Viernes 10 de mayo | Mar del Plata
11/06/2016

Separación de residuos: entre el compromiso y la obligación

Después de las quejas de la cooperativa CURA, desde el Enosur anunciaron la proyección de una ordenanza para establecer de manera progresiva la obligatoriedad. Un repaso por los antecedentes y la actualidad del sistema.

Separación de residuos: entre el compromiso y la obligación
(Foto: archivo / QUÉ Digital)

En noviembre del año pasado cuando la gestión de Gustavo Pulti terminaba, el gobierno presentó ante el Concejo Deliberante un proyecto de ordenanza que entre varios puntos relativos a los residuos propuso volver a fijar la obligatoriedad de la separación de la basura, algo que ya había intentado ser regulado años atrás, pero no avanzó en su tratamiento.

De ese proyecto –que además proponía la creación de un registro de recicladores urbanos- no se conocieron avances con el correr de los meses. En los últimos días, y tras la advertencia de la cooperativa CURA sobre una disminución en su actividad y el reclamo para que se vuelva a impulsar una campaña sobre la separación de residuos, el gobierno municipal realizó en el Concejo una jornada de promoción, y adelantó el objetivo de presentar un proyecto de ordenanza que tienda establecer la obligatoriedad de manera “gradual”.

“De alguna manera tendemos a la obligatoriedad. Y la tenemos que analizar en el desarrollo de la propia ciudad”, explicó el director ejecutivo del Ente de Obras y Servicios Urbanos Enosur), Juan Carlos Szpyrnal. En ese sentido, puntualizó: “Seguramente cuando la concretemos no va a ser una obligatoriedad de entrada para toda la cuidad, al unísono. Quizás empecemos por algún sector y progresivamente lo vayamos ampliando porque no podemos corregir lo que no medimos”.

De esta manera, entendió que “antes de proceder a hacer un cambio tan drástico para la ciudadanía es conveniente hacer una experiencia piloto que permita tomar la sensibilidad del comportamiento y cómo se debe actuar para que ese accionar sea beneficioso”.

Consultado en torno a las posibles sanciones, señaló que “la sanción en sí no es un producto que se persigue” y sumó: “Tiene que ser una herramienta de corrección de actitudes y comportamientos, simplemente en este sentido, el objetivo pasa por otro lado”.

Como antecedente a este objetivo aparece que en mayo de 2013 fue presentado por el entonces gobierno un proyecto de ordenanza para instaurar la obligatoriedad de la separación en origen tanto domiciliario como comercial e industrial, aunque finalmente la iniciativa no avanzó en el Concejo. En esa propuesta se había establecido un régimen de sanciones frente al incumplimiento de la norma, que fijaba la multa mínima en un monto aproximado de $775 para los frentistas y de $1745 para los grandes generadores.

CÓMO FUNCIONA HOY

La implementación de la separación de residuos iniciada en 2012, atraviesa hoy problemas que son advertidos por la cooperativa Común Unidad de Recuperadores Argentinos (CURA). Es que según sostienen, se dan dos problemas: el primero es que los vecinos no separan los residuos en origen como deberían, entonces mucho material llega contaminado y, por lo tanto, se vuelve inutilizable. Y el segundo es que la empresa 9 de Julio no realiza una recolección diferenciada.

“Vemos que hay camiones que de acuerdo a los circuitos se ven comportamientos regulares. Pero dentro del propio camión se ve que tanto los martes y los viernes en los que debiera estar presente solo la bolsa verde aparecen bolsas negras o blancas”, indicó Szpyrnal y reconoció que no cuentan con mediciones que permitan evaluar el comportamiento por zonas.

“La bolsa verde tiene buen comportamiento en cuanto al material reciclable, aunque no siempre, y debiera ser más regular”, admitió el funcionario y destacó que “la idea es desarrollar un instrumento que permita generar el cambio de comportamiento”.

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11/06/2016