Suplencias en la UCR: más cruces y ninguna definición
La comisión de Legislación analizó el dictamen de la Procuración Municipal, que menciona la falta de reglamentación en los procedimientos de reemplazo. Hubo acusaciones cruzadas y los ediles acordaron volver a reunirse.
Si bien todas las expectativas estaban puestas en el abordaje de las supuestas irregularidades en la asunción de concejales suplentes en la Unión Cívica Radical (UCR), la llegada del dictamen de la Procuración Municipal modificó sustancialmente el resultado de la reunión de la comisión de Legislación.
Es que aunque se esperaba que durante el encuentro los ediles resolvieran qué medidas tomar en relación a lo referido por la Asesoría General de Asuntos de Gobierno de la provincia de Buenos Aires días atrás, finalmente todo se diluyo en chicanas y cruces políticos. Lo único que se acordó fue un nuevo encuentro entre los concejales, en el que se abordará exclusivamente esta temática. Se dejó abierta la puerta a una posible investigación.
El debate se inició tras el arribo del informe de la Procuración Municipal respecto a las presuntas irregularidades en los nombramientos. En ese sentido, y mediante una nota, el titular del área, Mariano Perticarari, le dedicó varios párrafos al tema y dejó en claro que, a su parecer “no puede hablarse prima facie de nulidades” en cuanto a lo votado durante la asunción de Gonzalo Quevedo en lugar de Rosana Morrone.
En ese sentido, el funcionario aclaró que no se trató de la intervención de un tercero, sino que “quien asumió en definitiva como concejal (Quevedo) es quien seguía en la lista de concejales suplentes a la mencionada Morrone”. Por eso, entendió, es necesario que la decisión en cuanto a si hubo o no un buen proceder respecto al reemplazo del concejal que solicitó licencia sea tomada en el ámbito interno del Concejo.
“No puedo visualizar a mi entender una nulidad absoluta en la normativa sancionada y/o en las distintas actividades desarrolladas, ya que quien ha intervenido no resulta ajeno a la labor legislativa”, apuntó Perticarari, que reiteró, entonces, que el procedimiento a seguir para este tipo de casos en los términos de lo establecido en el Reglamento Interno del Concejo y en la ley Orgánica de las Municipalidades “no surge explícito de la mencionada normativa”.
Según explicó el procurador, ambos reglamentos regulan quién reemplaza a un concejal en caso de licencia, pero no así cuáles son las formalidades necesarias para solicitar el reemplazo, más allá de que el procedimiento implica que el presidente del bloque solicite la incorporación de un edil suplente y luego el pedido pase por el Cuerpo.
En cuanto a la consulta específica respecto a si se han producido irregularidades, el profesional consideró que, dado que el accionar del radicalismo no fue diferente a lo acontecido en otras oportunidades, la decisión debe ser tomada “por el propio Cuerpo, quien es único intérprete de sus decisiones en sus distintas formas”.
Y en ese sentido, el procurador hace hincapié en la necesidad de la intervención de Rosana Morrone al señalar que es ella quien, en todo caso, debería acreditar la situación. “Ahora como el reglamento nada dice al respecto de cómo acreditar tales cuestiones no cabe concluir sino que presumir cierta liviandad en cuanto al procedimiento utilizado, lo que se podrá acreditar luego de iniciar alguna investigación”, afirmó.
Finalmente, desde la Procuración resaltaron que para corroborar, entonces, la existencia o no de irregularidades “las mismas deben previamente ser acreditadas fehacientemente, ya que solo aparece un indicio a partir de las manifestaciones de Morrone”. “Estará en ella negar cualquier impedimento”, repararon y dijeron que solo así el Cuerpo se encontrará en condiciones de evaluar la situación.
MUCHO DEBATE, POCAS ACCIONES
Como era de esperarse, las posturas estuvieron marcadas y en algunos casos sin indicios de flexibilidad. Claro está, la UCR se mostró conforme con lo expresado por el procurador, ya que justamente la explicación de la dependencia coincide con lo que han argumentado desde el bloque: la falta de especificaciones en cuanto al procedimiento para efectuar reemplazos.
El oficialismo, en tanto, cargó fuertemente contra los radicales y habló de intencionalidades políticas y burlas al deliberativo. “No se trata de una formalidad sino de que alguien que no debía hacerlo ocupó un rol indebidamente”, señalaron y dijeron que “el error está a la vista y es grosero”.
Agrupación Atlántica optó por el camino del consenso y José Cano invitó a la UCR a asumir el error y trabajar de cara al futuro. “La propuesta sería que todos sean más cuidadosos a futuro”, sostuvo.
A su turno, el Frente para la Victoria (FpV) deslizó la posibilidad de convocar a Rosana Morrone para que dé explicaciones. Sin embargo, no hubo demasiado apoyo ni interés del resto de las fuerzas. El kirchnerismo insistió con la necesidad de que se anule lo votado en las sesiones en las que Gonzalo Quevedo asumió el rol de Morrone.
