Domingo 05 de mayo | Mar del Plata
01/05/2022

“Mates y mujeres”: un grupo de reflexión, sororidad y encuentro

Doce mujeres mayores se reúnen a debatir y reflexionar entre ellas a partir de distintos “disparadores”. La historia de un proyecto que apuesta por el “encuentro con el otro”.

“Mates y mujeres”: un grupo de reflexión, sororidad y encuentro
(Fotos: Qué digital)

El proyecto “Mates y mujeres” es un dispositivo de prevención en salud mental comunitaria que surgió a partir de diferentes necesidades en 2014 en el barrio Parque Palermo de Mar del Plata. Actualmente, el dispositivo trabaja con doce mujeres mayores en grupos de reflexión en los que, a partir del ritual de la mateada y “disparadores” como un libro, un juego o el contacto físico, cada una de ellas comparte con el resto de sus compañeras sus reflexiones y sentires desde un lugar “amoroso y contenedor”. Desde el 2018, “Mates y mujeres” funciona en el barrio Las Heras y en una entrevista con Qué digital cuentan cómo es la dinámica del grupo, de qué se trata su libro próximo a editarse y cuáles son los proyectos a futuro.

Declarado de interés por el Concejo Deliberante en 2019, el dispositivo “Mates y mujeres” surgió en el barrio Parque Palermo en 2014 a partir de “ciertas dificultades” que atravesaba un grupo de estudio del Plan FinEs, según relata a Qué digital Ayelén Castillo, licenciada en Psicología, especialista en Salud Mental Comunitaria y Prevención de Consumos Problemáticos, y coordinadora del proyecto. En aquel momento, el grupo de estudio del que estaba a cargo la docente, atravesaba conflictos a nivel personal y de grupo que impedían llevar a cabo la tarea de enseñanza y aprendizaje. A partir de la necesidad de resolver la situación, fue que se creó el “dispositivo”, una forma de acompañamiento y prevención en materia de salud mental comunitaria que luego se replicaría en otros grupos, como “Mates y mujeres”.

Tal dispositivo, según sostiene Ayelén, sirve para “reducir los malestares que surgen en la vida cotidiana y que muchas veces uno no tiene con quién compartirlo o con quién hablar”. En ese sentido, la propuesta de “Mates y mujeres” apunta a la puesta en valor del encuentro con los otros, la comunidad, los lazos sociales, la amistad, pero también a la sororidad y el empoderamiento de la mujer. El compartir un mate con la otra y ser una escucha atenta en tiempos digitales donde “todo va muy rápido”.

Desde el 2018, y a partir del Programa de Mejoramiento de Barrios (Promeba), “Mates y mujeres” funciona en el barrio Las Heras con un grupo de doce mujeres mayores que encuentran su potencialidad la una con la otra. Aunque el grupo sea “consolidado”, cualquier mujer interesada en formar parte puede sumarse al dispositivo, señalan.

“Esto es un grupo de reflexión que sirve para contenernos. Para llevar y sobrellevar las situaciones de la vida que nos pasan a cada una de forma amorosa, contenedora. En algún punto, lo que intentamos entre todas es volver a encontrarnos con aquella historia que nos marcó para llegar a ser lo que somos hoy”, asegura Ayelén.

Actualmente, “Mates y mujeres” tiene una dinámica de encuentros quincenales en la sociedad de fomento de Las Heras en los que se trabaja a partir de un “disparador” que es propuesto por ellas mismas o por el equipo de coordinación, que puede ser “un libro, un ejercicio corporal o un juego”, a través del cual las mujeres reflexionan, debaten y comparten sus sentires mientras son “escuchadas y contenidas por sus compañeras”.

“Para algunas, Mates y mujeres es como un momento de pasaje hacia otra cosa. El encuentro es bastante dinámico y la idea que tenemos es potenciar y seguir generando estos espacios para escucharnos, ser escuchadas y encontrarnos en un tiempo en el que todo es digital, donde todo va rápido y todo pasa por Whatsapp”.

“La pasamos bárbaro porque nos reímos y contamos cosas que nunca nos hubiéramos animado a contar en otros espacios”, dice Érica. Para Neli, “todo lo que podemos contar y hablar es lo que somos. Esa es la gran ventaja, la gran alegría de encontrarnos, poder saldar esa deuda que cada una tiene consigo misma”.

