Thomás Pérez: pericias descartarían la “legítima defensa”
Unos estudios revelaron que no hay indicios de proximidad entre el plano de impacto en el cuerpo del adolescente de 17 años y el arma empleada por el policía de la Bonaerense, imputado por “homicidio agravado”.
El 19 de diciembre Thomás Pérez murió al recibir una bala en el abdomen disparada por el policía de la Bonaerense Santiago Pérez y, a poco de cumplirse dos años del hecho, unas nuevas pericias descatarían aún más la hipótesis original de que se trató de un caso de legítima defensa, ya que no existen indicios físicos de proximidad entre el plano de impacto en el cuerpo del adolescente y el arma empleada por el efectivo.
Para el fiscal Juan Pablo Lódola, en la causa ya existían elementos suficientes para abandonar la hipótesis de “legítima defensa” e imputar al policía por “homicidio agravado por el uso de arma de fuego“.
Esta semana, una nueva pericia apoyó la hipótesis que la familia sostiene desde un principio: Thomás murió en un caso de “gatillo fácil”. Es que el estudio expresa que “no se verifican indicios físicos de proximidad entre el plano de impacto y la boca de fuego del armo empleada”. Y si bien no establece una distancia precisa, asegura que no hay proximidad.
La abogada que representa a la familia de Thomás Pérez, Florencia Ocampo, explicó que “al no haber proximidad se elimina en principio la legitima defensa, ya que no puede haber una defensa al disparar de lejos“.
La causa, que en dos semanas cumplirá los dos años, aún no está cerrada, pero la elevación a juicio oral y público contra Santiago Pérez por “homicidio agravado por el uso de arma de fuego” parece ser el próximo paso.
Según figura ahora en la causa que entiende Lódola, el hecho ocurrió el 19 de diciembre de 2014, cerca de las 14 en la intersección de Mendoza y Gascón, cuando el policía de civil Santiago Pérez que estaba a bordo de su moto Honda Tornado fue abordado por dos adolescentes, los hermanos Thomás y Leonardo Pérez. Allí se generó “un cruce de palabras, en el que los jóvenes intentaron robarle la moto, lo amenazaron con un arma de fuego que le apoyaron en el vientre y le patearon el vehículo hasta que lo hicieron caer al suelo. En ese contexto, el policía Pérez desenfundó su pistola reglamentaria y efectuó al menos 4 detonaciones, una de ellas impactó en el muslo de Leonardo –que iba como acompañante- y otra en el abdomen del conductor –Thomás- y provocó su muerte”.
