Tras el frío, la lluvia y la amenaza de desalojo, quinto día de acampe
Las familias que integran el Polo Obrero persisten en su manifestación frente a la Municipalidad. Pese a que liberaron un carril para el tránsito, siguen esperando respuestas.
Las familias que integran el Polo Obrero, organización social que trabaja en los barrios de Mar del Plata, cumplen este lunes su quinto día de acampe frente a la Municipalidad en reclamo del aporte de mayor cantidad de alimentos por parte de la Nación y Provincia y la actualización de las tarjetas de alimentos por parte del gobierno local. La protesta inicia su quinto día tras un fin de semana en el que, además de sufrir el frío y la lluvia, recibieron el pedido de desalojo por parte del Municipio y resolvieron liberar un carril de la calle.
Tras la gran movilización contra el hambre, el desempleo y el ajuste que protagonizaron un importante número de organizaciones sociales, el Polo Obrero cumplió ya cuatro noches acampando frente al duro asfalto de la Municipalidad en reclamo de un aumento de los alimentos que recibe para asistir a las familias que lo integtan.
En estos casos, el primer argumento de las autoridades suele ser, antes de recibirlos, liberar el tránsito, que desde el miércoles por la noche permanecía cortado. El viernes por la tarde, habilitaron la circulación en un carril de calle Yrigoyen, pero aún no tienen respuestas. Esa acción, en primera instancia, al menos aplacó las intenciones de desalojo a la Justicia.
Mientras tanto, los hombres, niños y mujeres que continúan allí, debieron sobrellevar la intensa lluvia que cayó en la ciudad durante todo el sábado, además del frío, que por la tarde ya se empieza a sentir al aire libre.
El reclamo de las familias, según explicó el dirigente, Pablo Barragán, tiene que ver con que no sólo esperan respuestas de autoridades provinciales y nacionales respecto a la entrega de alimentos sino que también alrededor de 10 mil familias de la ciudad actualmente cuentan con una tarjeta de alimentos que quedó estancada en 300 pesos. “Pedimos el incremento, que se equipare con la canasta básica, entre 2 mil y 3 mil pesos. Y eso sería un paliativo”, expresó en diálogo con QUÉ Digital.
