Con la declaración de Victoria, empezó el juicio contra Pilotti
Durante dos horas, la joven relató los constantes episodios de violencia en los que estuvo envuelta la relación con el hoy acusado por femicidio en grado de tentativa. La defensa apunta a la calificación de “lesiones”.
Durante más de dos horas y luego de un proceso de selección de jurados atravesado por las ya habituales ausencias de los convocados que derivó en la advertencia del juez Néstor Conti de “hacer aplicar todo el peso de la ley”, Victoria Montenegro dio su testimonio en la primera jornada del juicio por jurados que se lleva adelante contra Cristian Pilotti, acusado por el delito de “femicidio en grado de tentativa”, que implica un pena de hasta 15 años de prisión, por haber golpeado salvajemente a la víctima en enero de 2015.
En el inicio de la audiencia, el fiscal Leandro Favaro y la abogada de Victoria, Patricia Perelló, plantearon sus lineamientos bajo la calificación con la que Pilotti llegó a juicio, la de “femicidio en grado de tentativa”, mientras que el abogado del acusado, Iván Gonzalo, sostuvo que Pilotti debió haber llegado al juicio acusado solo por el delito de “lesiones”.
Tras los planteos, Victoria –hoy embarazada de poco más de siete meses– ingresó a la sala y relató de manera extensa ante las preguntas de todas las partes la violenta relación de la que fue víctima durante unos seis años. En ese sentido, Victoria contó que “perdió muy rápido la confianza en él” ya que había sido engañada al poco tiempo de iniciar la relación.
A lo largo de dos horas, la víctima relató en detalle una relación vivida entre idas y vueltas permanentes y, fundamentalmente, entre agresiones que nunca le había contado a su familia bajo la esperanza de que el acusado “cambiara”. Entre esas agresiones, señaló que hubo insultos, empujones, golpes, mordeduras y hasta un intento de prenderle fuego el pelo.
“Entraba a un boliche y tenía miedo de hasta que alguien se me acercara a hablar”, graficó Victoria respecto a los “celos constantes” de Pilotti. Así, sostuvo que le “estaba manipulando la vida” por lo que se sentía presionada. “Tenía que medirme en todo lo que hacía”, sostuvo en otro tramo del relato en el cual repasó numerosos hechos violentos y agresivos de los que fue víctima. Incluso contó que Pilotti hasta llegó a instalarle un “programa espía” en la computadora de su casa, que la monitoreaba desde su trabajo.
A llegar a dar detalles sobre el momento del hecho, Victoria relató que en la tarde de aquel 7 de enero de 2015 había estado con Pilotti y su familia en el camping municipal –el acusado se desempeñaba como empleado municipal– festejando el cumpleaños de él luego de una separación que se había dado meses antes a partir de que Pilotti había tenido un hijo con una amiga suya.
Sobre el hecho en sí, explicó que tras aquella tarde se habían dirigido a la inauguración del balneario Arena Beach y allí fue donde Pilotti al verla en medio de la pista con una joven la tomó del cuello y la llevó por la fuerza hacia el estacionamiento diciéndole, entre insultos, que “lo hacía quedar mal”. Ya en el estacionamiento, Victoria recordó una piña que le dio en la cara y tras ello perdió la conciencia hasta cuando el propio acusado la trasladaba en el auto, para después dejarla en el comercio de un amigo. Además, remarcó la poca importancia con la que Pilotti tomó los golpes que le había dado ya que, según declaró, después supo que tras dejarla se cambió de ropa y salió a bailar.
Ante la consulta del fiscal Favaro sobre si siente odio por Pilotti, Victoria respondió: “Lo único que quiero que entienda es que no se puede manejar así, que no someta ni manipule a ninguna mujer”.
Por otro lado, frente a una consulta del abogado defensor -que basó sus preguntas con el objetivo de sustentar la consideración de que la calificación debiera ser “lesiones”- respecto a si consideraba que Pilotti había tenido la intención de matarla, ella respondió: “No creo que haya querido matarme, pero se le fue la mano, me siguió pegando”. Asimismo, ante otra pregunta del defensor sobre si creía que las lesiones de aquel día le podrían haber provocado la muerte, Victoria se basó en la respuesta de los médicos, quienes le dijeron que sí y que “tuvo suerte”.
