Dardo Molina: sigue el juicio con la declaración de los policías
El proceso que se lleva adelante contra nueve efectivos por presuntas irregularidades en dos aprehensiones en torno al hecho sumó el testimonio de dos de los imputados. Camargo, ya condenado, volvió a pedirle disculpas a la familia del comerciante.
En el marco del juicio que pone foco en el accionar de nueve policías en el transcurso de la investigación por el asesinato del comerciante Dardo Molina en 2010 -que incluyó la aprehensión de dos jóvenes que nada tuvieron que ver con el caso-, este martes declararon dos de los nueve efectivos imputados, entre ellos Jose Luis Camargo, que ya fue condenado en el juicio principal, y que en esta oportunidad volvió a pedirle disculpas a la familia del comerciante, apuntó contra sus por entonces compañeros y negó que haya existido una persecución en la aprehensión de uno de los jóvenes, tal como intenta probar la defensa.
En un debate extenso que se prolonga más de lo que estaba previsto originalmente a partir de la gran cantidad de testigos, este martes dos de los imputados decidieron brindar su testimonio: Camargo y Jorge Luciano Spina. El primero fue Camargo, quien ya fue condenado en el juicio principal, y quien está acusado de haber participado en el allanamiento y la aprehensión de Marcos Daniel Aguirre, uno de los jóvenes que luego se comprobó que no tuvo nada que ver con el hecho.
En ese sentido, Camargo reconoció haber ido ese día hasta la casa de Aguirre a partir de que sus superiores le exhibieron una foto y le dijeron que junto a Miguel Ángel Parrado -el otro efectivo que también ya cuenta con una condena- rondaran el lugar para verificar si se encontraba. Entre quienes dieron esa orden apuntó contra Juan Pablo Velázquez, Miguel Horacio Carchio y Claudio Daniel Cacciacarro.
De acuerdo a su relato, al llegar a la casa vieron “movimiento” por lo que dieron aviso a Carchio y cuando llegaron los otros efectivos tocaron la puerta; tras unos minutos salieron de la casa con Aguirre detenido y él fue el responsable de trasladarlo en un patrullero. En concreto, lo que hizo fue ir en contra del relato del propio Aguirre, quien lo acusó de haber sido quien entró a su casa y hasta de haberle pegado una patada en la cara. De esta manera, descalificó la versión que intenta exponer la defensa de la mayoría de los efectivos y que repara en que no se trató de un allanamiento a la vivienda sin orden judicial sino que se produjo en el marco de una persecución.
En su larga declaración, Camargo volvió a hablarle a la familia a la que nuevamente le pidió perdón y dijo estar “arrepentido” y haberse “equivocado” por haber dejado ir a Santucho -luego condenado por el homicidio de Molina- luego de haberlo interceptado tras el hecho.
“DEJAN MUCHO QUE DESEAR”
La jornada del juicio se abrió con la declaración como testigo de quien por entonces era el titular de la comisaría decimosegunda, Miguel Ángel Acosta. Por fuera de los detalles técnicos sobre procedimiento y demás particularidades de las funciones, el efectivo hizo una valoración de la fuerza a partir de sus 27 años de experiencia, y sostuvo que en los últimos tiempos el personal mayormente “deja mucho que desear”, y lo atribuyó a la falta de capacitación y las incorporaciones masivas, entre otros puntos.
En ese sentido, y si bien remarcó que los efectivos “dejaban la vida en la calle”, reconoció frecuentes errores a la hora de dejar asentados procedimientos y actuaciones.
