Claudia Repetto: la moto, los celulares y un vacío temporal, claves de la investigación
Mientras se mantiene la búsqueda de la mujer y de su expareja, y tras el hallazgo de la pala en Los Acantilados, un repaso por los últimos movimientos que se conocen de ambos.
Los rastrillajes en el marco de la búsqueda de Claudia Repetto y de Ricardo Rodríguez se reanudarán este viernes por la mañana tras el hallazgo de una pala en Los Acantilados. Mientras tanto, las imágenes de las cámaras de seguridad y las distintas hipótesis que manejan los investigadores continúan siendo analizadas en torno a los últimos movimientos conocidos de ambos y sobre todo los de la expareja de la mujer, el principal sospechoso por la desaparición. La moto, los testimonios de gente cercana, los celulares y un vacío temporal, las claves de la investigación y de lo sucedido entre el domingo a la noche y el lunes por la madrugada.
Por el momento, el hallazgo que se produjo este jueves a la tarde de la pala en la zona sur de la ciudad es el vértice desde donde los investigadores empezaron a atar cabos. Es que, según pudieron reconstruir, Rodríguez le había pedido prestada la pala en diciembre a su vecino -y propietario del inmueble donde tanto él como la mujer residían, uno en la parte delantera y el otro atrás- ya que, luego de haber sido despedido de un trabajo en el sector gastronómico, había comenzado a trabajar como parquero.
Pero además, no es casualidad que los rastrillajes de la Policía se hayan direccionado hacia ese punto de la zona sur de Mar del Plata, por dos cuestiones: la primera tiene que ver con que los investigadores tienen el dato de que con el dinero de una indemnización el hombre se habría comprado –o al menos habría señado- un terreno en esa zona, por lo que los rastrillajes se orientaron hacia esos puntos.
La segunda tiene que ver con el relato de uno de sus hijos, quien en su testimonio deslizó que alguna vez su padre les había dicho que “si se mataba, iba a ser tirándose desde los acantilados”.
Rodríguez, además de permanecer desaparecido, es el principal apuntado por la desaparición de Claudia, aunque cabe destacar que pese a que tendría un “perfil violento”, según se pudo comenzar a reconstruir, desde la fiscalía confirmaron que no se tienen registros a nivel judicial de denuncias por violencia de género en su contra.
LA NOCHE DEL DOMINGO Y LA MADRUGADA DEL LUNES
Por estas horas lo que desvela a la fiscalía y a la Policía es cómo podría haber llegado Rodríguez hasta Los Acantilados, o al menos en qué momento. Lo concreto para la investigación es que durante la tarde o noche del domingo, alrededor de las 19, cuando Claudia llegó a su casa a bordo de la camioneta de un amigo, por alguna razón Rodríguez observó la secuencia y siguió al conductor en moto hasta que lo perdió, por lo que regresó y dejó el vehículo en el lugar.
La moto –cabe destacar- pertenecía a Rodríguez pero se la había vendido a uno de sus hijos. Por eso, en la última comunicación por celular le dijo que la misma había quedado en la casa y que fuera a buscar los papeles a la zona de la Reserva (donde finalmente los encontraron el lunes), además de pedirle que borrara todos los mensajes que él le había mandado. Luego desapareció.
Sin embargo, según los investigadores Rodríguez antes le había pedido de nuevo la moto a su hijo, alrededor de las tres de la mañana. Es allí, justamente, donde quienes encabezan la investigación tienen una brecha temporal ciega: entre el pedido del vehículo y los últimos registros de los teléfonos, tanto el de Claudia como el de Ricardo.
Es que el celular de Claudia se prendió y se apagó por última vez a las 5 de la mañana en su casa, mientras que recién a las 9 de la mañana fue cuando Rodríguez le avisó desde su teléfono a su hijo dónde estaban los papeles de la moto y le pidió que borrara los mensajes que le había enviado.
La reconstrucción no es fácil, ya que los indicios hallados en la Reserva del Puerto (documentación de la moto y señal de celular), en Punta Mogotes (carnet de la obra social de Claudia) y en Los Acantilados (pala) son difíciles de triangular por sí solos.
Mientras tanto, la fiscalía a cargo de Fernando Castro gestionó la llegada de profesionales para asistir psicológicamente a las familias, tanto de Claudia como de Rodríguez, quienes esperan novedades del caso minuto a minuto y en compañía de vecinos, en sus casas del barrio Termas Huinco.
