Mundialista escuela de rap: respeto, actitud y solidaridad
El MC Pablo “Sefo” Salvatierra abrió una escuela para enseñarle hip hop a menores de 18 años que funciona en 20 de Septiembre al 1700. “El hip hop es una música consciente que defiende nuestros derechos”, expresa.
El MC Pablo Sefo Salvatierra, cantante en la banda de hip hop local Brother 4 Life, abrió un espacio para enseñar rap llamado “Mundialista escuela” con el objetivo de que los chicos aprendan a expresar de manera artística la situación de sus barrios y su vida.
Mundialista escuela funciona en una casa de Acción Marplatense ubicada en 20 de Septiembre 1744. Allí Sefo enseña a rapear a chicos de hasta 18 años, para que aprendan a utilizar las herramientas del freestyle.
“Yo soy del barrio Mundialista y la idea es darle herramientas a los chicos para que puedan rapear en unas seis clases y enseñarles la ideología del hip hop: respeto, actitud, unión, solidaridad y compartir”, explica el rapero.
“Todos tenemos un montón de arte adentro, mi idea es sacar ese candado de los chicos y que puedan expresarse”, dice Pablo Salvatierra.
UN VIAJE DE HIP HOP
Sefo explica que el hip hop comprende cuatro ramas artísticas: “El DJ que pasa música, los graffiteros que pintan y le ponen arte visual a la vida, los MC que son los que rapean y los b-voice”.
“Es un género con contenido social. Nosotros expresamos el punto de vista de cada de uno de manera fuerte y nos enfocamos en mantenernos desde una postura para que la gente pueda entender nuestra ideología”, dice el rapero sobre el estilo que, según cuenta, “empezó como acto de protesta en África, ya que los esclavos se comunicaban con ritmos con la boca. Crece en el Bronx que fue donde nació la primera rama y eso hizo que se viralizara un estilo de músico distinta”.
Sefo hace poco fue a Estados Unidos, con la excusa de buscar trabajo, recorrió las calles de California para aprender sobre el hip hop, su cultura y la manera en que se vive en Estados Unidos.
“Allá es realmente masivo. Acá está en etapa de crecimiento y nos estamos adaptando a una forma del hip hop. Allá todavía hay pica entre negros y blancos, hay discriminación. Al principio sentí mucha subestimación: me veían blanco, rubio y encima hablaba español. Me metí en lugares difíciles, pero siempre con buena vibra y actitud salí bien, porque di a entender que todo lo que buscaba por las calles era rapear y compartir”, cuenta.
