Caso Saurel: con críticas de la familia, conceden la libertad asistida a Repetto
Se trata de uno de los dos condenados a 15 años de prisión por el secuestro y la muerte del joven en 2014.
El Juzgado de Ejecución Penal N°2 otorgó este martes la libertad asistida de Darío Repetto, uno de los dos condenados a 15 años de prisión por el crimen de Nicolás Saurel, el joven que en 2014 fue secuestrado y asesinado. La decisión fue cuestionada por la familia de la víctima y por la fiscalía que apeló la resolución en busca de que sea revertida. El otro condenado, Germán Caldas, ya cuenta con libertad condicional.
Repetto y Caldas fueron condenados a 15 años de prisión por el delito de “secuestro coactivo agravado seguido por la muerte como consecuencia no querida”. La víctima fue Nicolás Saurel, de 23 años, cuyo cuerpo nunca fue encontrado desde el crimen cometido en febrero de 2014. Y ese es el reclamo que mantiene su familia desde que se inició la causa, que ratificó en el juicio y que reitera en la actualidad: saber qué hicieron con el cuerpo.
Con el paso del tiempo, y en base a las distintas etapas de cumplimiento de la pena, los dos condenados fueron accediendo a distintas instancias en su ejecución: desde hace un tiempo Caldas ya cuenta con la libertad condicional, mientras que Repetto tenía hasta el momento salidas transitorias y ahora, al haber cumplido los dos tercios de la pena, se le concedió la libertad asistida, tal como prevé el Código Penal.
La decisión fue dada a conocer este martes por el titular del Juzgado de Ejecución Penal N°2, Juan Galarreta, como parte de una audiencia en la que la familia de Nicolás, su mamá y su pareja, Ayelén Martínez, pidieron que se rechazara el pedido y solicitaron una vez más que los condenados digan qué hicieron con el cuerpo del joven.
Durante la audiencia, el fiscal general adjunto, Marcos Pagella, mostró su rechazo al otorgamiento de la libertad asistida para Repetto y adelantó su apelación a la medida que ahora deberá resolver la Cámara de Apelación y Garantías.
“Sabíamos que iba a darle la libertad, siempre se le concedió todo a Caldas y a Repetto, que también desde 2021 salía una vez por semana y después pasó al programa Casas por Cárceles”, expuso Ayelén Martínez, en diálogo con Qué digital una vez conocida la resolución y criticó que antes de escucharlas en la audiencia el juez “ya tenía escrita la resolución”.
“Se cae de maduro que son personas desbordadas psíquicamente porque si guardan en su conciencia un secreto tan macabro de qué hicieron con el cuerpo, porque ya tenían que haber hablado”, cuestionó y remarcó que, a diez años del crimen, el reclamo sigue siendo el mismo: saber qué hicieron con el cuerpo de Nicolás: “¿Por qué no hablan? Algo más hay, son personas macabras y siniestras”.
A su vez, criticó la decisión del juez aunque planteó que lo hizo en base a la normativa vigente por lo que pidió a las y los legisladores marplatenses que “por favor reformen el Código Penal y estas leyes que les dan beneficios y hace que haya más muertos y más desprecio a la vida y que se burlen del padecimiento de una madre que les pide por favor saber dónde están los restos de su hijo y no les importa”.
EL CASO
El viernes 31 de enero de 2014 Nicolás Saurel acudió a un comercio en San Martín al 3000, donde desarrollaba junto a Caldas tareas de albañilería y el desencadenante del secuestro del lunes siguiente habría sido el robo de un monto de dinero en ese lugar
Para los investigadores, aquel 3 de febrero de 2014 luego de que Saurel robara el dinero -en una cifra no determinada-, Caldas lo citó en la casa de su novia y junto a Repetto comenzaron una golpiza con el objetivo de que lo devolviera. Luego, la violencia siguió adentro de un auto donde lo trasladaron hacia el Bosque Peralta Ramos. Fue en ese trasladado, según la reconstrucción, que la pareja de Saurel, Ayelén Martínez, recibió tres llamados, uno de ellos de Caldas y otro con Saurel en el teléfono, pidiéndole que consiguiera el dinero.
En la causa también se estableció que un amigo de Caldas declaró que días después le había confesado todo lo ocurrido, que hasta le ofreció plata para que liberaran a Saurel por temor a que todo “termine mal” y que tras el hecho recibió un llamado del acusado en el que le dijo “imaginate el peor desenlace”. Asimismo, luego, en un asado, Caldas se habría mostrado compungido y aseguró que la muerte había sido “accidental” durante la golpiza y que intentaron reanimarlo y no pudieron por lo que tuvo que encargarse de enterrar el cuerpo.
En el fallo dictado en 2016 por el Tribunal Oral en lo Criminal N°4, integrado por Jorge Peralta, Alfredo Deleonardis y Gustavo Fissore, dio por acreditada la muerte de Nicolás producto de los golpes propinados por los dos acusados, pese a la falta de hallazgo del cuerpo. Se basaron, entre otros elementos, en los propios dichos de la víctima cuando ya secuestrada le habló por teléfono a su pareja y a partir de los dichos del propio Caldas a su amigo.
Como parte de la condena se valoró, entre otros agravantes, los daños psicológicos permanentes generados a la madre de Nicolás al no decir dónde está el cuerpo.
