Caso Dardo Molina: “La nuestra era una zona liberada”
Silvia Juárez, la viuda de Dardo, declaró en el juicio que se lleva adelante contra nueve policías. Si bien su testimonio no constituyó elementos salientes para la causa, contó que uno de los efectivos ya condenados le pidió perdón.
Silvia Juárez, la viuda de Dardo Molina -el comerciante asesinado en un robo en 2010-, volvió a declarar en un juicio y volvió a repasar parte de la historia de la que intenta reponerse hace seis años. Esta vez prestó su testimonio en el proceso que se lleva adelante contra nueve policías -dos de ellos ya condenados- por su accionar en el marco de la investigación por el asesinato del comerciante. Si bien su testimonio no aportó mayores elementos para la causa, volvió a remarcar que la de su comercio era una “zona liberada” y contó que uno de los efectivos ya condenados, Jose Luis Camargo, le pidió perdón.
Silvia entiende que este es el último paso de un largo proceso. Mientras sigue intentando reconstruir su vida y la de su familia, este miércoles otra vez volvió a rememorar parte de aquel hecho que terminó con su marido muerto después de agonizar meses. En la segunda jornada de un juicio que será extenso, la mujer fue una de las testigos convocadas por la fiscalía, representada por David Bruna.
En un corto interrogatorio, una de las primeras cosas que contó al ser consultada sobre si había tenido vínculo con algunos de los nueve efectivos imputados mientras se desarrollaba la investigación fue que uno de los policías ya condenado en el primer juicio se disculpó con ella. “Antes de entrar me pidió perdón”, dijo en referencia a Camargo, que se encontraba en la sala.
Además, por fuera de la causa, reveló que otro de los efectivos ahora juzgados, Miguel Horacio Carchio, un año antes del robo y posterior muerte de Dardo les había pedido coimas en su comercio. “En 2009 fue a mi negocio y a mi marido y a mí nos pidió coimas”, sostuvo la mujer y detalló que ocurrió en el marco de un supuesto control por la venta de pirotecnia. En el mismo sentido, contó que a Miguel Ángel Parrado -el otro de los efectivos ya condenados- lo conocía por verlo trabajar en el barrio, incluso mantenía relación con su familia y hasta tuvo a uno de sus hijos en brazos.
Por fuera de esas vinculaciones, volvió a remarcar que en aquel entonces la de su comercio era una “zona liberada” y recordó que los vecinos hasta había propuesto a la comisaría sexta hacerse cargo de pagar el combustible de los móviles para que patrullaran más.
En cuando a la causa en sí, recordó en en los primeros días de la investigación el fiscal a cargo de la causa, Mariano Moyano, le reconoció que dos de los aprehendidos en un primer momento “no coincidían en nada con la fisonomía del identikit“.
Un hecho particular se produjo cuando uno de los abogados defensores, Martín Ferrá, le cuestionó a Silvia por qué no había tomado nota del nombre de distintas personas que les trasmitían rumores sobre los posibles autores del hecho -entre los que estaban los dos jóvenes aprehendidos en primer término y que luego se comprobó que no participaron- a las pocas horas de haber sucedido.“Cuando eso pasaba estaba tratando de sostener todo lo que se me estaba derrumbado en medio de marchas”, le respondió.
A lo largo de la jornada, los cruces y advertencias entre los defensores y el presidente del Tribunal, Néstor Conti se repitieron al igual que en el primer día.
BARRÍA: “VINIERON SIN ORDEN DE ALLANAMIENTO”
Luego de la declaración en la primera jornada de uno de los dos jóvenes que fueron aprehendidos, Martín Daniel Aguirre, y que la fiscalía intenta demostrar que fue en el marco de procedimientos irregulares, había quedado pendiente la presencia de otro -que actualmente está detenido por otra causa-. Finalmente, este miércoles Martín Barría Fernández prestó declaración y sostuvo que la policía llegó a su casa “sin orden de allanamiento ni nada”. “Fueron muchas veces antes de que me aprehendieran”, sumó y reconoció a dos policías que fueron en algunas de esas oportunidades a su casa.
Por otro lado, negó tener conocimiento de que su pareja en ese momento había acusado a Aguirre de haber sido el autor del hecho, situación que consta en la causa.
En el marco de otros testimonios también se escuchó el de un oficial de servicio de la comisaría 12º con el que la fiscalía intentó demostrar “irregulairdades” detectadas en el libro de guardia del día en que supuestamente un llamado anónimo apuntó a Aguirre y Barría como los autores del hecho.