EL DISPARADOR, UN PASO HACIA “ALGO MÁS”

En uno de los encuentros del grupo en la sociedad de fomento del barrio Las Heras, espacio que recientemente pasó a estar a cargo de las mujeres gracias al trabajo comunitario que realizan hace años, Érica -encargada del “disparador” del día– comparte con las compañeras su propuesta. En esta ocasión, se trata de un libro de poesía.

“Este es un libro de un poeta que es gay. Se llama Los hombres a los que besé. Resulta que no había llevado los anteojos a la librería y mi hija me pregunta ‘¿Mamá, cuál querés?’ y le señalo este. Pero no me había percatado de la imagen que tenía de dos caballeros y cuando llegué a casa dije ¡Ay, son dos hombres! Bueno, vamos a leerlo. Y me gustó. Cómo él hablaba, cómo expresaba sus sentimientos. Está bueno incorporar distintas lecturas y acostumbrarnos a que todos tienen derecho a todo”.

Luego de compartir su propuesta, Angélica dio su mirada al grupo: “Es interesante saber cómo es la relación de dos hombres, cómo funciona. Pero a mi también me preocupa cómo es la relación de dos mujeres, porque lo que sé lo sé por encima. Me gustaría profundizar un poco más”. Una vez terminada la ronda de reflexiones y el debate en grupo, la coordinadora de “Mates y mujeres” se comprometió a llevar material de la temática para seguir debatiendo y reflexionando en los próximos encuentros.

EL LIBRO DE MATES Y MUJERES

Luego de comenzar un taller de poesía en la sociedad de fomento, el puntapié ideal para pasar de la palabra oral a la escrita y perder el miedo o el prejuicio que implica en muchos casos la escritura, el grupo de “Mates y mujeres” apostó por su propio libro que actualmente se encuentra en su última etapa de edición. Allí, las y los lectores podrán encontrarse con las “confesiones” de cada una, sus historias de vida y los relatos más sinceros e íntimos de un grupo que asegura encontrar una “enorme potencialidad” en lo colectivo.

“Para mí escribir el libro fue una motivación personal. A veces, la mente de uno se explaya hacia el pasado y logra recordar cosas vivenciales. Yo conté una parte de mi vida y cada una ha contado una parte suya. Algunas más, otras menos, fue algo muy personal. Cosas que nos han pasado, lindas y tristes. Pero en sí todas contamos el relato de nuestra propia vida”, revela Érica.

“A mí el libro me produjo como una propia confesión. Hablé de algo que tenía muy dentro mío y no quería o no podía compartirlo. No sabía cómo. Entonces decidí escribir y contar, de algún modo, la verdad. Después de eso mis compañeras pudieron entenderme. Y eso fue para mí el libro, algo conmovedor y muy sincero”, comparte Neri.

LA POTENCIALIDAD DEL BARRIO

Uno de los objetivos del grupo de “Mates y mujeres”, a partir de su trabajo en el barrio Las Heras, apunta a poder cambiar la “imagen negativa” que se tiene, en muchos casos, de los barrios ubicados en la periferia. Una imagen sobre la que, aseguran las mujeres, los medios de comunicación juegan un rol central ya que cubren sólo hechos delictivos “y no las cosas buenas que pasan en el barrio, que son muchas”. A través del dispositivo, las mujeres debaten activamente sobre la importancia de lo barrial y los lazos solidarios que allí se construyen. En ese sentido, apuntan a la “revalorización”.

“Queremos que se conozca que en el barrio hay mucha solidaridad. Muchas veces el imaginario que hay de los barrios periféricos es que son barrios peligrosos. Nosotras creemos que eso es una visión parcializada. Que en los barrios hay mucha solidaridad y organización, gente que trabaja mucho”, destaca Ayelén.

A su vez, asegura que las vecinas “siempre están atentas a que no te pase nada”. Por eso, cuando pasan muchos días “sin verte pasar”, se aseguran tocando la puerta de que todo esté bien: “Y esas son cosas que en el centro no se ven. Mi vecina no sabe mi nombre ni yo el de ella. Esto es algo que tienen los barrios que hay que rescatarlo y revalorizarlo. Estoy segura que si le digo a mi vecina de juntarnos a tomar mate y charlar cada quince días no me va a dar bola. Porque esto surge acá, de la solidaridad, de la necesidad de saber cómo está el otro”.

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01/05/2022