Miércoles 01 de mayo | Mar del Plata
08/02/2015

El nihilismo terminó hace rato, BBK está feliz

Boom Boom Kid estuvo de gira por la Costa y charló con QUÉ sobre su último disco, “Demasiado en fiestas, sin timón y con el mono al hombro”, la libertad de ser su propia empresa, la relación entre la política y la música y angelitos contra la mala onda.

El nihilismo terminó hace rato, BBK está feliz
Foto Facebook oficial de Boom Boom Kid. Fotógrafo Eduardo Vargas.

Surfea olas de gente en sus recitales. Literalmente: agarra una tabla y surfea personas. En el escenario está enajenado: salta, grita, se mueve, baila y sus rastas rubias cobran vida. Sus canciones son manifiestos, de no más de dos minutos, de amor, libertad, locura y ganas de vivir. Colecciona vinilos, edita en vinilo y pasa vinilos en fiestas. Skater. Poeta de fanzines anarko-punks. Podría ser un marciano, un duende o un ser anacrónico de otro tiempo y lugar, pero es Carlos Rodriguez, Boom Boom Kid desde que “mató” al cantante de la mítica banda Fun People, Nekro. O simplemente BBK, el que admite que anda feliz por el mundo.

Demasiado en fiestas, sin timón y con el mono al hombro es el último disco de BBK, un compilado de ¡43! canciones creadas la mayoría como singles souvenirs que editó en vinilo durante sus giras por Europa, América Latina, Estados Unidos y Japón.  “Usamos casi toda la capacidad”, dice BBK y agrega: “Y esta bueno, no sé, me gusta que sea así”.

BBK habla relajado. Es verano y está relajado vistiendo una camisa estilo hawaiana. “Venir a tocar a Mar del Plata, ir a la playa con mis amigos. Manejar todo la noche, cocinar unas pastas buenísimas, hacer canciones y después pinchar unos discos”, resume sobre su estado de relajación y planes en la costa.

“Yo compongo canciones, hoy compuse una canción y una melodía, pero después pasa que en una semana no compongo nada y después compongo mucho”, cuenta y sonríe porque no hay una compañía que le exija nada, él, desde hace años, es su propia compañía discográfica llamada Ugly Recordz.

-¿Cómo surge la idea de hacer Demasiado en fiestas?

En este caso se dio esto de concebir un disco largo, porque es un compilado de los discos de vinilos que yo vine sacando en los últimos siete años en los que viaje mucho. En los lugares que fui hay fábricas de vinilo y yo soy de hacer uno o dos vinilos por año, entonces aprovecho de antemano a mandar un master y cuando llego ya tengo un master, un simple o un lp y meto canciones que son como pequeños souvenirs de esas giras. Hago tiradas pequeñas, 300 o 500, y cuando termina la gira quedan 20 o 30 y en esos discos meto canciones que no incluí en algunos discos. Por mucho tiempo me rehusé a digitalizarlas y venderlas, pero cuando empecé a meterme más e investigar y ver como todas esas canciones de vinilo estaban ripeadas por algún gaucho filántropo que ponía su bandeja para compartir la música que yo hacía, pero sin estar ripeada de una manera copada. Entonces me dije que es el momento de hacerlo y hacerlo bien y ponerlo en manos de quien quiera escucharme y no hacerlo inaccesible para quien no tenga una bandeja de vinilo

-Y una vez que decidiste digitalizar todo ese material ¿cómo lo hiciste?

-Dije ‘voy a sacar esto y lo voy a sacar digital, que entran 70 minutos’. Fui a la casa de un amigo, Álvaro Villagra que es un gran productor, le llevé todos los masters que tenía, ripeamos todo e hicimos este Demasiado fiestas, que es un gran compilado que tiene un montón de canciones, usamos casi toda la capacidad. Viene con un buen libro para contar la historia de cada disco y viene con canciones nuevas. Y está bueno, no sé, me gusta que sea así. Porque comprás un disco, que llegan muy caros, y de repente está bueno tener un disco así, me gusta, por qué no, me gustaría que la banda que me gusta sacara un disco así, largo. Una banda para llegar a 15 canciones compone 50 o 100, y eso hace que la banda se frustre. Nosotros no tenemos filtro, es un peligro, pero bueno, somos así.

-Estás constantemente armando canciones ¿tenés pensado un nuevo disco de estudio?

-A todo esto estábamos por lanzar un adelanto de un disco que quizás algún día saldrá, pero por ahora no tengo ganas de grabar un disco de estudio completo. Pero empecé a tirar simples, como cuando empecé con Boom Boom Kid. En esa época salimos con un simple de dos canciones y estuvimos como dos años sacando singles y casettes. Estamos por sacar el tercer single de este disco que quizás salga.

-¿Por qué remarcás que sea una posibilidad que salga?

-Es que no hay presión, la compañía discográfica soy yo mismo y por ahora no tengo ganas de compartir canciones. No me sale ser un beatle, soy más un Chuck Berry que sale a tocar. No hay contrato que me exija nada.

-¿No te tienta tener un contrato y el respaldo de la industria?

-Hemos tenido arreglos con distribuidoras, pero prefiero estar así, porque si no es como estar en una prisión. Me gusta hacer las cosas tranquilo, y no solo hacemos música, a mí en lo principal me gusta más la música, pero el baterista tiene su vocación de enseñar y está buenísimo, si yo tengo el contrato con una compañía te exigen salir. Estar con una compañía no nos permitiría ser nosotros y el tema en la vida, si no es uno, es un ente. No nos gustaría ser eso. Así seguimos vivos y vigentes, salimos a tocar cuando tenemos ganas de tocar y eso vale oro.

