Empieza el juicio por el secuestro y la muerte de Nicolás Saurel
Será este miércoles en el Tribunal Oral Nº4 cuando los tres imputados comiencen a ser juzgados por la desaparición y el homicidio del joven, cuyo cuerpo todavía no fue encontrado. Su pareja será la primera testigo en declarar.
En el marco del aberrante caso que implicó el secuestro y el asesinato de Nicolás Saurel en 2014 este miércoles comenzará el juicio contra tres imputados: dos de ellos acusados por secuestro extorsivo seguido de muerte y otro por encubrimiento. El reclamo de su familia, a medida que pasa el tiempo, sigue siendo el mismo: que aparezca el cuerpo de Nicolás, ya el mismo que nunca fue hallado.
Ayelén Martínez era la pareja de Nicolás. El año pasado cuando se elevó la causa a juicio le contó detalladamente su historia a QUÉ, y hoy pasado un año y medio y en las puertas del juicio, el reclamo que sostiene es el mismo: que los acusados digan dónde pusieron el cuerpo para que su familia pueda darle su último adiós.
El proceso se iniciará este miércoles ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) Nº4 con el fiscal Eduardo Amavet a cargo de la causa ya que fue quien quedó al frente de la fiscalía que anteriormente encabezaba Juan Pablo Lódola, que llevó adelante toda la compleja pesquisa. A lo largo de la causa, la familia perdió a su abogada, Victoria Vuoto, que se radicó Ushuaia por lo que no contará con abogado particular.
Los imputados que llegan a juicio son tres: Germán Caldas y Darío Repetto, acusados por “secuestro extorsivo seguido de muerte”, y quienes están representados por los abogados Sergio Fernández y Patricia Perelló, respectivamente, y Juan Bazán acusado por “encubrimiento”. El debate se estima que se extenderá unas dos semanas y en ese lapso pasarán por Tribunales una gran cantidad de testigos. La primera que lo hará este miércoles será Ayelén Martínez, quien le dio impulso a la causa.
Más allá de las expectativas en relación a la pena de prisión perpetua para los acusados , la familia apunta a saber dónde está el cuerpo de Nicolás, y esperan que alguien se quiebre y lo devele. Según datos que le llegaron a la familia, Caldas habría confesado el crimen adentro del Penal de Batán -donde se encuentra alojado- y su circulo íntimo también sabría dónde fue depositado su cuerpo tras el homicidio. “Esperamos un milagro de esta gente macabra, que algo les toque la cabeza, la moral y confiesen dónde enterraron el cuerpo”, dijo, con algo de esperanza, Ayelén en la previa del proceso.
“Nicolás Saurel es un muerto desaparecido de la democracia. Es muy macabro, terrible, inexplicable”, afirmó.
EL CASO
El viernes 31 de enero de 2014 Nicolás acudió a un negocio en San Martín al 3000, donde desarrollaba junto a Caldas tareas de albañilería. Ayelén sostiene que el único que tenía llave de ese local era Caldas, y que pasaban 12 horas trabajando juntos. El presunto desencadenante del secuestro del lunes siguiente habría sido el robo de un dinero –que rondaría los $3000- en ese negocio. Caldas aseguraba que lo tenía Nicolás y hay imágenes de la cámara de seguridad del negocio que muestran al joven tomarlo.
Pero Ayelén cuenta otra versión: “Yo aseguro que Germán Caldas estaba ahí, no expuesto a las cámaras. Te puedo asegurar que Nicolás sacó esa plata para dársela a su amigo, exponiéndose él, importándole muy poco porque no lo conocían”.
Durante el fin de semana Nicolás intentó comunicarse con Caldas para que le pagara la semana trabajada y no lo pudo encontra. ¿Qué pasó ese lunes? Cerca de las 13, a Ayelén le llegó un mensaje que luego sabría que era de Caldas y estaba dirigido a Nicolás: “Perro, a las tres en casa”, decía. Le avisó a Nicolás y él ya había acordado ir para la casa del ahora imputado por su muerte, a las 17. A partir de allí, hubo llamados que llegaron al teléfono de Ayelén reclamando “la plata”, la voz del propio Nicolás en el teléfono mientras lo golpeaban y muy pocos rastros más.
