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15/09/2019

El militar que desconoce la desaparición de su primo: “¿Por qué no puede estar vivo?”

Fue convocado como testigo en el juicio “Subzona 15” y sorprendió con su postura a las partes y a los jueces. Luis Bustamante fue secuestrado en 1977 y permanece desaparecido.

El militar que desconoce la desaparición de su primo: “¿Por qué no puede estar vivo?”
(Fotos: archivo / Qué digital)

Luis Bustamante y su hermano Raúl Ricardo fueron secuestrados con unos pocos días de diferencia en Mar del Plata en mayo de 1977 y permanecen desde aquel momento desaparecidos. Sus casos forman parte del juicio por delitos de lesa humanidad que se lleva adelante en la ciudad en torno a la causa “Subzona 15”, y en el marco de la declaración de los testigos la presencia de un primo de la pareja de Luis -quien los alojó durante algunos meses por aquel entonces- llamó poderosamente la atención de las partes y hasta le valió recriminaciones de los jueces: se trata de un militar que cumplió funciones en la Base Naval y quien al declarar se mostró reticente a brindar información, en todo momento intentó eludir las preguntas y hasta llegó a exponer su duda sobre la desaparición de Luis.

“¿Por qué no? Sí, ¿por qué no? No lo puedo decir, hay que ser mago para saberlo”, respondió luego de que uno de los jueces interviniera ante sus permanentes evasivas y le preguntara si pensaba que el marido de su prima podía seguir con vida, pese a haber sido secuestrado en plena dictadura.

Luis Ernesto Bustamante -oriundo de Mendoza y quien se encontraba viviendo en Mar del Plata- fue secuestrado el 24 de mayo de 1977 alrededor de las 23.30 de su casa ubicada en Güiraldes al 4900 por un grupo de personas de civil, armadas, que afirmaron tener una orden de allanamiento aunque nunca la mostraron y se retiraron en un Falcon verde sin patente, con destino desconocido. Al día siguiente las personas que lo secuestraron regresaron a su domicilio en busca de documentación.

Y algunos días más tarde, uno de sus hermanos que también vivía en la ciudad, Raúl Ricardo –se desempeñaba como tornero mecánico en un taller de fundición en la zona del Puerto- fue detenido por un grupo de militares, policías y personas de civil que se lo llevaron con rumbo desconocido. Al día de hoy, ambos permanecen desaparecidos. Por los casos, en el juicio se encuentra imputado Jorge Luis Toccalino,  exsubjefe del Grupo de Artillería de Defensa Antiaérea (GADA 601).

El primero de los dos casos en ser abordado en una de las audiencias del juicio por delitos de lesa humanidad que se lleva a cabo en el Tribunal Oral Federal de Mar del Plata desde abril del año pasado y que tiene a 43 imputados por delitos cometidos en la Subzona 15 -ámbito jurisdiccional- y en los centros clandestinos de detención“La Cueva” y Base Naval fue el de Luis y así declararon ante los jueces Alfredo Ruiz Paz, Roberto Falcone y Mario Portela su pareja, Dora Aguirre, uno de sus hijos y Luis Troncoso, primo de la pareja de Luis, integrante de la Marina y quien cumplió funciones en al Base Naval.

La declaración de este último provocó malestar, incredulidad y hasta enojo de las partes y de los propios jueces que le advirtieron en más de una oportunidad que no fuera reticente en sus dichos, que no intentara evadir cada una de las respuestas y que no negara el accionar de la dictadura cívico militar. Es que su declaración tuvo tramos de absoluta negación y otros en los que finalmente brindó algún mínimo aporte al caso.

La declaración de Troncoso se inició ante preguntas de los fiscales Juan Pablo Curi y María Eugenia Montero con la explicación de que tanto su prima como la pareja de ella, Luis Bustamante, habían pasado unos meses viviendo en su casa ya que llegaron a la ciudad para que su hijo con síndrome de down pudiera asistir a una institución especializada, hasta que consiguieron dinero para mudarse a una lugar propio.

Y ya las evasivas del testigo comenzaron a aparecer cuando la fiscal Montero le preguntó qué supo que había pasado con Luis hacia 1977, luego de que él hiciera referencia a que había pasado un año sobre esa época en la Base Naval de Puerto Belgrano.

El testigo Luis Troncoso (Foto: Marcelo Nuñez)

A partir de allí, se dio un insólito diálogo entre la fiscal y el testigo:

–  ¿Recuerda qué es lo que le había pasado a Luis Bustamante?

No, ¿en qué sentido me lo dice?

