Mujeres de barrios populares, desigualdad y sobrecarga en las tareas del hogar
Junto a personas travesti-trans, trabajan más de doce horas al día en tareas no remuneradas, según expuso un informe del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.
Un informe sobre las condiciones socioeconómicas, trabajo y usos del tiempo de mujeres y personas travesti-trans de barrios populares de distintos puntos del país, entre ellos Mar del Plata, relevó que, en promedio, dedican más de doce horas diarias al trabajo no remunerado (en tareas de cuidado o de hogar) -analizado con simultaneidad- lo que profundiza la desigualdad de género en los sectores más vulnerabilizados, según advirtió el estudio del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.
Los resultados del informe, encabezado también por la Secretaría de Integración Socio Urbana (SISU), fueron presentados este viernes en Mar del Plata en el marco de un conversatorio en la Universidad Nacional. El trabajo consistió en la realización, entre junio y septiembre de 2022, de una serie de encuestas a mujeres y personas travesti-trans que viven en 108 barrios populares de las provincias de Buenos Aires (Gran Buenos Aires y Mar del Plata), Santa Fe, Mendoza, Tucumán y Corrientes y la Ciudad de Buenos Aires (CABA).
Es que, además de promover el involucramiento de sectores históricamente invisibilizados, el informe tuvo por objetivo aportar datos para la construcción de la estadística que hace al Registro Nacional de Barrios Populares (Renabap) del que, en Mar del Plata, forman parte 71 barrios.
Así, el informe apuntó concretamente a recabar datos de las condiciones socioeconómicas, habitacionales y sanitarias de mujeres y personas travesti-trans quienes, en promedio, dedican doce horas por día al trabajo no remunerado -u ocho horas diarias analizado sin simultaneidad-, es decir, casi el doble de tiempo que dedican las mujeres y disidencias en aglomerados urbanos, de acuerdo a informes del Indec.
Justamente, a partir de ese dato se desprende una de las principales conclusiones del estudio: las desigualdades de género y la sobrecarga en las tareas de cuidado aumentan bajo condiciones habitacionales y urbanas informales, precarias y deficitarias.
En total, el informe incluyó 2.255 encuestas a mujeres y personas LGBTIQ+ (en menor proporción), principalmente responsables de hogar. En lo que hace a las condiciones habitacionales, más de la mitad de las encuestadas aseguraron que en sus hogares viven de dos a cuatro personas. Los principales problemas que atraviesan a los barrios populares son la falta de servicios de luz, de agua y de gas natural. En segundo lugar, se ubican la falta de asfaltado, veredas y trazado urbano. Y en último lugar, la falta de espacios verdes.
Respecto a las condiciones de trabajo, sólo un 46,6% de las mujeres y personas travesti-trans de barrios populares cuentan con ingresos a partir de trabajo remunerado. Sin embargo, solo el 6,7% de ese total lo hace en el sector asalariado registrado -la mitad es empleada en el sector público y la otra mitad en el sector privado- mientras que un 53% lo hace en el sector de la economía popular. Un 15%, mientras tanto, se desempeña en casas particulares.
Por su parte, un 44,6% que no trabajan de manera remunerada ni buscan insertarse en el marcado laboral reconocen -como sucede históricamente para las feminidades– el principal obstáculo para ello en la cantidad de horas dedicadas a las tareas del hogar y a las tareas del cuidado de, por ejemplo, personas integrantes del hogar.
Ese trabajo, además, se extiende a por ejemplo los comedores y merenderos populares ya que suelen ser las mismas mujeres y disidencias quienes, además, asisten a otras personas. Según el informe, el 23% de ellas participa en espacios sociocomunitarios mientras que el 85%, es decir casi el total de las encuestadas, participa en ollas populares y comedores.
En promedio, dedican casi tres horas diarias a la participación en los espacios comunitarios y solo un 8% recibe una contraprestación a cambio. Desde el movimiento social La Poderosa, justamente, presentarán este lunes un proyecto de ley en el Congreso de la Nación para el reconocimiento salarial de las trabajadoras que, además, realizan un aporte clave para garantizar el alimento en los sectores más vulnerabilizados.
Entre las conclusiones, del trabajo se desprende que “el mejoramiento de las condiciones de habitabilidad e integración urbana tiene un impacto diferencial en las mujeres, al ser las principales responsables de hogar y las que más tiempo dedican a los trabajos de cuidados y señala que “la falta de acceso a los servicios básicos en los hogares de barrios populares supone una mayor exigencia y dificultades para garantizar las tareas cotidianas vinculadas con los cuidados propios y del conjunto del hogar”.
Con respecto a la población LGBTIQ+ de los barrios populares, repara en que “la mayor disgregación de dichas personas, el aislamiento producto muchas veces de la discriminación que sufren cotidianamente, sumado a la desconfianza a la hora de tener que responder una encuesta, hicieron que fuera de muy difícil acceso” para las encuentas.
De todas maneras, a partir de los datos obtenidos el informe describe que “la violencia en las trayectorias de vida de dicha población, la imposibilidad aún mayor de insertarse en una ocupación e incluso la esperanza de vida (que, en promedio, no llega a los 40 años) obligan a pensar políticas destinadas específicamente a atender sus problemáticas”.
Y, entre sus principales conclusiones, pone de manifiesto la discriminación en los barrios, la falta de perspectiva de género en la atención de salud, el acceso a tratamientos hormonales y la falta de acceso a la vivienda digna “aspecto que resulta aún más relevante en una población que suele verse expulsada de sus núcleos familiares de manera muy temprana“, reconoce el documento que retoma a la Ley de Identidad de Género y de Cupo Laboral Travesti-Trans como políticas precedentes en la materia.
