Viernes 03 de mayo | Mar del Plata
04/06/2016

“El humor está hecho para traspasar los límites”

El historietista chileno Alberto Montt se presentó este sábado junto a Liniers con el espectáculo de stand up ilustrado Los Ilustres. “El humor no tiene que ver con la risa, sino con la sorpresa”, considera el creador de la web Dosis Diarias.

“El humor está hecho para traspasar los límites”
Montt al habla, Liniers al lápiz (Foto: Prensa)

El historietista chileno Alberto Montt se presentará esta noche junto a Ricardo Siri Liniers con el espectáculo Los Ilustres, un show al que describen como stand up ilustrado. Esta especie de “duelo” discursivo y gráfica será a las 21 en el Teatro Radio City –San Luis 1750-.

Alberto Montt es un ilustrador y humorista gráfico chileno que hace unos 10 años creó la web Dosis Diarias, una especie de vidriera donde (casi) cada día sube sus viñetas. Además publicó en Ediciones de La Flor, Editorial Común y medios de diferentes partes del mundo.

Según cuenta Montt, Los Ilustres son, básicamente, dos amigos conversando, jugando a comentar sobre lo que el otro dice o dibuja. Como un juego de ida y venida. “Hay una base sobre la cual vamos conversando y sobre eso se dibuja y la conversación es la que genera los dibujos diferentes. Es una especie de duelo”, aclara un poco más.

Yo nunca fui muy tímido y Liniers con la escuela de Kevin Johansen se soltó mucho”, explica Montt respecto a esa sensación de pasar de la soledad de dibujar a la exposición de un escenario y agrega: “Es un cambio de formato fuera de la zona de confort, pero por otro lado estar con un amigo con el que tengo buena relación ayuda a estar más relajado. El otro siempre tira un salvavidas cuando te estás hundiendo”.

Liniers y Montt se conocieron hace muchos años –decir el número revelaría sus edades y tal vez perjudicaría sus ventas millonarias-. Montt era admirirador del trabajo de Liniers y un amigo en común los presentó. Después Liniers habló maravillas del chileno en Ediciones de La Flor, que luego le publicaron un libro. Tienen los mismos editores en México. Vacacionaron en los mismos lugares y forjaron más la amistad en el escenario. El mundo como una viñeta para los talentosos.

Montt es un dibujante sin fronteras. Cuando intenta explicar su patria enumera que tiene “una madre ecuatoriana, un padre chileno, consume música mexicana, lee literatura argentina y come comida peruana”. En este siglo XXI tan global, cree que “la mayoría de la gente ha sido amamantada por una teta muy común”. “Tendemos a creer que somos diferentes, pero en realidad somos similares en un 99% y a ese 1% le damos demasiada importancia”, reflexiona Montt.

-¿Qué importancia creés que tiene el humor?

-Para mí humor no tiene que ver con la risa, sino con la sorpresa. Con la posibilidad de ver las cosas desde una perspectiva diferente. El hecho de ir por la vida con una mirada y que de repente te abran una ventana al lado es sumamente enriquecedor. Para mí el humor ha sido un poco eso. El humor de Quino no lo considero importante porque me ha hecho reír, sino porque me abrió ventanitas por dónde mirar, algo que no hubiera descubierto solo.

Una manera de abrir cabezas…

-Hay una manera de ver el mundo que tiene que ver con la sorpresa y eso es el humor. Por lo tanto la importancia en esto es evidente.

-¿Tiene límites el humor?

-No, los límites son personales. Mi límite es muy extenso, el humor por donde transito, al ser un poco negro, abarca temas sensibles. Tengo la firme convicción de que el humor está hecho para traspasar límites que de otra manera no nos veríamos posibilitados. Es como la función de este espacio: portarse mal, poner el pie atrás de la línea y ver qué funciona y cómo se le puede mover la cabeza a otra persona. Siento que el humor que no hace eso no tiene demasiado valor para mí como consumidor.

-Decís que los límites son personales ¿En tu caso?

-Dentro de esto está el límite del otro. No me atrevería a reírme del otro por una característica física o alguna enfermedad mental. Pero sí la muerte, que es un tema maravilloso para traer dentro del humor. Juguetear con ese peligro constante es mágico para mí.

liniers montt

-Tu página personal Dosis Diarias lleva ya 10 años ¿Te imaginabas que se volvería un fenómeno cuando la hiciste?

-No, no. La página la empecé porque tenía la necesidad de recopilar y reordenar la información que ya venía haciendo de manera rutinaria. Era simplemente un lugar donde iba soltando cositas que hacía en lo cotidiano. Nunca pensé. Cuando empecé con el blog no era consciente de que era una cuestión abierta y que la gente entraba. Al tiempo, cuando empecé a tener más visitas diarias me cayó la ficha: esto es una vidriera no solamente un lugar de acopio.

-¿Por qué tenés los comentarios de Dosis Diarias bloqueados?

-Los comencé a bloquear porque el blog se convirtió en un espacio en el que el comentario era como una carrera: primero, primero, segundo. Cuando en tres meses los primeros 50 comentarios eran así de idiotas pierde el sentido. En Facebook sí hay comentarios, se generan debates y está buenísimo. No tengo en claro por qué pasaba en el blog y no en Facebook.

-¿Cómo publicar de manera virtual sin saber quién puede ser tu lector?

-Es raro, primero son números y después te das cuenta que son personas. De repente uno hace algo como esto que hacemos con Liniers y nos encontramos con personas que van a verte. Se vuelve todo muy extraño, como las formas de libros.

-¿Sentís una mayor responsabilidad en tu trabajo al  ganar lectores?

-No siento el peso de la cantidad de gente ni siento más responsabilidad ahora que cuando me leían 15 personas. Soy el mismo y trato de ser coherente con lo que pienso. Porque si me pongo a pensarlo me suicido, es mejor mantenerme separado de la realidad.

-¿Cuál es el futuro de Los Ilustres?

-La gira continúa por Perú, Costa Rica y México. Tengo muchas ganas de que esto que hacemos con Liniers se consolide y nos abra espacios de diversión.

Montt acaba de publicar Achiote, de la mano de Liniers en Editorial Común, una historieta autobiográfica. En Chile está por lanzar un libro que ilustra conversaciones con su hija de 4 años, algo que tiene que ver más con la documentación y esa ternura de ser padre. “Le tengo mucha expectativa a ese libro, va a ser un documento que independientemente de si a la gente le gusta o no, va a ser para mi hija, para que cuando crezca y me odie se encuentre con este cuadernito”, bromea Alberto.

Uno siempre va tirando muchos proyectos a la vez porque la ilustración es como un maldito trabajo de volumen. Si no estás haciendo como siete cosas a las corridas es imposible que llegue el alimento a fin de mes”, dice finalmente Alberto Montt sobre su trabajo.

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04/06/2016