– ¿Qué es lo que pasó con él, de qué suceso fue víctima?

– No, no

– ¿En ningún momento su prima recurrió a usted para pedirle ayuda frente a una situación que lo tenía como víctima a su marido?

– No. En 1977 yo no estaba en Mar del Plata, estuve un año en la Base Naval de Puerto Belgrano haciendo el curso de cabo principal por el ascenso que había tenido

– ¿Su familia se fue con usted a Puerto Belgrano?

-No, se quedó acá

– ¿No recuerda haberse enterado por su esposa que su prima había sufrido algún “inconveniente”, llamémosle, había tenido un problema con el marido?

– No, no se, tantas cosas, no entendí bien la pregunta.

– ¿Usted sabe concretamente si Luis fue privado de su libertad en algún momento?

– No, que yo sepa eso no.

– ¿Y en ningún momento su prima se acercó a su familia a pedir algún tipo de consejo o de ayuda en relación a que a su marido se lo habían llevado de su casa?

Nunca nos enteramos de lo que había pasado.

– Nunca se enteraron de lo que había pasado…

– (niega con sonidos)

– ¿Y durante el año 1977 su familia nunca tuvo contacto con su prima?

– Nunca tuvo contacto con…

– Con su prima

– ¿Yo?

– No, su familia. Usted me dijo que estaba en Puerto Belgrano…

– No sé porque yo estaba en Puerto Belgrano.

– ¿Cuándo fue la última vez que la vio a su prima?

– Ehhh, la última vez que la vi fue cuando llegó el submarino ARA San Luis (a Mar del Plata en 1975), después no la vi más.

El juez Roberto Falcone

Sin respuestas a las preguntas y con un testimonio cargado de evasivas, entonces la fiscal Montero pidió al Tribunal leerle al testigo lo que declaró en 2010 en el marco de la instrucción en el Juzgado Federal. Y en ese momento, previo a la lectura, intercedió el juez Falcone ante lo insólito que resultaba el testimonio:

– ¿Usted sabe qué pasó con Luis Bustamante?

No

– “No” ¿qué es lo que quiere decir? ¿Vive?

– Ah, no sé

– ¿Ah no sabe?

– Ah, si vive no, la verdad que no sé si vive o no vive. ¿En qué sentido me lo dice, señor?

– En el único sentido en que se lo puedo decir. Si usted sabe qué pasó con Luis Bustamante.

– No

– O sea, a usted lo citamos para que diga algo sobre Luis Bustamante, que vivió en su casa…

– Por eso le respondo

– Y usted no tiene idea por ninguna fuente de información, usted no sabe qué pasó, si vive, si no vive, si sufrió algún acontecimiento extraordinario…

– Cuando yo volví de Puerto Belgrano me hizo un comentario mi señora de lo que le había pasado a Luis.

– ¿Qué le había pasado?

– Lo que le contó la esposa de él

– Díganos qué es lo que le dijo su esposa

– Que no lo encontraban, no sé, algo así

– ¿Que no lo encontraban?

– No es que no lo encontraban, ¿usted me está hablando de qué año?

– Le estoy preguntado qué es lo que pasó con Bustamante, no sea reticente. ¿Qué es lo que pasó con Bustamante, qué es lo que le dijo su señora, qué pasó?

– Bueno en el año ’77 creo o ’78, no me acuerdo, vino la señora a decirle a mi esposa que a Luis lo habían llevado 

– ¿Que lo había llevado quién?

– No sé, que lo habían llevado, que no aparecía

– ¿Que lo habían llevado de dónde?

– De la casa de ella

– Ah, entonces le comentó, ¿entonces usted sabía que a Bustamante, según lo que le dijo la esposa a su señora, se lo habían llevado de su casa?

– De mi casa no

– De su casa, de la casa de Bustamante…

– Sí

– ¿Esto cuándo ocurrió, cuándo se lo habían llevado?

– No sé si ’77 o ’78.

– ¿Y usted cuándo se enteró de esto?

– Sí, ’77 o ’78, me lo contó mi señora cuando yo volví de Puerto Belgrano justamente. Que había venido la esposa de Luis  y dijo ‘Mirá se lo llevaron a Luis”. Es todo lo que yo sé, me lo contó mi señora.

Con algo más de información aportada tras el cuestionamiento del juez Falcone, la fiscal Montero leyó lo que el testigo había declarado en 2010 en sede judicial: que regresaba de Puerto Belgrano cada quince días y que en una de esas oportunidades la prima le había dicho a su mujer que se habían llevado a Luis la noche anterior y que lo estaban buscando. A lo que el militar, finalmente, asintió.

