Cuando la ausencia del Estado es reparada por la comunidad
El grupo de padres de la Escuela Nº 2 que decidió hacerse cargo de las obras en enero, finalizó las refacciones exigidas por la Justicia. El Consejo Escolar solo aportó la pintura de unas pocas paredes y algunos bancos nuevos.
Trabajos en los techos, reparación de los cielo rasos, colocación de un tablero eléctrico nuevo porque el anterior “estaba podrido”, pintura sobre todo el edificio, arreglo de mobiliario, recambio de luminarias. En dos meses, la Escuela Nº 2 fue reacondicionada prácticamente en su totalidad por un grupo de padres, con recursos propios.
La Escuela Nº 2 fue una de las instituciones que en mayo de 2013 estuvo tomada por alumnos en reclamo de mejoras edilicias. Tras un mes de protesta, muy poco cambió. Entonces tuvo que llegar una clausura por parte de la Justicia. Así y todo el Estado avanzó a pasos tan lentos, que un grupo de padres se hizo cargo de las obras y hoy las muestra con orgullo.
A una semana del inicio de las clases, las obras en la planta baja del edificio de Dorrego 633 están terminadas. Solo queda que personal enviado por el Consejo Escolar termine de pintar unas paredes, lo que configura uno de los muy pocos aportes realizados por el Estado.
En esa planta baja funciona la Primaria Nº 2. Arriba, están las aulas y los baños de la Secundaria Nº 46, que no fue reparada por el grupo de padres que pertenece a la comunidad educativa de la Primaria y que “recién hace tres días” comenzó a ser refaccionada por contratistas del Consejo Escolar.
Gustavo Volpe tiene dos hijos que concurren a la institución y es uno de los padres que se hizo cargo de las obras. Según explicó, todo se realizó con fondos particulares más colaboraciones que acercaron, por ejemplo, algunos egresados de la institución. ¿El Estado? “No puso ni un peso”.
Las tareas comenzaron en enero, al ver que no se avanzaba en nada. Gustavo contó que hace un año –antes de la clausura- habían pensado en llevar adelante las obras por cuenta propia a partir de que los numerosos reclamos elevados no tenían respuesta. Esa intención se potenciaba cada día al ver, por ejemplo, que dos aulas tuvieron sus persianas rotas durante un año o que durante más de 20 días solo funcionó un baño.
El viernes pasado la arquitecta encargada del Consejo Escolar recorrió las obras y dictaminó que el edificio está en condiciones de ser habitable. Eso es lo que deberá evaluar el Juzgado de Responsabilidad Penal Juvenil Nº2 que interviene en la causa. La resolución se conocería en las próximas horas.
