Sábado 27 de abril | Mar del Plata
04/01/2020

“Pastor” Hurtado: tras el juicio, recomponer los lazos familiares de las víctimas

La Dirección de Acompañamiento y Protección a las Víctimas asiste desde el inicio del caso a aquellas personas que fueron engañadas, aisladas de sus familias y explotadas laboralmente.

“Pastor” Hurtado: tras el juicio, recomponer los lazos familiares de las víctimas
(Fotos: archivo / Qué digital)

Engaños, aprovechamiento de situaciones de vulnerabilidad, control de la libertad, aislamiento de sus familias, persuasión para el aporte de recursos económicos, explotación laboral y abusos sexuales. Esas son algunas de las circunstancias por las cuales el “pastor” Isaías Hurtado fue condenado el 23 de diciembre pasado a la pena de 24 años y medio de prisión. Y pasado el juicio y lograda la condena contra el “pastor” y también su por entonces pareja -Patricia Padilla Coronado a diez años- las víctimas siguen formando parte del proceso de asistencia y contención que lleva a cabo la Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas (Dovic), ahora centrado en intentar poder recomponer los lazos familiares que se vieron afectados.

Myriam Munne, psicóloga de la Dovic, contó cómo fue y cómo es el acompañamiento a las víctimas ya que, según remarcó, se trata un trabajo de muchos meses que se realiza antes, durante y después del juicio. “Nuestra intervención es hasta el fin de la ejecución de la pena”, expuso.

“Con respecto a cómo llegaron estas personas a la secta, llegaban con una situación de vulnerabilidad previa. Este falso pastor utilizaba esa vulnerabilidad para su propio provecho”, remarcó la psicóloga que forma parte del proceso de contención, de acuerdo a lo difundido desde el Ministerio Público Fiscal.

Y sumó, respecto a lo sufrido por las víctimas: “Es un proceso psicológico muy sutil de crear una dependencia en las personas, por ejemplo, toda su historia personal que la tengan que desechar y que adopten una nueva cosmovisión de la realidad”.

Asimismo, Munne reparó en que actualmente se trabaja con las víctimas sobre una cuestión central de la que se vieron despojadas al ingresar a la secta: la vinculación familiar. De esta manera, las y los profesionales asisten a las víctimas en la búsqueda de poder recomponer esos lazos familiares que se rompieron a partir de las imposiciones del “pastor” Hurtado.

A lo largo de la causa, una de las víctimas -a partir de cuyo testimonio se sumó también la acusación de abuso sexual contra Hurtado- expuso haber conocido el “Ministerio Apostólico y Profético Monte Zion” a principios de 2010 a través de la radio que mantenía de manera ilegal el ahora condenado y explicó que se acercó al lugar junto a su pareja. Allí ambos conocieron a Hurtado, “el pastor”, y comenzaron a frecuentar los encuentros. Ya a fines de 2012 debido al nacimiento de su hija y dado que su pareja se había ido a vivir al templo -que funcionaba en O’Higgins 333– desde que trabajaba para la constructora de otro de los “fieles”, la mujer se mudó a una casa frente al templo.

De acuerdo a lo planteado en la causa, la pareja de Hurtado le daba a la mujer $50 por semana para los gastos de la niña. Por orden del “pastor”, junto a su pareja no pudieron elegir el nombre de la menor ni mantener relaciones sexuales. Asimismo, la víctima pasó alrededor de 6 meses sin ver a su padre ni a su madre, hasta el día de su cumpleaños. Y a raíz de la visita, Hurtado le llamó la atención por desobediencia.

En este marco, la mujer contó que por lo menos en dos oportunidades Hurtado la llevó a un hotel alojamiento y abusó sexualmente de ella al alegar que debía “obedecer la voluntad de Dios”. Producto de uno de los abusos, la víctima quedó embarazada y tras ello aprovechó un viaje de Hurtado para escaparse junto a su pareja.

Otra de las víctimas expuso que llegó al “Ministerio” junto a su familia en 2008, luego de escuchar la radio del “pastor”, y que recibió “fuertes presiones” para aportar económicamente bajo el argumento de que era “la voluntad de Dios”. Esa “presión” llegó a tal extremo que incluyó la transferencia de titularidad de una vivienda a partir de que el mensaje del “templo” era que “las propiedades había que ponerlas a los pies de Dios”.

Además, en su relato la víctima señaló que permanentemente sus movimientos eran estrictamente controlados por Hurtado, que tenía que rendir cuentas de todos los gastos y pedir permiso cada vez que quería salir. Hacia 2011, recordó que también le fue exigido que aportara dinero para adquirir el terreno en el cual se encontraba el “templo”. Y producto de una situación que se había vuelto insostenible, la mujer decidió irse junto a su madre del “Ministerio”, aunque eso le implicó cortar relación con un hermano, quien decidió quedarse con el “pastor”.

En la sentencia conocida el pasado 23 de diciembre Hurtado fue condenaron a 24 años y medio de prisión más multa de $90 mil bajo los delitos de trata de personas mayores y menores de 18 años con fines de reducción a la servidumbre, bajo la modalidad captación y acogimiento, mediando engaño, coerción y abuso de la situación de vulnerabilidad, agravado por la multiplicidad de víctimas y por su condición de Ministro de culto de una religión y abuso sexual con acceso carnal. También fue condenada su por entonces pareja, Patricia Soledad Padilla,  a la pena de 10 años de prisión y multa de $ 50.000 por resultar partícipe necesaria del delito de trata de personas concurso ideal con reducción a la servidumbre.

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04/01/2020