“Dependemos de la voluntad política para sostener el trabajo”
A la espera de una reunión con autoridades nacionales, las cooperativas textiles La Patria Grande y 27 de Octubre advierten que “existen formas administrativas” para mantener los puestos. “Sólo tenemos trabajo una semana más”, alertaron.
Las contrataciones de los ministerios de Desarrollo Social y Seguridad para que las cooperativas textiles “La Patria Grande” y “27 de Octubre” produzcan insumos se cortaron justo antes del cambio de gobierno. El trabajo pendiente para fabricar guardapolvos, ropa y chalecos para la Policía Naval y la Prefectura Naval Argentina se completará en menos de una semana. De ahí en más, “hay una incertidumbre absoluta” en torno a la situación de las 75 personas que trabajan tanto en la planta de Mar del Plata (en Luro y 180) como las dos que están en La Plata.
Luego de sacar las máquinas a la calle en señal de protesta para visibilizar sus reclamos, los responsables de las cooperativas gestionaron primero en Mar del Plata una reunión con autoridades regionales de Desarrollo Social y a partir de un encuentro que mantuvieron con la dirigente del PRO Florencia Ranelucci -quien “no tenía idea de nada ni conoce el tema en lo más mínimo, pero se comportó bien”, según los cooperativistas- ahora están a la espera de una reunión con directivos nacionales del Ministerio.
“Hicimos el contacto con la dirección nacional, que es en teoría quien podría resolver la continuidad o no del programa”, explicó en diálogo con QUÉ uno de los representantes de las cooperativas, Daniel Barragán.
En concreto, el martes los trabajadores viajarán a Buenos Aires para mantener un encuentro con uno de los directivos del Ministerio. A las 11 los recibirá Joaquín Simón Padrón, quien a su entender “tendría supuestamente la capacidad para resolver el tema”.
“Queremos expresarles cuáles son los procedimientos administrativos, en qué situación estamos y plantearles alternativas para poder seguir adelante”, adelantó.
El objetivo principal del encuentro será restablecer las contrataciones que durante diez años ininterrumpidos el Estado mantuvo con estas y otras cooperativas textiles, y que la nueva gestión derivó al sector privado.
La mercadería que producen estas cooperativas textiles es literalmente es más barata en su valor de venta que la que fabrican unas pocas empresas privadas, pero no solo por una concepción cooperativista, sino porque “como cooperativas de sectores tenemos un límite de facturación anual que nos obliga a trabajar con precios más accesibles”, según detalló Barrágán.
Desde que cesaron las contrataciones, la nueva gestión de Desarrollo Social dejó de hacer los procesos administrativos necesarios para que haya tela y poder dar trabajo, por lo que “la situación es por demás complicada”.
Sin embargo, en base a su experiencia en el sector, el cooperativista advirtió que “aún hay formas administrativas para realizar estos procesos” y advirtió que “solamente es una cuestión de voluntad política que hasta ahora no se ha expresado”.
EL DESCONOCIMIENTO DE LA NUEVA GESTIÓN
Las cooperativas del sector no cobran nada más del Estado que su producción, es decir, por su trabajo. Frente al hecho de que el Gobierno nacional dejó de contratar a las cooperativas, los trabajadores buscaron paliar la situación captando demanda de trabajo particular, pero “no alcanza” para sostener los 75 puestos ni los gastos que se generan.
Luego de varios contactos informales para comunicar la situación de “plena incertidumbre” entre los trabajadores, el encuentro con Florencia Ranellucci fue el primero en términos formales. La joven dirigente del PRO en Mar del Plata se encuentra a cargo de la coordinación de políticas de la cartera social que encabeza la ministra Carolina Stanley en el marco del Centro de Referencia (CDR) que incluye a General Pueyrredon, General Alvarado y Mar Chiquita, con sede en el Unzué.
La reunión abrió las puertas para el encuentro que el martes los cooperativistas tendrán en Buenos Aires, pero también dejó entrever el “desconocimiento que tienen las nuevas autoridades sobre estos temas”.
“Son nuevos y no tienen ni por asomo idea de lo que hay que hacer, ni cómo funcionan las contrataciones ni nada. Es preocupante, pero ahí estamos nosotros para contarles y sostener la actividad”, indicó Barrán y apuntó que pese al “desconocimiento que expuso Ranelucci, se comportó bien y con buena voluntad”.
“EL EJECUTIVO DE MAR DEL PLATA NO TUVO EL MÁS MÍNIMO INTERÉS”
Días atrás Acción Marplatense decidió presentar un proyecto para que el gobierno municipal gestione la continuidad de los programas de trabajo en los que están incluidos las cooperativas textiles “La Patria Grande” y “27 de Octubre”.
“Luego de haberse capacitado en la confección de diferentes tipos de prendas, contar con las maquinarias necesarias y trabajar durante 10 años para los ministerios de Desarrollo Social y de Seguridad deben afrontar una grave problemática laboral, ya que no son tenidas en cuenta. Por lo tanto, necesitan la ayuda del Estado para seguir llevando dignamente la comida a su casa”, expuso el autor del proyecto, el concejal Marcelo Fernández.
La respuesta del gobierno de Carlos Arroyo hasta ahora “fue nula”. “El ejecutivo de Mar del Plata no tuvo el más mínimo interés, no hubo contacto, ningún funcionario municipal se acercó”, contó el representante de las ambas cooperativas hoy en riesgo de continuar trabajando.
A la espera de la reunión en Buenos Aires, “estamos gestionando con algunas empresas, pero mientras tanto hay una incertidumbre absoluta por lo que va a pasar y hoy la situación depende de la voluntad política”.
