Femicidio de Nancy Segura: un jurado juzga a su pareja
La joven murió tras ser apuñalada en junio de 2017. La defensa sostiene que la herida se la produjo ella misma, accidentalmente, y que incluso no fue mortal.
Un juicio por jurados que comenzó el pasado lunes define por estos días la situación procesal de Rafael Inglera, quien llegó al proceso detenido y acusado por el femicidio de su pareja, Nancy Segura, una joven de 27 años que fue asesinada de una puñalada en junio de 2017. Justamente la mecánica del hecho motivo de acusación es la que está en el centro del debate, teniendo en cuenta que el acusado sostiene que la herida que terminó con la vida de la joven se la produjo ella misma, de manera accidental en medio de una discusión, en tanto que su defensa asegura que incluso esa lesión no fue la que provocó la muerte. Este martes, en la segunda audiencia, hubo un ateneo de peritos en busca de analizar y descartar la versión del joven.
El juicio en el que deberán resolver doce jurados -hay otros seis suplentes que forman parte también del proceso- está encabezado por la jueza del Tribunal Oral en lo Criminal N°3 Mariana Irianni y es el primero bajo esta modalidad que se realiza en la ciudad para un caso de femicidio. La acusación está a cargo del fiscal Fernando Castro y la defensa de Inglera -acusado por homicidio agravado por el vínculo, cuya expectativa de pena es la de prisión perpetua– la lleva adelante el abogado Eduardo Toscano.
Las audiencias comenzaron este lunes, tras la selección de los jurados, y la jornada contó con la declaración del acusado, quien brindó una versión exculpatoria, tal como lo hizo en dos oportunidades a lo largo de la investigación, ya que la primera versión luego fue “anulada” por una segunda . Y tras ello este martes el debate continuó con la realización de un ateneo de seis profesionales, dos peritos de la defensa y cuatro oficiales aportados por la fiscalía que brindaron los análisis y conclusiones volcadas en la instrucción de la causa.
Las preguntas del defensor estuvieron fundamentalmente dirigidas a los peritos de parte, pero también a los oficiales, y apuntaron a intentar reforzar la versión que este lunes dio el acusado en el debate: que la puñalada que la víctima sufrió en la zona intercostal del tórax se la produjo ella misma de manera accidental – en medio de una discusión y forcejeo en la vía pública, afuera de la vivienda en Playa Serena-, y que las otras lesiones que presentaba -como golpes en el labio- se originaron cuando el imputado trasladaba a la mujer en una moto hacia la sala de salud del barrio para que la asistieran.
En ese sentido, ambas versiones fueron descartadas de plano por tres peritos de la Policía Científica, quienes fueron los encargados en la instrucción de realizar la secuencia fáctica para intentar dilucidar si era o no posible lo expuesto por el acusado.
En una audiencia que tuvo algunos momentos por demás particulares -como que uno de los peritos de la defensa comenzara a elucubrar teorías en relación al hecho, por fuera de su profesión como cirujano, que se generara una especie de “debate” entre los testigos y la defensa en lugar de preguntas y respuestas o que el acusado, de pronto, interviniera con afirmaciones por su cuenta- el primer profesional en exponer ante el jurado fue quien realizó la autopsia y refirió la existencia de golpes entre el labio y la nariz de la joven, marcas de “compresión” en el cuello y una puñalada -que fue la herida faltal- en el tórax, en la zona intercostal.
Al momento de la participación de uno de los peritos de la defensa -hoy uno de los jefes de cuerpo médico forense- el abogado defensor hizo hincapié -en base al testimonio del propio profesional- en que no suele ser normal una sobrevida de tres horas posterior a haberse recibido una puñalada que afecte la arteria aorta y así deslizó una pregunta respecto a la probabilidad existente de que esa lesión de la arteria no hubiera sido provocada por el cuchillo sino por una posterior maniobra médica, aunque nada de eso quedó fue asentado en el informe médico.
Posteriormente, y al ser consultado por el fiscal Castro, el profesional confió que la herida provocada por la puñalada fue de características mortales aunque reparó en que “no cierra” el tiempo de sobrevida producido. De todas maneras, luego afirmó -también ante la pregunta del fiscal- que, justamente, el tratamiento y asistencia en el hospital pudieron haber prolongado esa sobrevida.
Por último, fue el turno de declaración en el marco del ateneo de los tres peritos de Policía Científica que intervinieron en la elaboración de la secuencia fáctica de los hechos.
En este sentido, los profesionales detallaron que aquella madrugada secuestraron el cuchillo con el que se produjo la herida a algunos metros de lo que posteriormente se conocería fue el lugar de la discusión y afirmaron que la conclusión a la que arribaron tras analizar los diversos elementos periciales obtenidos es que los mismos no son coincidentes con lo declarado en su versión por el acusado.
Así, afirmaron que el hecho tuvo la característica homicida y descartaron la posibilidad de que haya sido accidental. “Si fuera accidental hubiera habido otras lesiones”, repararon tras mostrar y analizar en detalle la herida provocada por el cuchillo y también señalaron que la afectada es una “zona no convencional para producirse una autolesión” por lo que la misma debió ser provocada “por un tercero”.
En un momento de la audiencia, cuando el abogado defensor insistía con la pregunta respecto a si la herida no se podría haber provocado de manera accidental cuando el acusado intentaba correrle el cuchillo que la joven, según esa versión, llevaba en su mano, el propio Inglera intervino y afirmó: “Un solo forcejeo hubo”. Luego, le fue advertido por parte de la jueza Iriani respecto a la necesidad de que se manifieste, si así deseaba hacerlo, a través de su abogado.
Finalmente, y tras un ida y vuelta entre el defensor y los profesionales -que también le valió la advertencia de la magistrada-, el ateneo de peritos se dio por finalizado y se pasó a un cuarto intermedio para que luego prestaran declaración los y las familiares de Nancy. Una de ellas fue Jésica, su hermana, quien lleva adelante la lucha por justicia y en más de una oportunidad expuso públicamente que antes del hecho fatal existieron antecedentes de violencia de género.
