Un joven fue detenido y terminó en terapia intensiva: la familia apunta a la Policía
Nahuel Olmos está grave hace tres semanas. La familia denunció el accionar de la Subcomisaría Casino ante Asuntos Internos.
De haber sido detenido a terminar en terapia intensiva. Así fueron las horas de Nahuel Olmos entre el 19 y el 20 de junio cuando fue aprehendido en pleno centro de Mar del Plata por una pelea con otro hombre. Distintas versiones de los policías de la Subcomisaría Casino hacen que la familia del joven de 27 años desconfíe de la versión oficial que habla de un intento de suicidio. Denunciaron lo sucedido ante Asuntos Internos. Mientras el joven permanece internado, la Fiscalía N°5 de Alejandro Pellegrinelli encabeza una investigación por “averiguación de ilícito”.
Alejandro Olmos es el papá de Nahuel y quien vivía con él. Es, además, quien se encargó de reconstruir lo sucedido en esos dos días antes de que su hijo llegue “prácticamente muerto”, como él mismo define, desde la comisaría al Hospital Interzonal, donde lograron reanimarlo aunque sigue en estado reservado. Y busca que se investigue, porque duda de la hipótesis del intento de suicidio, sobre todo ante las inconsistencias en los relatos policiales.
Fue el martes 20 de junio, después de las 13, cuando un patrullero se presentó en la casa de Alejandro. Era uno de los jerárquicos de la Subcomisaría Casino de Mar del Plata y, según recuerda, le comentó que el lunes por la noche habían detenido a Nahuel Olmos por una contravención -una pelea con otro hombre afuera de un kiosco en Entre Ríos y Moreno, zona en la que trabaja cuidando coches- pero lo habían llevado al hospital “porque se les había descompensado al momento de la detención”.
“Me dijeron que estaba en el hospital por una descompensación. Les pregunté por qué me avisaban un día después y me dijeron que en el transcurso del traslado al hospital el juez ordenó liberarlo”, relató Alejandro en diálogo con Qué digital. Sin embargo, todo cambió cuando él mismo llegó al hospital y, al hablar con los médicos, le afirmaron que los policías que lo dejaron allí habían indicado que se había querido suicidar.
Ante esa información que le dieron en el hospital, Alejandro volvió a la Subcomisaría, donde les reprochó por qué le habían dicho que se había descompensado -por supuesta mala alimentación y consumo de sustancias tóxicas-, si en el hospital el cuadro era totalmente distinto y grave, y que los propios policías habrían dado la hipótesis en el HIGA de un intento de suicidio.
En ese marco, Alejandro explicó que una policía que estaba en la subcomisaría lo atendió, le reconoció la posibilidad de que se haya querido ahorcar con un buzo que estaba atado en la celda y que lo encontraron con el pulso bajo y le practicaron maniobras de reanimación antes de solicitar una ambulancia para trasladarlo a un hospital. Pero, lamentó, además de negarle los nombres de los oficiales que intervinieron en la detención, la mujer “se fue a una oficina y no volvió más”. Luego, solo recibió intentos de explicaciones de un oficial que tomó la guardia posterior y que no sabía qué había pasado el día anterior.
La familia, en tanto, a raíz de las versiones disímiles aportadas por la Policía y cómo eran las lesiones que presentaba el joven en su cuello y una quebradura en un dedo, desconfía de la hipótesis del suicidio y apunta contra los efectivos que lo aprehendieron ese lunes. Así, frente a las incompatibilidades en los relatos, Alejandro buscó otros testimonios en la zona del hecho para reconstruir lo que sucedió y llegó a saber, por ejemplo, que efectivamente Nahuel se peleó con un hombre en la vía pública pero que -según el relato de un mozo de la zona- no se lo veía descompensado al momento de subir al patrullero.
Incluso, lejos de cualquier tendencia suicida, afirma que Nahuel estaba tramitando la posibilidad de irse a vivir a Buenos Aires junto a su pareja y sus dos hijos.
Tras lo sucedido, Alejandro se dirigió a la Fiscalía N°5 de Alejandro Pellegrinelli, quien caratuló lo sucedido en torno a la salud del joven como “averiguación de ilícito“, todavía con la intervención de la Bonaerense, la propia fuerza que es investigada en el hecho, pero no le quisieron tomar testimonio asegurando que todo estaba en vías de investigación. Este miércoles, en tanto, volvió a presentarse y solo le facilitaron el número de la Instrucción Penal Preparatoria (IPP) -es decir, la investigación- a cargo del fiscal.
En paralelo, tras su denuncia en Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad, el padre de Nahuel Olmos afirma que también tomó intervención la Fiscalía N°12 de Mar del Plata, especializada en violencia estatal- y que incluso ya lo citaron para dar testimonio esta misma semana. Entre tanto, además de buscar visibilización en los medios, advierte que también siente que es perseguido, a partir de algunas secuencias extrañas con vehículos en inmediaciones de su vivienda.
Mientras tanto, el cuadro de Nahuel es grave. Permanece internado en terapia intensiva con múltiples disfuncionalidades originadas por la falta de oxígeno que casi le provocó la muerte y que, según le confirmaron a Alejandro, le dejará secuelas.
Mientras espera que su hijo pueda recuperarse para contar lo sucedido, Alejandro espera que la Justicia investigue lo que pasó y pide acompañamiento. En ese sentido, desde la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) confirmaron que ya iniciaron su intervención contactándose con él y que harán una presentación ante el Ministerio Público Fiscal.
