Detienen a una cuarta persona por el atentado contra Cristina Kirchner
Se trata del vocero del grupo de supuestos vendedores de copos de azúcar, grupo integrado, también, por los otros detenidos por el intento de asesinato.
A casi dos semanas del atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, la Justicia Federal detuvo a una cuarta persona por el hecho: se trata de Nicolás Gabriel Carrizo, el vocero de un grupo que se presentaba como vendedores de algodón de azúcar en distintas apariciones televisivas, grupo del que además formarían parte los otros detenidos. Ya son cuatro las personas arrestadas por el intento de homicidio de la expresidenta.
Según informó la agencia oficial de noticias Télam, Nicolás Gabriel Carrizo fue convocado a los tribunales de Comodoro Py a retirar su teléfono celular, que había entregado voluntariamente como otros testigos, y en ese momento fue arrestado.
De esta forma, la detención del referente del grupo conocido como “Los copitos” – un grupo que se presentaba como vendedores de algodón de azúcar en distintas apariciones televisivas, grupo del que además formarían parte los otros detenidos- se suma a las de Fernando Sabag Montiel (35), el hombre que apuntó y gatilló con un arma cargada a la cabeza de la vicepresidenta, Brenda “Ámbar” Uliarte (23), la novia del agresor que estuvo siempre al tanto de sus maniobras y Agustina Díaz (21), quien había hablado con “Ámbar” de la posibilidad de matar a Fernández de Kirchner y después de un intento fallido le recomendó que se deshiciera de su teléfono celular.
Además, durante la jornada se conocieron mensajes de WhatsApp compartidos entre los detenidos por el intento de asesinato de la vicepresidenta, intercambios que confirman la voluntad del grupo de concretar un magnicidio y, dentro de esos mensajes, sobresale uno que en el que Brenda Uliarte afirma sin rodeos: “Mandé a matar a Cristina”.
Las comunicaciones surgen de la prueba exhibida a los imputados y detenidos Uliarte, Fernando Sabag Montiel y Agustina Díaz en el marco de sus respectivas indagatorias en la causa, investigación que volvió a quedar bajo secreto de sumario y que está a cargo de la jueza María Eugenia Capuchetti, con intervención del fiscal Carlos Rívolo.
