Cacerolazos y bocinazos en el centro de Mar del Plata tras los anuncios de Milei
Esa fue la reacción que se escuchó desde edificios y en torno al Monumento a San Martín tras el paquete de reformas de desregulación.
Un cacerolazo y bocinazo se escuchó este miércoles a la noche en el centro de Mar del Plata algunos minutos después de terminada la cadena nacional en la que el presidente Javier Milei anunció el dictado de un decreto de desregulación de la economía con la derogación o modificación de múltiples leyes aprobadas por el Congreso nacional.
Al igual que sucedió en la Ciudad de Buenos Aires y en otros puntos del país, en Mar del Plata las nuevas medidas anunciadas por Milei fueron recibidas con un cacerolazo que se escuchó desde distintos edificios céntricos y también con bocinazos, gritos y una reducida concentración que se inició en torno al Monumento a San Martín, epicentro habitual de las protestas en la ciudad.
Los cacerolazos se replicaron apenas terminó el discurso del presidente de la Nación y hasta alrededor de las 23.30 en torno al Monumento a San Martín sobre la avenida Luro todavía permanecía un grupo de personas, que se fue ampliando antes de la medianoche, con gritos y cantos contra las medidas de Milei. “Que se vayan todos”, “La patria no se vende” y “Unidad de los trabajadores, y al que no le gusta, se jode, se jode”, fueron algunas de las manifestaciones.
Ya pasada la medianoche, y con gritos que se escuchaban desde los balcones de la zona, se inició una movilización hacia la costa.
En paralelo a la protesta en ese sector, la avenida Luro desde la intersección con La Rioja se encontraba de manera completa interrumpida al tránsito ya que tras la marcha protagonizada durante la tarde por distintas organizaciones sociales se amplió el acampe sostenido frente a la Municipalidad en reclamo por el recorte en la entrega de canastas navideñas.
La protesta en torno al Monumento -y el cacerolazo desde los edificios- se inició después del mensaje de Milei que anunció, con un fuerte mensaje anti Estado, un paquete de más de 300 reformas regresivas del Estado a través de un decreto de necesidad y urgencia que denominó como un “plan de desregulación económica“. Entre las medidas se encuentran la derogación de leyes como la de alquileres, de desabastecimiento y de góndolas y de la normativa que impide la privatización de las empresas públicas.
También, en esa misma línea, bajo la excusa de disminuir la inversión estatal para enfrentar el déficit, dispuso transformar todas las empresas del Estado en sociedades anónimas para su posterior privatización y, por otro lado, impuso la ejecución de una reforma laboral para mejorar los márgenes de ganancia patronales bajo la excusa de generar empleo.
Entre las medidas además aparece una modificación del Código Aduanero, lo que desregularía las importaciones, tal como ya fue implementado décadas atrás con consecuencias negativas para la industria nacional. Y se encuentran la eliminación de las restricciones de precios a la industria prepaga, desregular los servicios de internet y modificar la ley de sociedades para que los clubes de fútbol puedan convertirse en sociedades anónimas.