BBK 2

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Estar en el movimiento, surfearlo, ir arriba de la ola de gente sin ahogarse en la gente. Estar en la vanguardia sin obsesionarse por siempre estar en la vanguardia. Boom Boom Kid es así sin quererlo, sin forzarlo. Más de 20 años siendo auténtico.

-¿Por qué tenés dos tatuajes de El Principito en los brazos?

-Yo sé qué sé, me lo hice en un momento en el que se ve que tenía algo por exteriorizar y me pinté el cuerpo. Ahora los tomo como dos angelitos para repeler mala onda, quizás un poco eso. No los miro a los tatuajes, me gustan las pieles limpias, es una debilidad el tatuaje. Siempre me los hice en momentos de mucho bajón, entonces me ponía a soportar el pinchazo de la aguja como una marca para no volver a ese momento y a veces para recordar. Tengo el nombre de mi abuela tatuado y a las personas las recordamos en la mente, yo qué sé. Nunca me tatué con un profesional, cuando lo hacía era siempre con alguien que andaba en alguna, o un marinero o alguien que había estado en la tumba.

Angelitos para repeler la mala onda ¿por qué no?

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Fun People apareció en 1994, pleno neoliberalismo (o su sinónimo menemismo). En esos años en Argentina se estaba formando una movida cultural hardcore, punk y alternativa. Con el nombre de Nekro, BBK se volvió referente del movimiento, sus letras tenían un mensaje antifascista, pacifista, de amor hacia los animales y de libertad.

-¿Cómo ves la relación entre la música y la política, entre las bandas y los partidos políticos?

-Me parece bien que las personas se expresen a través de la música, la música es una buena herramienta para expresar. Cuando uno no puede hablar, la música te da un puntapié. No concibo la música simplemente por placer. Estamos en el lugar que estamos y viviendo en el momento que estamos viviendo, es raro no ver algo que suene en la radio que no refleje lo que está pasando. La música es bonita, es una buena herramienta para descargar. Hay un momento de falta de oxígeno y la música te da ese oxígeno, al menos a mí. Pero lo que es raro es que encuentro que en un momento como este es como que lo veo medio, medio extraño, no encuentro la palabra para decirlo de una manera no feroz y bruta como soy.

-Feroz y brutal, muchas veces es la mejor forma de decir las cosas.

-Es como una voz que no habla. El hoy por hoy de la música popular local es como una voz muda, la veo así. Un poco es el reflejo de este gran plan que no sé quién será que trata de hacernos cada vez más bestias, más brutos, menos pensantes, más mansos, más estresados y cada vez más hambrientos. Nos cortan el agua y tenemos cada vez más sed y en esa necesidad de tomar el vaso de agua que necesitás para vivir, vivís tan concentrado en tomar esa agua que para llegar ahí y dárselo a los tuyos terminás haciendo cosas que no querés. Quiero creer que es así, sé que no todo está tan mal. Lo que veo es eso, cantores sin voz.

-Vos siempre expresaste tu pensamiento a través de tus canciones…

-Tengo mis canciones para hablar, soy bueno para hablar entre canciones y en notas como esta puedo expresar y ampliar más lo que pienso y esto que dije es bastante.

-¿Tocarías en el espacio de algún partido político?

-Si lo hice en el pasado no me di cuenta, no creo que lo haya hecho, si pasó no lo volvería hacer. No me interesa para nada, la música no tiene nada que ver con eso. Alguien dijo que la música no tiene que descender en esas arenas. La música para campañas políticas no existe. La música se hace para bailar, para hacer el amor, para expresar cosas. No para vender o convencer a la gente de algo. Soy vegetariano y me encantaría que todo el mundo dejara de comer carne y dejara de usar animales para vestirse, no quiere decir que quiera obligarte a eso, son mis pensamientos, tomalo como es, manejalo y filtralo. Las personas con micrófono son muy peligrosas. Mi primer disco solista tiene una frase que dice que “filtre toda información de donde venga y como venga, siempre filtre información”. Masticá lo que viene, siempre, 22 veces masticá, tomate el tiempo para ver. Porque te gusta una cara, un cuerpo, una melodía y después te gusta todo y te metés en un tole tole que no sabés ni dónde estás. Después terminás pensando cosas que no son tus pensamientos y son los pensamientos de otro y no sos vos. “Si no sos vos, muy mal”, decía Ricardo Iorio.

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Boom Boom Kid tiene ese espíritu rockabilly rutero. Giras y giras. Por la costa, Mendoza, el norte argentino, América Latina, Estados Unidos, Europa y Japón.

-Este año volvés a Japón ¿cómo es tocar allá?

-Buenísimo, me encanta, es como tocar para todo el mundo. Vamos a ir a Okinawa, donde hay una gran escena de rock pesado. Estamos enfocados en eso. Estoy armando una sala para empezar a cranear. “La fábrica de chocolate”, vamos a empezar a agarrar todos los demos, hacerlos y dejarlos grabados. Para tenerlos, para que queden.

-Vas a dejar canciones para un disco que todavía seguís dudando si sale o no…

-Hoy hice una canción, la hice con letra y todo y quedó ahí. No tengo esa necesidad de compartir con otras personas más que mis amigos y eso, soy feliz con eso. No quiere decir que ya hice mucho, pero estoy en ese plan de tocar. Qué lindo Japón, qué lindo Mar del Plata. Vamos a ir al Cosquín Rock por primera vez y soy feliz así.

 

Y tal vez no existan los duendes ni los marcianos, pero pasan los años y Boom Boom Kid está feliz, sigue cantando y girando, sigue transitando un camino sin que nadie lo obligue, y camina como demostrando que el mundo puede estar equivocado, aunque el mundo todavía no lo quiera admitir.

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08/02/2015