***

Dadas por terminadas las preguntas de la fiscalía, y luego de que la abogada querellante Gloria León, ante las negativas del testigo, fuera un poco más allá y le preguntara si sabía qué había pasado en el país desde el 24 de marzo de 1976 -y que solo encontrara como respuesta que “había una confrontación entre cómo se llama, no sé cómo decirlo, algo andaba mal en el país- el juez Falcone volvió a intervenir para preguntarle por algo que había dicho en su testimonio en el juicio previamente quien fuera pareja de Bustamente: que la mujer de su primo pasados los años, cuando se reencontraron en 2004, le dijo que su marido estaba vivo y que tenía hijos.

– ¿Sabe si en los últimos años su esposa se encontró con la señora Aguirre?

– Sí y le agradeció la ayuda que le dimos para que solucionara sus problemas. Habíamos tenido una convivencia muy buena, nos queríamos mucho. (…) Traté de ayudarlos lo que más pude. Después de 1977 nos sentimos muy mal.

Me encanta que haya recuperado la memoria. ¿Cómo terminó esa reunión en 2004? Su esposa le hizo un comentario un poco extraño para esta situación acerca del destino de Bustamante

– No lo puedo saber

-¿Su esposa cree que Bustamante está vivo, que tiene una familia e hijos?

– Y no, no sabemos. ¿Que tiene qué?

– ¿Su señora piensa que Bustamante está vivo?

-No puedo saber lo que ella piensa

– ¿O sea, que este es un tema tan intrascendente que ni lo hablan?

– Si le digo otra cosa le estoy mintiendo

– ¿No lo hablan? ¿Su señora piensa que Bustamante está vivo y no se lo dice a usted?

– No sé si lo sabe, no le puedo decir.

– ¿Usted qué piensa de Bustamante? ¿Qué le pasó? Usted no es un ciudadano común, usted es un militar que prestaba funciones en las Fuerzas Armadas, que vive en Argentina, que sabe leer, que tiene información, ¿que piensa que le pasó a Bustamante?

Que se yo, no sé. A ver, qué le puedo contestar. Yo quisiera saber por qué se lo llevaron.

– ¿Pero qué es lo que piensa que le pasó, usted cree que Bustamante vive?

– No sé si vive o no, la verdad que no sé, no sé.

– ¿O sea usted piensa más o menos como su señora, que puede estar vivo?

– ¿Por qué no? Sí, ¿por qué no? Lo que no quiere decir que esté vivo. No lo puedo decir, hay que ser mago para saberlo.

-Claro, hay que ser mago para saberlo…

– Por eso le digo que perdimos contacto con ellos.

Entonces, y antes de que se diera cierre al testimonio, el juez Falcone concluyó: “Usted me parece que perdió contacto con muchas otras cosas, señor“.

'LE LLENARON LA CABEZA DE MIERDA'

Previo a la declaración del militar Troncoso, había hecho lo propio en el juicio -desde Mendoza- la pareja y madre de los hijos de Luis Bustamente, Dora Aguirre, quien relató cómo se produjo el secuestro del hombre en su casa en la noche del 24 de mayo de 1977 y contó que tras ello recorrió la Base Naval y el GADA 601 en busca de respuestas, todas negativas.

Por otro lado, contó que con Luis habían llegado a Mar del Plata para que su hijo con síndrome de down pudiera asistir a una institución especializada y que así fue como convivieron unos meses con su primo Troncoso y su mujer. “Fueron muy amables conmigo. Me albergaron tres o cuatro meses. Mi primo trabaja en la Base Naval, es radioperador”, recordó y expuso, además, que cuando secuestraron a Luis le contó a su primo de la situación y que luego la mujer le dijo “que no quería que fueran más a su casa”.

Y ante una pregunta de la defensa oficial la mujer relató en en el verano de 2004 cuando volvió a Mar del Plata, después de tantos años, se encontró con la mujer de su primo. “‘¿Vos sabés que tu marido está vivo?’, me dijo y yo me quise morir, y me dijo que tenía hijos“, recordó y lamentó aquella situación. Así rememoró haber contestado que “le habían llenado la cabeza de cucarachas y de mierda”.

Por último, la mujer agradeció la posibilidad de ser escuchada en un juicio, pese al paso de tanto años. “Hace 43 años que estaba esperando esto, quiero que se sepa, que me digan por qué se lo llevaron, qué pasó, quién fue. Y que me den el cuerpo”, cerró.

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