Pablo y retoma al tema de la charla con una máxima: “En la ciencia ficción el efecto es muy importante, por más que uno trate de que lo que prime sea la historia, cuando llega el momento del climax recurrís a un efecto“.

Para Pablo Parés uno de los temas de discusión actual “cuándo el efecto es demasiado en una película”. “En las películas que vienen de Hollywood hay tanto efecto que uno no puede ni empatizar. No ves la realidad, se convierte en un dibujito animado. Creo que en el cine actual uno ya sabe cómo va a hacer el truco el mago antes que lo haga: sí, por computadora”, considera.

“Nosotros lo que tratamos es de rescatar ese cine de fines de los ’80 y principios de los ’90 donde se usaba tanto digital como físico. Para que la gente no sepa por dónde viene la mano. Tratamos de engañar todo el tiempo al espectador. No estudié efecto, pero la vida me llevó a esto. Y siempre pienso ¿cómo lo hubiesen hecho en la King Kong del 33? No tenían nada, era óptico. Pensando de esa forma puedo resolver todo lo que se ve en Daemonium”, concluye Pablo Parés.

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05/11/2015