Pidieron 20 años para el policía acusado de integrar una banda
Esa fue la pena solicitada por la fiscalía para Guillermo Scuffi, quien en 2010 se desempeñaba como jefe de calle en la comisaría novena. La defensa pidió postergar su alegato, que será el próximo lunes.
Al considerar que fueron acreditados los cuatro delitos imputados inicialmente, el Ministerio Público Fiscal solicitó que el expolicía Guillermo Scuffi, quien en 2010 se desempeñaba como jefe de calle de la comisaría novena y está acusado de haberle facilitado información del accionar policial a una banda de delincuentes en al menos dos robos, sea condenado a 20 años de prisión. La defensa, por su parte, solicitó un tiempo para evaluar “nuevos elementos” surgidos a partir de los alegados por lo que brindará el suyo el próximo lunes.
Durante este viernes se realizaron los alegatos en el juicio que lleva a cabo el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 contra Scuffi, a quien la fiscalía le imputa cuatro delitos: autor de asociación ilícita, partícipe primario de robo agravado por el uso de arma de fuego y por ser cometido en poblado y en banda, partícipe primario en robo y autor de uso de instrumento público falso en perjuicio de la administración pública.
La audiencia comenzó con el alegato de la fiscal María Isabel Sánchez quien mantuvo las acusaciones expuestas en el inicio del proceso dada la “voluminosidad” de la prueba. En primer término, se refirió al delito de asociación ilícita y sostuvo que el objetivo de la banda era la “comisión de delitos sobre la propiedad en comercios y viviendas”.
Uno de los puntos que resaltó fue la “permanencia” en el intercambio de llamadas con dos de los delincuentes que llevaban a cabo en concreto los robos, como “mano de obra ejecutora” y como el encargado de aportar información y realizar inteligencia. Así remarcó que se trató de teléfonos de la misma flota de Nextel, para los que se acreditó la pertenencia a cada uno de los involucrados.
Sobre el rol de Scuffi,señaló que era el encargado de “preparar el campo para la comisión del delito” y al momento del hecho “brindar la cobertura policial para los autores del hecho” ya que les entregaba detalles de los movimientos de la policía a partir de la escucha de la radio de la fuerza. “Hacía saber si en la frecuencia había una alerta de advertencia sobre la comisión del delito”, apuntó la fiscal y sumó que Scuffi junto con los otros dos integrantes principales de la banda -a los que ya se les dictó pena- formaba una “triangulación perfecta”.
En este sentido, la fiscal entendió que no hay eximentes que tener en cuenta ni atenuantes y valoró como agravantes dichos de dos policías que participaron de la investigación que coincidieron en que antes de los hechos tenían buenas referencias del acusado y luego consideraron en que “si trabajás para delincuentes sos tan delincuentes como ellos”. También sumó como agravante su condición de policía en actividad y el rol que desempeñaba -de jefe de calle-, la nocturnidad en que fueron cometidos dos hechos y el perjuicio económico a las arcas del Estado Provincial a partir del pago de un adicional del título secundario que “truchó” Scuffi.
En cuanto a este último punto, Sánchez sostuvo que el acusado tuvo un “obrar malicioso y malintencionado para obtener en un futuro un ascenso en la carrera policial”.
“INSULTO AL SENTIDO COMÚN”
Una parte de alegato de la fiscal estuvo apuntado a las palabras que dio el acusado en la jornada previa en la que, entre otras cuestiones, no negó las comunicaciones, reconoció que la de las escuchas era su voz y aseguró en cuanto a su relación con los otros integrantes de la banda que eran “buches” a los que les “vendía humo”. Según explicó Sánchez, el expolicía sostuvo que información que le pasaban ayudaba a evitar delitos.
“Quiso ponerse en la mejor situación procesal posible”, entendió la fiscal y apuntó que con esa declaración “insultó el sentido común”. En el mismo sentido, más adelante sumó: “No entiendo cómo Scuffi quiere justificar su relación diciendo que los utilizaba y les vendía humo”.
CUATRO AÑO POR UNO DE LOS HECHOS
El abogado Tobías Schelider formó parte del debate como apoderado de una de las firmas damnificadas por el accionar de la banda. El hecho ocurrió el 16 de agosto de 2010 en la oficina de la estación de servicios de la sucursal de la firma La Caminera, ubicada en Ruta 2 Kilómetro 399.5, fue asaltada por la banda y se llevaron más de $105 mil.
Su alegato, entonces, se basó en una pena restringida al hecho en particular que representó y así pidió una pena de cuatro años de prisión por ser partícipe primario del delito de “robo”. A diferencia de la fiscalía, consideró como atenuante el hecho de que haya cumplido cinco años con prisión preventiva –mayormente domiciliaria por problemas de salud- a la espera del juicio.
